𝙒𝙤𝙪𝙣𝙙𝙨 // H.L

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Llama mi atención

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-buenos días estrellitas- grito Natanael mientras bajaba las escaleras del sótano que era donde estaba yo.

-¿Que pedo?, ¿Cómo amaneciste o que?-

-acostada, idiota- le dije molesta

-uy morra, uno que quiere llevársela bien y tranqui contigo y tú sales con sus mamadas-

-tu fuiste el que empezó con las mamadas, ¿Para que me trajiste aquí?- me arme de valor para preguntarle

-eso ya te lo explicamos- dijo rodando los ojos- ven, vamos a desayunar- tomo mis manos y las puso en mi espalda para ponerme unas esposas

-auch- le dije cuando apretó de más

-pues no te dejas de mover, parece que tienes gusanos en la cola- me dijo y me guío para arriba.

-vayanse a la verga, huele a quemado- bajo el que recuerdo que era Oscar mientras se tallaba el ojo

-pues el Hassan está cocinando- dijo Natanael mientras caminábamos para la cocina.

-que pedo pinche Emilio, vas a quemar la casa- le dijo Natanael.

-¡A desayunar!- grito Oscar mientras golpeaba un sartén.

A mí me sentaron en una silla del comedor y comenzaron a servir el desayuno, después de como unos 15 minutos bajaron los otros 2 que faltaban y comenzaron a desayunar.

-¿Porqué no comes o que?- me preguntaron, ninguno de ellos había dejado de usar el pasamontañas por lo que una parte de mi tenía curiosidad por ver sus rostros.

-¿Porqué será?- dije con sarcasmo y molestia, mis manos estaban detrás del respaldo de la silla atadas con las esposas

-pendejo, quitaselas- yo me sorprendí, nisiquiera creí que dirían que me las quiten.

Natanael rápido se levantó a quitarme las esposas y yo comencé a comer, estaba delicioso.

-ve nomás, casi se muere de hambre- dijo el que creo que era Antonio

Y eso era cierto, muero de hambre. Eran como las 3 de la tarde y yo acostumbro desayunar desde las 9 de la mañana.

-¿Qué me ven?- les pregunté con coraje, todos me veían comer

Cuando hice la pregunta todos quitaron sus miradas de mí y siguieron comiendo. Yo me dedique a observarlos.

El primero, Oscar. Se veía de unos 18.

Natanael se veía de unos 16, lo supe por su comportamiento y por su estatura.

Antonio se veía de unos 18 también.

Gabriel se veía de unos 18.

Y Hassan.

Hassan tenía algo que llamaba mi atención y nisiquiera se que era.

Todos tenían doblado el pasamontañas hasta la nariz para comer, solamente se veían sus labios.

Y los labios de Hassan se veían hermosos, lo poco que se veía de su cara estaba lleno de lunares y pecas.

"Eres una idiota, ¿Piensas así de las personas que pueden matarte ahorita mismo?".

-¿Porqué no se quitan los pasamontañas?- les pregunté, todos me miraron asombrados. Fue la primera ves que les hablaba normal.