Capitulo 1

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Ricardo se encontraba en la mesa de la cocina, leyendo un libro pacíficamente. Fue entonces que el ruido de la puerta lo alertó de que su amado había llegado a casa.

—Hola querido—saludo bajando el libro—¿como te fue en el ensayo?— .
—Bien...—Dijo serio para simplemente dirigirse a la habitación.

Ricardo se quedó en shock por un momento, el nunca lo trataba así.

—Debe de haber tenido un mal día—se paro de la silla—ya voy a ver que hago para animarlo—.

Marcó la página del libro y lo guardo en su estante. Luego de eso se dirigió a la habitación, donde se encontró con Alvaro en su teléfono, sonriendo. Esto lo confundió un poco, ya que según el estaba de mal humor.

—Alvaro mi amor—.
—¿Que queres?—la cara le cambio al instante.
—¿Te sentis bien...?—
—Si obvio, no jodas Ricardo—.

"Ricardo" resonaba en la cabeza del más alto. "El nunca me dice Ricardo". Se fue de la habitación un poco triste.

Esto se repitió durante varios días, Alvaro actuaba de forma grosera con Ricardo, casi nunca estaba en casa, y cuando lo estaba estaba constantemente en su teléfono.

—Amor... ¿podemos hablar?—.

—¿En serio? ¿Tiene que ser justo ahora?—

—Si, es importante—.

—Tsk, eso espero—.

Noto que Alvaro apagaba su celular y lo escondía en el bolsillo interior de su campera. Se dirigieron a la habitación para hablar tranquilos.

—¿Entonces...?—Cuestiono Alvaro.
—Tenemos que hablar de tu comportamiento—.
—¿Que?—.
—Alvaro, ¿hice algo mal?—.
—¿No...?—Respondio confundido.
—Entonces, ¿porque te comportas así conmigo?—.
—Ricardo, no se de que estas hablando, me parece que estas haciendo pamento—.
—Ahí mismisimo esta, vos nunca me decis Ricardo—.
—No le busques la quinta pata al gato, no hay nada raro, solo he estado un poco bajoneado últimamente, eso es todo—.
—Si tu lo dices...—.

"Esta mintiendo, y voy a averiguar porque"

Alvin se levantó y se dirigió a la sala. Un rato después, Ricardo se hizo lo mismo, y se topo con que su esposo se había olvidado el celular en la mesa. Lucho con la tentación de agarrarlo, después de todo, el confiaba en su pareja y respetaba su privacidad.

Un rato después, Alvaro volvió. Dándose cuenta de que el celular había quedado completamente expuesto a él más alto.

—¿Revisaste mi celular no es así?—.
—¿Eh? No, yo no...—
—¡No me mientas! ¡Te conozco Ricardo Luis Musso!—Exclamó.
—¡Que yo no revise nada!—
—¡Eres un mentiroso!—.
—¡¿Y por que revisaría tu celular!?—.
—¡No te hagas el bobo! ¡yo se lo celoso que eres!—.
—¡Que no lo so...!—Su frase fue interrumpida debido a que el contrario le solto una cachetada.
—Te dije que no mientas...—.

Riki se sentía traicionado, herido, humillado. Corrió hacia la habitación y se encerró allí, no sin antes dar un fuerte portazo.

El silencio sería absoluto de no ser por sus llantos, los cuales eran casi imperceptibles pero suficientemente ruidosos para que el más bajo los escuchara desde la puerta.

—Riki... mi amor...—.

—¿Q-que...?—su voz se quebró.

El no estaba enojado, sino más bien lastimado.

—¿Puedo pasar?—.
—N-no—.

Luego de insistir un rato, Ricardo accedió a abrir la puerta. Encontrándose con Riki tirado en el piso sollozando. Se acercó a él y se agachó.

—Perdón, cometí un error, no tendría que haberte pegado así—.
—N-no pasa nada, esta bien t-te perdono—.

Sus labios se unieron en un corto beso, un beso en el que algo no se sentía correcto, pero aun así es lo que Riki sentía que necesitaba.

—Bueno, te dejo solo para que pienses las cosas, adios—.
—A-dios—.

Alvaro se paro y salió de la habitación, orgulloso de su tan perfecta actuación.

"Este inútil no se entera de nada". Río internamente. "No puedo esperar para mañana finalmente verlo a el, el es mi único y verdadero amor, no como este estupido". Dejo escapar una risa por lo bajo y se sentó en el sillón. Saco su teléfono de su bolsillo y simplemente se quedó contemplando una foto, una foto que lo volvía loco. Sonrió una vez más, esta vez interrumpido por el timbre de la puerta.

—Ugh, ¿quien jode ahora?—guardo su celular y de paró del sillon, el timbre seguía sonando repetidamente—¡Ya voy!—.

Al abrir la puerta, se encontró con Tavella.

—¿Santiago? ¿Que haces acá?—
—Quiero que hablemos sobre algo, algo importante—.
—¿No puede esperar? Estoy ocupado—.
—Bien, supongo que puede esperar un poco más—suspiro—Pero mañana sin falta nos juntamos—.

Saco un papel y escribió una dirección junto con la hora antes mencionada.

—Más te vale presentarte, o sino vengo yo mismo a buscarte ¿me oíste?—.
—Si, si, adios—.

Tomo el papel y le cerró la puerta, en eso, al voltear noto que Riki estaba detrás suyo con vaso de helado. Esto era típico de el, ya que el helado lo animaba.

—¿Quién era?—Dijo para luego comer una cucharada.
—Eran los de remar, vos sabes como joden, ya se fueron—Dijo ocultando rápidamente el papel en su bolsillo.
—Ah bueno, ¿venis a mirar una película?—.
—Si dale— Observo como Tavella se alejaba en la lejanía.

Al mirar la película, Ricardo noto que Alvaro estaba constantemente en su teléfono, sin prestarle atención a la película.

—Mi amor, si no te gusta la cambiamos—.
—¿Que? Nah, esa está bien—.
—Pero no le estas prestando atnecion—.
—Estas inventando, si lo estoy—.
—Entonces contame ¿De que trata?—
—¡No jodas Alvaro! ¡Siempre estas descontento con algo!—
—¡Pero es que no es así...!—
—¡Si es así! ¡¿Sabes que?! ¡Si te vas a poner así mejor no miramos nada!—Exclamó para salir de la habitación.

Ricardo solto un suspiro "¿Que le estará pasando a Alvaro? Este no es el hombre del que me enamore..." Una pequeña lagrima resbalo de su mejilla.

—Lo mejor ahora es dejarlo ser—Susurró acostándose en el sillón.
—Mañana es otro día...— Murmuro entre sollozos antes dormirse.

‐Falso amor‐/El Cuarteto de Nos/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora