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Valentina

— ¡Van a volver!.

Belén chilla con emoción después de lograr procesar todo lo que le acabo de contar sobre lo qué pasó hace unos pocos minutos en su auto.

Hago una mueca de incomodidad y chasqueo la lengua para volver a mirarla.

— No. Y, ¿Como vamos a volver?, si nunca estuvimos juntos.

— Entendés a lo que me refiero, amiga, acabas de venir de tener una cita con el, te pidió perdón, se ofreció a llevarte, y —alarga la letra—, como final feliz, ¡Tuvieron sexo!

No sé qué es peor, Belén queriendo que arregle las cosas con Emiliano o el simple hecho de que haya caído a sus pies nuevamente.

— No, no y no. ¡Belén! —digo con una mueca de asco—, no va a volver a pasar, va a dejar de hablarme seguro —me cruzo de brazos, intentando convencerme a mi misma de lo que digo—, y yo a él, nos vamos a olvidar de que el otro existe, espero.

— Decís eso ahora, pero cuándo entraste por la puerta estabas con una cara de feliz cumpleaños tremenda, y ni hablar de la emoción que tenias cuando me contaste todo lo que había pasado.

Rodeo los ojos y le resto importancia a lo que dice, creyendo más la idea que yo tengo en mi mente y la cual acabo de decirle a Belén.

Siendo lo más sincera posible, espero realmente poder arreglar las cosas con Emiliano, pero algo me hace desconfiar.

Cuando reacciono, Belén me arrastró a su cuarto y veo que puso un montón de prendas de ropa para salir sobre su cama, me había olvidado de que íbamos a salir hoy a la noche, así que me ví obligada a pedirle que me preste algo para ponerme.

.

Me acomodo un poco la pollera antes de sentarme en el banquito que está frente a la barra para que no se me vea absolutamente nada y pido un vaso de vodka.

Perdí a Belén y a las chicas hace un par de minutos, ellas querían seguir bailando y mi garganta me pedía a gritos algo líquido, así que vine a la barra.

Una figura alta se sienta a mi lado, en el otro banquito y después de pedir un trago, gira a verme.

— Hola. —puedo escuchar su tono masculino con claridad a pesar de que la música del lugar está lo suficientemente alta como para que tengas que gritar en el oído del otro para poder hablarle.

Me chupo el labio inferior y me atrevo a mirarlo, Thomas.

No parece enojado, es como si nuestro último encuentro no hubiese pasado absolutamente, como si no le hubiera pegado una súper cachetada.

— Hola.

Emiliano

La tenía.

Después de unos cuántos días yendo atrás de Valentina para que se digne aunque sea a responderme un solo mensaje, pude hacer que me perdone.

Sé las cagadas que me mandé, sé las cagadas que se mandó ella, pero igualmente creo que prefiero dejar todo eso atrás y poder empezar nuevamente y hacer las cosas bien, y por sobre todo, hacerlas enserio.

En este momento, estoy terminando de acomodar algunas cosas en la casa que me decidí a comprar hace algunos días, mientras espero que Amanda venga a traer a Ava y a Santi.

No habíamos tenido mucho trato desde que ella se enteró de lo mío con Valentina, teníamos contacto únicamente por los nenes, los cuáles yo no veía mucho, porque tenían planes con su mamá o porque yo no tenía tiempo. Pero, de ella en sí y de cómo va su vida actualmente, no sé nada.

El timbre suena y por reflejo me sobre salto, poniéndome un poco nervioso al pensar que voy a tener a Amanda de frente después de bastante tiempo.

Mi cara cambia completamente cuándo veo a mis hijos frente a mi, quiénes al verme se alegran completamente y corren hacia mí para abrazarme, por lo tanto, me agacho para poder abrazarlos también.

Los nenes empiezan a pelearse entre ellos mientras ríen y Ava corre hacia el interior de la casa, haciendo que Santi le grite que vuelva para acá y salga corriendo detrás de ella, dejándome solo con Amanda.

— ¿Como estás? —casi que ni puedo terminar lo que quería preguntar, porque ella me responde casi automáticamente.

— Son las cosas de los chicos, vengo a buscarlos el domingo. —me informa con su acento inglés mezclándose con el argentino, mientras me da un bolso negro con un poco de peso encima.

— Amanda...

No me gustaba tampoco que no podamos mantener una conversación que no sea sobre los chicos, no después de todo lo que pasamos y vivimos juntos.

— No, Emiliano. Tu y yo acordamos algo, hablar solo por ellos. —recuerda mientras se acomoda la cartera sobre su hombro.

Suelto un ligero suspiro y asiento dos veces con la cabeza, ella me mira una última vez y luego se da la vuelta, para meterse al auto en el que ella y los chicos habían llegado hace unos minutos.

Me duele. Obvio que si. Tuvimos cosas súper lindas, como para que ahora nos tratemos así. En verdad que si duele.

Cierro la puerta principal y me dirijo a la sala, que es donde están los chicos.

.

Realmente mis hijos me sanan.

Son la única cosa en todo el mundo que me hacen poder olvidarme de absolutamente todo lo malo.

En la puerta se escuchan tres o cuatro golpecitos suaves y los tres dirigimos la mirada hacia ella, me pongo de pie y voy a la entrada.

Me sorprendo bastante al ver a Valentina tecleando algo en su celular, pero cuando se percata de que la estoy mirando lo bloquea y lo guarda en el bolsillo de su campera, sonriéndome tímidamente.

— Hola. —alarga la última vocal mientras habla con cierta emoción.

Verla ahí me deja un poco tonto y ella aprovecha mi momento de hielo para caminar unos pasos hacia mí y dejar un pequeño beso en mis labios.

— Hola —respondo con una pequeña sonrisa adueñándose de mis labios.

Un pequeño ruido se escucha de la sala (dónde los nenes se encuentran jugando ahora), y Valentina mira con una mueca de confusión hacia esa dirección.

— ¿Quién está? —murmura mirándome con la cabeza ladeada ligeramente.

— Los nenes —la miro y cuando noto que su cara muestra cada vez más felicidad siendo que vuelvo a respirar.

Vale había visto una sola vez a los nenes, no porque ella no quiera o algo parecido, sino porque los días que o las horas que yo los tengo, tiene sesiones de fotos o algunas cosas más. Pero esa única vez que los vió, los chicos la adoraron, como ella a ellos dos, reían, jugaban, comían, miraban la televisión y hasta durmieron los tres juntos.

Val ensancha aún más su sonrisa y empieza a correr en dirección a la sala de estar, cuándo ve a los chicos y los chicos a ella, empieza a caminar a paso acelerado, abrazándolos a los tres una vez que llega al sofá, haciendo que los chicos rían.

HOLAAA

Tienen ganas de ver la relación de Valu y los nenes de Emi??

Voten y comentenn 🤍

Las amo

Marti.💘

𝐋𝐚 𝐨𝐭𝐫𝐚 | 𝐄𝐦𝐢𝐥𝐢𝐚𝐧𝐨 𝐌𝐚𝐫𝐭𝐢𝐧𝐞𝐳Donde viven las historias. Descúbrelo ahora