𝙒𝙤𝙪𝙣𝙙𝙨 // H.L

11

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Odio

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Ya era otro día, las horas se me pasaban tan lento y lo único que me ubicaba era la luz del sol que entraba por la ventana.

Me sentía asquerosa, aparte muero de ganas de ir al baño.

-que rollo plebe- entro Natanael, agradezco que sea el

-¿Te puedo pedir un favor?- dije mientras me levantaba rápido

-depende-

-solo déjame ir al baño, por favor- le dije y el me miró

-de hecho, te voy a cambiar de cuarto. Vas a quedarte en otro que si tiene baño y aire acondicionado porque aquí huele a muerto- yo asentí y el rápido tomo las sogas y las coloco en mis manos.

Caminamos fuera de la habitación y recorrimos un pasillo no muy grande, pasamos por algunas habitaciones y después llegamos a una.

-aqui es. Fue lo mejor que pude conseguirte- yo asentí- bien. Adiós

Yo corrí al baño, hice mis necesidades y aproveché que había un pequeño lavamanos para lavar mi cara y mis manos, moje mis brazos y un poco de mis piernas intentando quitar la mugre que había en ellas.

Literalmente la habitación tenia demasiadas ventas pero cada una de ellas estaba sellada para que evitará salir.

En esta habitación casi no entraba luz pero había aire acondicionado, tal como Natanael lo había dicho.

No estaba sucia, se notaba que acababan de limpiarla. El fuerte golpe que indico que la habitación estaba abierta me hizo dar un pequeño salto y me acerque a una de las orillas de la habitación.

-Nata insistió en que te cambiarnos aquí, el limpio el cuarto y todo- dijo Hassan- debiste quedarte en el otro cuarto como la mierda que eres

Yo me confundí al instante, no sabía de que me hablaba, estaba realmente confundida.
Tengo entendido que tal ves soy un poco mamona aveces, pero no me gusta tratar mal a las personas.

Mi ceño se frunció al no poder entender el porque del coraje de Hassan hacia mi, yo nunca le hice nada.

-no entiendo porque me tratas así- dije armandome de valor para mirarlo a los ojos

-¿Qué esperabas?, Estás secuestrada pendeja, no te voy a tratar como si fueras la cosa más frágil del mundo-

-pues si, pero me hablas como si me odiaras-

-pues lo hago. Te odio. Te odio porque nunca has tenido que ensuciarte las manos porque tienes quien lo haga por ti. Las riquillas como tú merecen morir- yo solo fruncí mi ceño aún sin entender porque me hablaba así.

-¿Que te pasa conmigo?- le dije confundida

-tu puta existencia, eso me pasa. Solo veniste al mundo para joder vidas- yo lo mire aún sin entender nada, no tengo ninguna idea de que es lo que me está hablando

-no se de que me hablas- le respondí nuevamente

-claro, pregúntale a tu papá. Dile que te lo explique- dijo con ironia mientras movía las manos al aire

-mi papá falleció hace años- le dije algo molesta

-se lo merecía, y espero que haya sufrido cada puto minuto de su pendeja muerte-