Casa.

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-Entonces me estás diciendo que tengo más de seis millones de seguidores, tengo un restaurante, peleé en la velada del año, la gané, tenemos dos perritos y... ¿Qué más era? 

-Ganaste un Esland a fail del año y mejor clip. -respondió ella sonriendo orgullosa. Habíamos pasado las últimas dos horas hablando de cosas que habíamos hecho juntas o que había hecho yo. Ella hablaba de mis logros con total orgullo, aquel brillo en sus ojos había vuelto.

Eso me hacía feliz.

-¿Y me trabé en mi discurso o algo? -pregunté tomando con algo de dificultad uno de los cupcakes que había traído Ama.

-Más o menos, igual solo te trabaste cuando agradeciste la primera vez, luego ya no. 

La sonrisa de Ari es muy linda, sobre todo cuando achina los ojos. 

Nota mental: hacerla sonreír y reír más.

-Típico de mi supongo. -dije extendiéndole el cupcake a ella, quien lo tomó y le quitó con cuidado el capacillo, pues obviamente no se podía comer, después de todo era papel.- Gracias. 

Y es que no le agradecía solo por eso, se me hacía increíble la idea de que ella hubiera estado junto a mi todo ese tiempo sin quejarse en lo absoluto, sabía lo tedioso que podía ser tener que estar cuidándome casi 24/7, sin embargo ella nunca dijo nada, al contrario, siempre estaba junto a mi.

Aquello me demostraba una vez más lo mucho que me amaba. En mi cabeza retumbaba lo mismo de siempre "yo no estaría con alguien que no me de el amor que yo esté dispuesta a dar."

-¿Ari? -pregunté después de un rato en silencio, ella parecía distraída mirando hacia la ventana de la habitación, aquella daba a la calle. 

-¿Si? 

-¿Cuando salga de aquí podemos ir a casa? 

Ella sonrió y asintió, acercándose a mi para dejar un beso en mi mejilla. 

-Iremos a casa, mi amor. -se levantó de la cama sin decir más, yendo hacia su mochila.

Volvió hacia mi con una caja de terciopelo entre sus manos, sentí mis mejillas arder cuando noté que era lo que tenía entre sus manos. 

-Sam... Yo sé que no recuerdas nada, mucho menos sientes lo que yo, sin embargo de verdad me gustaría que me des la oportunidad de volver a enamorarte. -abrió la caja para entregármela, en aquella se vio el anillo que suponía yo era el mío.-  Y... quería darte esto, es tuyo después de todo. No te pido que te lo pongas ahora, sin embargo quiero... que lo tengas, y si en caso llega el día en el que sientas algo por mi, te lo pongas. Si crees que el día no va a llegar, déjalo a un lado. 

Tomé la caja asintiendo mientras la veía, solté un suspiró y extendí mis brazos hacia ella. 

-Ven. -murmuré mordiendo mi labio inferior. Ella se acercó a mi y rodeó mi cintura con sus brazos, se sentía bien, siempre me habían gustado sus abrazos, eran muy cálidos y dulces.

Rodeé su cuello con mis brazos en un intento de acercarla a mi, había cerrado la caja para evitar que el anillo salga volando en algún caso.

-Te amo. -susurró ella cerca de mi oído, aquello me hizo estremecer.

-Lo sé. Gracias por hacerlo. -respondí cerrando los ojos, me sentía cómoda entre sus brazos.

-No tienes que agradecer, Sam. Gracias a ti por darme la oportunidad. 


Tu misterioso alguien. (Rivari/Rivama)Where stories live. Discover now