Capítulo 3.

1 0 1
                                    


Le noto muy raro desde que vinimos aquí, creo que se toma muy en serio todo esto del reto. No es para tanto.

Después de coger una antorcha de la biblioteca, nos adentramos hacia la oscuridad y cada vez las paredes son más estrechas hasta tal punto que diez minutos después, teníamos que andar de lado para caber.

- Aiden, ¿cuándo se termina esto? Como siga estrechándose más no vamos a caber. - en este momento agradezco haber cogido como optativa las clases deportivas de la Srta. Richelli.

- Justo ahora.

De repente se para en seco y yo me choco contra su hombro.

- Bien, ¿ahora qué? - pregunto interesada.

- Agárrate muy fuerte a mí, a la de una...

Me amarro fuertemente a su hombro.

- A la de dos...

Clavo mis uñas en su piel.

- A la de...

Me pongo más nerviosa que nunca y hago una fuerza sobre humana que lo único en lo que pienso es en si le estaré cortando la circulación del brazo de lo fuerte que le estoy cogiendo.

- ¡Tres! ¡Allá vamos!

Aiden se tira por un barranco, literalmente, y no me doy cuenta de que se había cogido de una liana hasta que ya casi llegamos a la otra superficie.

- ¿A que ha estado bien? -pregunta.

- Bueno... sí, ha estado bien.

- Muy bien.

- No tanto.

-Los dos sabemos que sí.

Yo me quedo callada mientras continuamos caminando a lo largo del túnel. Esta vez es más ancho y podemos ir el uno al lado del otro.

Cada vez estoy más cansada, ya que llevamos 20 minutos caminando y nunca llegamos al final.

Y por hablar siempre me pasan estas cosas.

- No hay salida. - dice Aiden

Me empiezo a poner como una histérica mientras Aiden por su parte intenta resolver este enigma mirando a todas partes.

- Aiden, ¡es media noche y todavía no estoy en mi habitación! ¡a Noah le estará dando un ataque de ansiedad peor que el mío! -Él mira a todos lados ignorándome sin decir nada. - Aiden, Aiden, ¡Aiden! Por favor, tengo que estar en mi habitación en media hora. ¡Hazme caso!

- ¡Adira! Creo que ya sé por dónde seguir.

- ¡¿Pero has escuchado algo de lo que te acabo de decir?!

- No.

- Y tampoco te importa.

- Exacto.

- No hacía falta responder, era una afirmación.

- Lo sé, pero quería remarcarlo.

Pongo los ojos en blanco y paso del tema, el sigue arrodillado en el suelo y quitando la arena negra que cubre todo el del lugar.

- ¿Se puede saber qué haces? - pregunto mirándole raro. Y él me responde mirándome más raro aún.

- Quitar la arena.

- Hasta ahí llegaba.

- Podrías ayudar más en vez de quejarte tanto, se te va la fuerza por la boca. - bufo en lo bajo y me arrodillo a su lado para poder ayudarle. - Aquí debajo he notado unos relieves, creo que hay algún signo que nos puede servir para acceder al libro.

- Gracias, a eso me refería cuando te he preguntado que hacías, listillo.

- Que simpática.

- Lo dijo la persona más tajante que he conocido en todas las vidas que he tenido, que no son pocas.

- Me siento alagado.

- Aja... ¡¡mira!! - señalo un símbolo en el que hay inmensas líneas abstractas con trazados raros imitando al de una serpiente. Aiden da un salto cuando me oye gritar y a mí me sale una carcajada.

- La serpiente... Adán y Eva... ¡Un árbol! Tenemos que buscar un árbol.

- No, ¿se te ha ido la bola? En todo el viaje que hemos hecho, que no ha sido corto; no hemos encontrado ni visto nada más que arena, paredes estrechas, un barranco...

- Eso es. - me quedo mirando esperando a que siga hablando, pero no lo hace. Simplemente da la vuelta y empieza a caminar por donde hemos venido.

- ¡Aiden, eh! ¡Espérame!

Voy corriendo hasta alcanzarle.

- ¿Pero se puede saber a dónde vas?

- A buscar el árbol. - suspiro, ¿otra vez dando respuestas absurdas?

- ¿Podrías dar una respuesta más específica? Como, por ejemplo, ¿dónde está ese árbol?

- Podrías haber empezado preguntando por ahí. Pero te responderás tu sola cuando lleguemos.

- Pero yo lo quiero saber ahora.

- Hay... lo que te espera de vida.

Resoplo, ya no aguanto más. Si me dejan conviviendo con el más tiempo acabaré por volverme más loca de lo que estoy, que eso de por sí es dificilísimo.

- ¿Puedes parar de mirarme como si me quisieras matar? -pregunta riéndose.

- Es que justamente en eso estaba pensando.

- Hum... - se queda pensativo

- ¿Qué?

- Nada. - corrige rápidamente.

- Algo, dime en lo que pensabas.

- Que no podrías llegar a matarme porque no podrías conmigo. - empiezo a reírme, y llega un momento en el que ya me replanteo si reírme tanto tiempo seguido por esta causa es lo normal. - ¡EH! Que no era un chiste para que te rieses.

Pero a mí ya me da igual lo que me diga, me sigo riendo hasta que llegamos al barranco, que es cuando las siguientes palabras me cambian la cara de un momento a otro.

- ¿Bajas tú o yo primero? - pregunta con una mirada inquisitiva.


You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: May 11, 2023 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

Escuela de Ángeles y DemoniosWhere stories live. Discover now