Wild Stars [MiNayeon/MiChaeng]

Capítulo 7 "Querido padre"

-Yo... lo asesine...-

Aquellas palabras llenaron de sorpresa y un extraño sentir a Mina, que miro petrificada a la mayor que aún parecía sollozar en silencio en un intento de limpiar sus lágrimas.

Mina sentía que no debía preguntar más, sabía que se terminaría arrepintiendo si lo hacía... aunque muy en el fondo, deseaba saber lo sucedido con Nayeon...

-Nayeon... - fue lo único que pudo decir Mina posando su mano sobre la de la pelinegra, haciendo así que la mirara.

La japonesa sólo le dedicó una tenue sonrisa que, por alguna razón, hizo sentir a Nayeon tranquilidad y confianza, una extraña confianza total en aquella pantera que parecía serle sincera también.

Si esta era la señal que necesitaba para abrirse a alguien tan misterioso, que desde siempre le causó una sensación incierta, alguien que como un polo opuesto la atraía sin una razón que ella viera considerable, entonces lo haría.

-¿Sabes? Yo no nací con el sello Usagi... yo nací con el sello Panda en mi. El sello que porto ahora, era de mi padre...- decía aquello a la pelirroja que no reaccionó como Nayeon esperaba. Con sorpresa.

-¿Cómo es posible eso?- pregunto Mina a la pelinegra que terminando de limpiar sus lágrimas proseguía.

-Los Wild llegamos al máximo al ser Spiritual, ese nombre viene de la capacidad que significa tener un poder más allá, no sólo en lo material, también en lo espiritual, es como una equivalencia de energías en el mundo, por ello somos necesarios en el - Explicaba la pelinegra a la Hyo que le prestaba total atención. -Un Wild puede ser sumamente herido y no morir... Es como si nuestra alma fuera nuestro sello, si hieren el área de tu sello y lo pierdes... mueres- agregó Nayeon ya más calmada.

-¿Entonces, tu padre...?- Mina se quedó en suspenso y Nayeon dedicándole una sonrisa triste, continuo...

-Mi padre... -

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Flashback

Una linda sorpresa se presentó para la familia Im, una sorpresa que lleno al cabeza de la familia de alegría, por fin, después de un largo tiempo espera, por fin la primera hija de la pareja había nacido. El señor Im entró ansioso al cuarto de maternidad donde su esposa con una apacible y cansada sonrisa cargaba a un bebé entre sus brazos.

-Mírala... es hermosa- eran las primeras palabras de la señora Im.

-¿Es una Niña? ¿Ella es humana o es como...como yo?- se acercaba él, con una nerviosa sonrisa a lo que su esposa, posando su mano sobre la de él, le dedicó una sonrisa más amplia.

-Míralo tú mismo- respondía ella destapando a la pequeña bebé, mostrando la clavícula de esta, ahí se podía ver una muy pequeña marca con la que era característica de los Wild... un sello color negro sobre la piel del bebé.

-Es... un Panda ¿por qué? Se supone que debería tener el mismo sello que yo- Preguntaba él algo confundido.

-Los médicos dijeron que ella es especial, revisarán su ADN en los laboratorios... ¿No estas feliz?- pregunto ella de nueva cuenta al hombre pelinegro que, tras mirar a su esposa un breve momento y después al bebé, sonrió.