Jimin siempre ha estado enamorado de su hermanastro, Jeon Jungkook, pero no sabe cómo acercársele, ya que teme a ser rechazado y que la relación que mantiene con él, la cual de por sí no es demasiado buena, pueda empeorar de la noche a la mañana, po...
Aunque quería escapar de lo que mi corazón quería tratar de olvidar, mi mente no dejaba de divagar ese recuerdo en mis sueños de los labios de Jungkook sobre los míos.
¿Por qué había soñado eso?
No podía luchar contra mis propios sentimientos, ni jugar a escapar a no percibir como mi corazón latía cuando él estaba a mi lado. No importaba lo que había pasado ese día en la playa, no importaba absolutamente nada la decisión que el chico tomara y si nunca más le podría ver cómo le veía en esos momentos, porque mi destino ya estaba sellado cuando sin haber querido, le había entregado mi corazón.
Mi vista se aclaró en el momento en que le pude ver entrar por aquella puerta, mantenía su pullover colgado en uno de sus hombros, dejando al descubierto aquellos tatuajes que por pecado se había hecho.
Su marcando abdomen perfecto frente a mis ojos nuevamente.
Lo miré de arriba a abajo y rápidamente cambié la vista. Sería demasiado difícil fingir que lo que había pasado no existía cuando él seguía allí, a mi lado. Su voz se hizo presente, mi corazón no paraba de bombardear al escuchar sus palabras y mis nervios cada vez empeoraban.
No sabía que me pasaba, ¿Pero que podía decir? ¡Sabía que estaba completamente enamorado!
-¿Pudiste terminar el ejercicio? -preguntó, cerrando la puerta a su paso para acercarse a mi, dejándome ver unas cuantas gotas de sudor por todas las partes visuales de su cuerpo.
-Si, aunque no se si esté bien. -respondí débilmente perdiéndome en su mirada, mientras su cuerpo yacía a mi lado. Su trasero se recostó sobre mi cama y su vista cambió a una preocupada. -Viraste rápido -volví a hablar - ¿Pasó algo? -trate de indagar acercándome, uno de sus pies descansó encima del otro mientras respiraba profundo.
-Se puede decir que acabo de echar el peor polvo de mi vida -pasó su lengua por encima de sus labios y prosiguió a hablar- Y... ¡Quizás tengas razón con lo que dijiste en la playa!
¿Quizás?
¿El peor polvo? Que divertido saber cuántas veces follas al día.
Te agradezco por mantenerme informado.
-¿Recuérdeme a qué te refieres? -su mano se acercó a mi cuerpo, tomándome de la muñeca para acercarme al suyo, quedando su espalda recostada en la pared de atrás.
-Hemm -nervioso y sin perder el control de aquella situación titubeó— No lo sé.
¡No lo sabes!
-Me confundes Jungkook, yo he sido sincero todo este tiempo contigo -harto de absolutamente todo, y prácticamente casi enfadado o más bien, triste por todo lo que mi frágil corazón tenía que sufrir, levanté mi ceja para esperar una respuesta contundente por su parte.
-Yo he tratado de serlo, lo soy. -afirmó, aunque los dos sabíamos que no era así.
Yo sabía perfectamente que no era así, Jungkook no era sincero con sus sentimientos. No era sincero con su propio corazón.
-Eso no es lo que me das a entender -quité su agarre de mi piel, triste, aunque esperando a que volviera a tomarme, algo que no ocurrió- No le hallo otra explicación para que no sepas lo que realmente deseas. No quieres que nadie se entere, ¡Ok! -caminé lejos de él, mientras mis iris se empapaban - No quieres estar conmigo, ¡Ok! No estemos, pero no juegues conmigo, no lo hagas. No lo soporto, y me hace sufrir, aunque sinceramente se que no te importa para nada lo que yo pueda llegar a sentir. -las lágrimas salían de mis ojos con cada palabra, había explotado en ese momento.
No sabía que más decir, aunque mi cabeza me planteaba demasiados párrafos para que mi boca le hablase, pero no encontraba de qué manera expresar todo lo que mi alma despechada necesitaba saciar para sanar, porque claramente, sabía que nada de lo que dijera iba hacer que la situación cambiase a una distinta.
-No es eso. Nada de todo lo que dices tiene sentido, aunque no entiendo por qué te importan tanto ese tipo de cosas -sus pies buscaron mi ubicación, aunque me alejé.
Está conversación era triste, y claramente estaba perdiendo mi tiempo en alguien que nunca tomaría control de nada.
Afligido y sin saber que más decir alzó sus manos para tomar mi mentón, haciendo que le mirase a la cara.
-No quiero escuchar más nada Jungkook, ya lo has dicho todo -viré mi rostro sin safarme de su agarre, pero Jeon tan solo volvió hacer que mi visión se enfocase directamente con la suya.
-Jimin, me gustas. Discúlpame por no exigirme lo necesario para ser quien quieres que sea. No soy perfecto y comento errores. Miento y se que te he hecho daño, se que si pasara algo o no entre nosotros, te haría daño, aunque se que ya lo hago sin ni siquiera tener nada contigo. Quiero que seas feliz, pero imaginarte con alguien más me hace enfadar, y aunque si quieres a alguien tienes que dejarlo ir, no te quiero dejar ir nunca, porque me gustas, me gustas, me gustas.... -repitió infinitas veces para al final de sus oraciones besar mis labios.
¿Jungkook me había besado?
¡Jungkook de una maldita vez estaba besando mis labios mientras pegaba mi cuerpo al espejo que se encontraba en mi espalda!
Todo se estaba saliendo de control, y aunque mi intelecto me pedía que huyese de todas esas palabras engañosas, mi sensibilidad latía como nunca antes lo había hecho.
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