Día 5: Pijamada

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Nota: Prometí subir esto hace días, pero recién pudo hacerlo, de todas fromas, disfrutenlo. 


Pip abrió los ojos de repente en la penumbra de la habitación. A su alrededor, sus amigos, Pocket, Gregory y Estella dormían, pero algo lo incomodaba. De repente, se dio cuenta de que había un resplandor rojizo que iluminaba una esquina de la habitación, donde debían estar durmiendo Christophe y Damien. Al principio, pensó que era solo la luz de la luna que se filtraba por la ventana, pero entonces vio lo que realmente era.

En la oscuridad, pudo distinguir la figura de Damien, que estaba sentado en su saco de dormir con las piernas cruzadas. Con las manos abiertas hacia arriba, sostenía una bola de fuego que parecía flotar en el aire, como si fuera un espectáculo de magia.

Pip no estaba sorprendido de ver a Damien usar sus poderes de anticristo. Todos los amigos de la pijamada sabían que era tan parte de él como sus ojos rojos. Pero lo que sí lo sorprendió fue ver a Damien despierto a altas horas de la noche, mientras todos los demás dormían tranquilamente. Pip no sabía por qué Damien estaba allí, pero estaba seguro de que algo andaba mal. Se quedó observando en silencio, tratando de no llamar la atención de su amigo. Damien se veía demasiado absorto en el fuego, como hipnotizado, era una expresión que Pip nunca le había visto hacer.

Quería preguntarle si estaba bien, si necesitaba algo, quizá una manta, una taza de té o hablar, pero las palabras morían en su boca, no quería gritar a través de toda la habitación y despertar a medio mundo. Finalmente, decidió que la mejor opción era moverse hacia donde estaba Damien.

Con cuidado de no hacer ruido, Pip comenzó a moverse hacia la esquina de la habitación, donde se encontraba el anticristo, tratando de no tropezar con ninguna de las mochilas, paquetes de comida esparcidos por el suelo y obviamente sus amigos.

Una vez que llegó al otro lado de la habitación, se acercó lentamente a Damien, quien seguía concentrado en la bola de fuego. Pip se detuvo a unos pocos metros de distancia y esperó pacientemente a que Damien se diera cuenta de su presencia. Cuando no lo hizo, carraspeó para hacer notar su presencia, cuando eso no funcionó, decidió hablar.

–Damien...–dijo en un susurro lo suficientemente audible.

Sin embargo, el sonido repentino hizo que Damien se sobresaltara, alejando su cuerpo. La bola de fuego que sostenía en sus manos se apagó instantáneamente, sumiéndolos en la oscuridad. Pero en menos de dos segundos Damien la volvió a encender.

–Mierda... –susurró el anticristo viendo hacia Pip– ¿Qué haces aquí?

El chico notó, gracias a la luz naranja, el nerviosismo en los ojos rojos de su amigo.

–Lo siento, Damien. No quería asustarte.

–¡No estoy asustado! –se excusó Damien con voz fuerte.

Pip hizo una seña para que bajara la voz. Entonces, se inclinó hacia abajo, apoyando una mano en el suelo para mantener el equilibrio. Su espalda se curvó ligeramente y su mirada amigable permaneció fija en Damien. Este gesto le permitió a Pip estar a la misma altura que su amigo.

–Damien, en serio, no quería asustarte.

El anticristo desvió la mirada, pero respondió en voz baja.

–Ya te dije que no me asustaste.

–De acuerdo–Pip le sonrió –. De todas formas, lo siento.

Damien se acomodó en su lugar, la esfera de fuego aun en sus manos.

–Está bien...gracias de todos modos–entonces giró para ver a Pip–¿Acaso te desperté con la luz?

Pip movió la cabeza de lado a lado.

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⏰ Última actualización: May 12, 2023 ⏰

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