Una Copa Para Recordar 🍷 [+18] ✔️(COMPLETA)

6| Reclamos 🍷

Incluimos personas en nuestros problemas, a veces por accidente, por querer echarle la culpa a alguien o para evadir el tema principal.Pero no siempre es así, no es por que la gente se meta, si no que buscan ayudar a solucionar ese problema.

No había por qué involucrar personas en los problemas de uno mismo, pero a veces necesitamos de ayuda; no es fácil comentar tus problemas o platicarlos con alguien, son cosas personales pero necesitamos que alguien más nos escuche.

Una hermosa niña con moño rosa en su coleta, de uniforme y mochila de panda se subía al auto de su madre.

—¿Cómo te fue nena?— la mujer pregunto con dulzura, mientras miraba a su hija por el espejo.

—ben mami, vamos hacer tajetas para el día de San Valentín.

—¡Que bien! ¿Qué materiales ocupas?

—La maeta nos pidió hojas rojas y rosas...— Fani se emocionó y se distrajo viendo por la ventana, ella no dijo ni una palabra y seguía observando las casas.

—¿Nena?...

Después de unos minutos sin prestar atención, Fani volvió a ver a su madre y continuó conversando, se le olvidaban algunas cosas pero aun así las recordaba rápido para seguir manteniendo platica con las personas.

—¡A si! Tendremos un intercambio.

Saya ignoro los instantes en los que su pequeña estaba distraída sin continuar platicando. Ella ya había notado este comportamiento en su hija que, en seguidas ocasiones se distraía de lo que estaba haciendo.

En debidas ocasiones miraba a su hija con un rostro de duda, como si no comprendiera lo que estaba pasando con su hija; a pesar de que fuera una niña no significaba que eso era normal, jugaba y hacía sus actividades, pero aún así había algo en ella que no cuadraba con su comportamiento y eso, era una preocupación más para la tranquila Saya.

—¡Hay, que increíble!— contesto alegre —Y ya les dijeron ¿a quién van a regalar?

—Mami hoy no me echate galletas a mi lonchera.

—Lo siento nena hoy tuve que entregar unos archivos muy urgentes e importantes pero, siguemé contando.

La pequeña estaba emocionada, y empezó a golpear con sus pequeños pies el asiento del copiloto, cosa que a Saya no le pareció, no es que se haya molestado pero lo que estaba haciendo su hija no estaba bien.

—Fani no hagas eso.

La pequeña continuó sin escuchar a su madre.

—Nena para.

Saya se detuvo en una esquina, bajando del auto para rápidamente acercarse a su hija —¡suficiente Estefanía!

—¿Por qué nos detuvimos mami?— pregunto la niña como si no recordara lo que estaba haciendo.