XXVIII

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- Repítemelo otra vez. ¿Quién es Sean?

- Roman, ya te lo dije, es un chico que conocí cuando viví con Han en Tokio.

- No tiene un nombre muy tokiones para mí, tal vez si se llamara Yukimawa o algo así... -dijo este, haciendo que Lena negara con una sonrisa mientras seguía caminando-. No entiendo cómo es que conoces a un chico como seis años menor que tú, estaba en secundaria y...

- Es como el hijo adoptivo de Han y Lena, ¿bien? Ahora cállate y sigue caminando -Tej interrumpió, haciendo que el moreno lo mirara con fastidio antes de que Lena cruzara por una esquina, encontrándose con una escena bastante común para ella.

Dos de los tres chicos que conocía muy bien, discutiendo, como siempre.

- ¿Eres piloto y te da miedo volar?

- ¿Twinkie? -Roman se burló, ganándose una risa por parte de Tej. Lena sonrió antes de ver al trío con ojos melancólicos.

- Es un gusto saber que están bien, como siempre.

- ¿Lena? -Sean preguntó, mirando a la mujer con ojos abiertos. Esta abrió los brazos, y Roman y Tej elevaron las cejas al ver cómo la chica se dejaba abrazar por el menor, mirándose entre ellos con algo de incredulidad. Ambos volvieron sus ojos a la escena.

- Pensé que... no volvería a verte, después de lo de Han, tu hermano... Es... ¿Cómo has estado?

- Supongo que estoy bien, sigo respirando... Ah, me alegro de ver que todos están bien y que dejaron de lado las bandanas -Lena sonrió al abrazar a Twinkie, mirándolos casi con orgullo. Los había conocido cuando tenían dieciocho años, y verlos en su etapa de adultez le daba una alegría inmensa.

Cuando Sean estaba a punto de preguntar el porqué de su visita, una alarma se escuchó, al igual que una voz hablando en alemán. El trío de visitantes se vio con extrañeza antes de notar cómo el trío de menores se volvía loco, casi emocionado, los tres moviéndose con una extraña aura de nervios.

- Oigan, ¿han visto autos de diez segundos? -Lena miró a Sean con extrañeza ante eso-. Pues saluden a uno de dos segundos.

Cuando Sean quitó la manta que cubría el auto, el trío lo miró con algo de extrañeza en sus expresiones. Había un auto modificado con un motor de cohete.

- ¿Ese es un Pontiac Fiero?

- De todo lo ridículo que hay en ese auto, ¿solo te fijaste en que es un Pontiac? Tiene literal un cohete sobre él -Lena dijo a Tej, quien era el más consternado por la situación del auto.

- Impresionante, ¿no?

- No... no es impresionante -Tej dijo, frunciendo el ceño ante esa abominación.

Lena caminó junto a Sean para poder entender qué era lo que los tenía tan emocionados, viendo cómo este controlaba el auto con un tipo de control remoto, el cual era una enorme caja que colgaba de su cuello.

- ¡Está despegando! ¡Ahora, ahora, ahora! -Escuchar a Twinkie de esa manera hizo que Lena los mirara con más confusión.

Ellos habían sido unos chicos extraños siempre.

Cuando el auto salió corriendo, acelerando por la gran pista, Lena elevó una ceja al ver cómo el motor del cohete se encendía, haciendo que fuera aún más rápido de lo que un turbo podía conducir un auto. Mientras una nave volaba sobre ellos, Lena siguió sin entender el punto de su gran emoción.

- ¿Ellos son tus contactos?

- Creí que la adultez los haría ser más cuerdos, al menos a Sean... Creo que fue mala idea dejarlo con esos dos -Lena suspiró, viendo al trío saltar como si fueran niños pequeños-. Aunque bueno, si te metes con un yakuza por una chica, no puedo esperar mucho de ti... ¿no?

𝐌𝐈𝐑𝐈𝐊𝐈𝐓𝐄𝐊𝐈 || Han LueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora