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Valentina

Hace dos semanas había ido a ver a Argentina contra Autralia, hace una había ido a verla contra Indonesia, habíamos ganado los dos amistosos, así que estaba bien.

Pero esa última fecha de amistoso no estuvo del todo bien. No. Me crucé a Emiliano y se las arregló para poder lograr tenerme un poco más de veinte minutos hablando. Si hay algo que los dos sabemos perfectamente, es que él siempre va a ser mi punto débil. Lo sabe y también sabe aprovecharse de eso.

Y ahora en este mismo momento me encuentro en la puerta de la casa de Exequiel, llorando por lo que estaba por hacer.

En todos lados y a diario solían decirme que lo mío con Zeballos no iba a durar nada, que era algo del momento, en tres meses íbamos a terminar y ya nos íbamos a olvidar el uno del otro, siempre ignoré todo y a todos, por el, porque Exe me hace bien, sana y sanó muchas cosas que él nunca rompió ni rompería, le di a una Valentina rota, y él me dio a una Valentina mejor, una que siempre ríe, que se siente segura, que se siente amada, pero por sobre todo, que puede diferenciar lo que merece y lo que no. Exe me ayudó muchísimo en absolutamente todo lo que pudo a lo largo de estos meses que llevamos juntos, siempre estuvo ahí cuando le escribía a muchas personas antes y nadie me contestó, pero él si lo hizo, él si me abrió la puerta de su casa a las dos y media de la mañana cuando estaba llorando a montones, cuando hasta me costaba respirar porque el pecho me raspaba.

Creo que uno siempre espera que con su pareja actual funcione, anhelan que la relación dure por muchísimo tiempo más, pero cuando los medios y la gente se involucran en el medio, las cosas se salen completamente de control.

En los últimos días el odio de las personas hacia mí aumentaba cada vez más, nunca les agradó la pareja que yo había formado con Exequiel. A él le llegaban comentarios, mensajes privados y más cosas por Instagram, diciéndole que merecía más.

Y creo que está de más contar todas las veces que me puse a llorar enfrente suyo, dejándome influenciar por lo que leía, veía y sobre todo decían, le pedía perdón por no ser lo que él se merecía.

Desde que conocí a Exequiel no se separó de mi lado, nunca se le pasó por la cabeza dejarme sola y menos en mis peores momentos, es algo de lo que siempre voy a estar agradecida, pero todo lo que tiene un principio, lamentablemente creo que tiene un final.

Y pensándolo bien, es lo mejor para los dos.

Últimamente estuve muy nostálgica recordando a Emiliano y me dediqué mucho a pensar en todo, pero en general a mi vida amorosa.

No quiero a Exequiel como novio.

Pensaba que estaba en proceso de enamorarme de Exequiel, pero, me di cuenta de que no lo puedo ver como más que un amigo, un gran amigo, y me rompe el alma saber que lo ilusioné de una forma horrible.

Pero lo que más me disgusta, es que lo usé a él para llenar el vacío que Emiliano dejó en mi, para olvidar todo de él.

O simplemente creo que pensé que si Emiliano veía que estaba de novia con otro, iba a dejar de sentir todo lo que siento por el.

De cualquier forma, nunca funcionó. Emiliano es una herida que sigue presente, que no se curó aún y que sigue doliendo muchísimo.

Pero bueno, por fin dejo de sobre pensarlo y me decido a tocar la puerta.

Exequiel me abre y sus ojitos están chinos, claro, son las 11 de la mañana, pero los días que no entrena duerme hasta la una o las dos de la tarde, es una morsa.

Puedo ver como su mirada al verme se alegra casi que automáticamente, me acerca hacia él y me abraza felizmente, aleja un poco su cara y deja un beso bastante largo y tierno en mis labios, haciéndome sonreír a boca cerrada.

— Buenos días gordo —le sonrío ligeramente mirándolo a los ojos.

— Buen día hermosa mía

Y como de costumbre, Exe deja un beso en mi cuello y me suelta para después caminar a la cocina mientras me pide que lo siga, y obedezco, con la cabeza agachada, sintiéndome de lo peor.

Se que puede salir bien o qué puede salir muy mal, pero, si sale mal, se que puedo hacerle mucho mal al corazón tan bello que tiene Exe.

— ¿Desayunaste? —se gira a mirarme.

— No...

— ¿Que queres tomar o comer?

— Tostadas con palta y huevo, porfa

Exe asiente mirándome y empieza a hacerme lo que le pedí para desayunar.

Me apoyo de espaldas a la mesada a un costado de donde él está y suspiro mirando el suelo, cruzándome de brazos.

— Exe, ¿Podemos hablar?

— Obvio Vale, ¿Que pasa?

Cierro los ojos unos segundos aprovechando que no me mira y subo la mirada al techo, mientras me chupo los labios y pienso con cuidado lo que estaba apunto de decir.

No es fácil, y menos con un chico tan sensible como lo es Exe.

Me giro a mirarlo y niego con la cabeza.

— Te amo mucho Exe.

Y él me mira, con la mirada confundida, intentando descifrar por medio de mi expresión facial que es lo que me pasa.

Pero al no poder adivinar, parece reaccionar y se para enfrente mío.

— ¿Estas bien amor?

— Sí gordo, ¿Por?

— Nada. —niega con la cabeza y me abraza rodeando los brazos por mi cuello—, te amo muchísimo más Valentina.

Y me besa, me besa pero no es un chape, es simplemente un beso, lleno de ternura y amor.

Apoyo mis manos sobre su cadera y sonrío a mitad del beso.

Pero claramente sigo confundida.

No quiero lastimar a Exequiel, esta mas que claro que el no se lo merece, pero mi parte egoísta se niega completamente a dejarlo ir, porque es el, porque me hace bien, porque él realmente me valora y cumple con varias de mis expectativas.

Y aunque sé Exequiel se merece a alguien que si lo valore, que si esté totalmente enamorada de él y que si pueda verlo como una pareja y no solo como un amigo, me niego a dejarlo, no quiero, no quiero y no puedo.

La más desaparecida de todas volvioo

No, no me morí, sigo viva amores míos.

No puedo creer todos los problemas para escribir que estoy teniendo en estos momentoos 😭

Voy a intentar darles capítulos más seguido

Voten y comenten 🤍

Las amoo

Marti.💘

𝐋𝐚 𝐨𝐭𝐫𝐚 | 𝐄𝐦𝐢𝐥𝐢𝐚𝐧𝐨 𝐌𝐚𝐫𝐭𝐢𝐧𝐞𝐳Where stories live. Discover now