Unidos Por La Guerra - Levi x ErenFemale (Erika Jaeger)

Capítulo 3

En el ocaso del día anterior al Festival de Liberio, Erika en compañía de Zeke terminaban de sepultar en la parte trasera del Asilo las cenizas de quienes hubiesen sido la última (según Zeke) generación de Jaegers en tener que habitar en aquel podrido mundo. Aunque Erika hubiese deseado lo contrario a su hermano para esos niños, la verdad es que ninguno de los dos destinos se cumpliría. Al fin y al cabo ni habían logrado ser algo más que fetos con tan solo un corazón desarrollado.

A Erika le fue complicado afrontar su duelo en los últimos dos días restantes que le quedaban antes de aparecer y causar caos en el festival, por lo que pese a que los enfermeros quisieron arrebatárselos inicialmente por las buenas y luego por las malas, ella se aferró a sus bebés hasta aquella tarde en la Zeke le hizo recordar el por qué estaba en ese lugar en primer lugar.

— ¿No les pondrás un crucifijo o algo parecido? — Le preguntó Zeke cuando le ayudó a llenar la tumba con la última palada de tierra que quedaba.

— Nunca fuí creyente de ninguna religión ni seguidora de alguna secta o culto religioso — Aseguró Erika, quien estaba sentada abrazando sus rodillas frente a ambas sepulturas — Solo los despedí como lo creí más correcto. Después de todo, la calcinación es la mejor forma de borrar la evidencia física de que algo existió en este mundo. Luego me encargaré de los testigos.

— ¿No le vas a contar a ninguno de ellos que estuviste embarazada? ¿Ni siquiera a "él"?

— No. Aunque me hubiese gustado que los conocieran y haberles encomendado su crianza antes de que yo muriera, la verdad no creo poder soportar que me odien más de lo que me odiarán si les revelara que prioricé una matanza antes que a mis propios hijos. Todos se sentirían culpables si se enteraran de ello y creyeran que es su culpa por no haber podido intervenir más por mi y por ellos, especialmente Levi y Mikasa — Confesó Erika con voz lamentable — Los conozco muy bien, siempre querrán asumir la responsabilidad de algo aún si no son culpables de nada. Si de por sí ya se podrían aborrecer a sí mismos por lo que les forzaré a hacer, no quiero que las personas a las que amo se autodesprecien más si se culpan por mi descuido e indiferencia con mis hijos. Sería fatal para ellos y para mi. Por eso... — Erika le sujetó la mano a su hermano y agachó la mirada — Te pido que lo mantengas en secreto, por favor. Nadie más puede enterarse de que estuve embarazada, mucho menos el Capitán Levi.

— Pero Erika...

— Prométemelo, Zeke — Erika se arodilló para implorarle con más honestidad — Ellos ya han sufrido y sufrirán bastante. No quiero ocasionarles otro cargo de conciencia del que solo yo debo asumir responsabilidad.

A Zeke se le vino a la mente un claro recuerdo de lo que vió y escuchó hace dos días y a la misma hora a las afueras del asilo. Él quería asomarse brevemente en caso de que su hermana estuviera a su alcance y necesitara su ayuda, pero lo que halló no fue a Erika sino a la enfermera que solía atenderla en compañía de otro colega quemando lo que parecían ser unas hiervas.

—"Le dí a beber un agua que incluía una buena cantidad de esta planta de árnica, con eso conseguí que la señorita Krueger abortara. Fue lo mejor, así nos libramos de la molestia que sería sobrellevar un embarazo en un lugar como éste. Sobre todo si se trataba de otro Eldiano" — Esto fue lo que le escuchó confesar a Hannah, quien creyó que nadie más la estaría viendo en aquel callejón desolado ni se imaginó que Zeke lograría oir todo desde afuera.

Por más que hubiese querido estrangular a esa mujer y hacerle pagar por lo que le hizo a su hermana, Zeke supo contenerse. A él no le convenía hacerla desaparecer por el momento ni revelarle la verdad a Erika, pues al ser la prematura muerte de sus hijos lo que más la atormentaba en aquellos instantes, era muy probable que su impulsiva hermana perdiera el juicio y quisiese cobrar venganza con la gente de dicho asilo y arruinara el perfecto plan que ya habían elaborado para los días siguientes si le confesaba esta cruel verdad. Por lo que optó por permanecer callado por el momento e intentar disipar el sufrimiento de Erika de otro modo.