¿Intocable? | Minsung

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Luego de esa realmente incómoda cena, habían pasado para ser exactos; 16 días, 16 días en los cuales estuvo obligatoriamente pegado en demasía a la Omega.

La menea excesiva en la que el padre de la princesa sugería, o dictaba más bien, que el alfa y la Omega pasaran tiempo a solas para conocerse puesto que "estaban conociéndose para salir." era realmente irritante. No sólo la situación y el Rey encima de él, sino también la princesa quien parecía estar de acuerdo con todo, esta era cansona y hablaba demás, haciendo que a Minho le diera dolor de cabeza repetidas veces al día, su aroma era demasiado dulce y fuerte para el gusto de Minho, repunandolo de inmediato desde él día que pudo sentirlo.

No había podido ver a Changbin, haciendo que no tuviera con quien quejarse ni dar su opinión sobre Jisung y su lobo.

Jisung.

Había prometido verlo al día que seguía del que le conoció y no sucedió, en cambio estuvo con una Omega irritante, con un Rey parlanchin y sus padres sonriendo incómodamente a las ideas del Rey.

Su lobo está realmente inquieto desde esa tarde que llegó de nuevo al Reino, aullando y suplicando por el Omega.

No sabía cómo ni cuando, pero tenía que darse un respiro. Y con un respiro se refería a salida al pueblo.

Estos días fueron realmente un nuevo nivel del infierno que Jisung vivía a diario, específicamente, luego de haber llegado a casa con el olor de alfa.

Su padre parecía beber el doble que antes, tenía más deudas por culpa de su padre y una vez llegaba a casa luego de trabajar todo el día. Su padre tambaleándose se dirigía hasta él para golpearlo hasta el cansancio diciendo que era un Omega fácil, una perra, prohibiendole la ingesta de alimentos mientras estuviera en casa y muchas cosas más.

Los comentarios de los pueblerinos hacia su cuerpo y m

oretones no tardaron en llegar a él, unos ofendiendo su peso, llamándolo gordo, otro llamándole bara. Y otros simplemente hablando de los moretones en él.

Trataba de cubrirlos lo más que podía con ropa, pero siendo que estaban cerca de verano hacia un poco más de valor que días atrás.

Trataba de cubirir su rostro para no dar más habladurías a los vecinos, ya con sus brazos tenía.

Desde el día que fue a la panadería su padre se volvió loco, al igual que su lobo. El cual chillaba a diario, brincaba y aullaba. En una ocasión hasta había llegado a rasgullarle suplicando por Minho, haciendo que Jisung se confundiera de sobre manera.

Ahora se encontraba debajo de un árbol pintando en su libreta, especificamente en el lugar donde Minho le dió caricias en su cabello.

Solo se podía escuchar la brisa moviendo los árboles, el agua corriendo cuesta abajo y el trazo de su lápiz cuando lo deslizaba. Estaba sumido en su mundo, concentrado en el dibujo.

Minutos después hubo acabo y detalló bien su dibujo, se sorprendió. Había estado tan concentrado y pensado en el alfa puro, que sin darse cuenta, había pintando a este.

Se podían apreciar sus finos ojos en forma de gatito, su respingada nariz y sus pomposos labios. También su cabello azabache.

Sonriendo satisfecho con su trabajo cerró su libreta y la guardó en su mochila junto a su lápiz y borrador. Para luego recostarse en la grama y cerrar sus ojos disfrutando de la calma que sentía en medio de tanta tormenta.

Disfrutaría ese día fuera de casa sin su padre, sin sus gritos, sin sus reprimiendas, sin nada. Solo él y el silencio.

Trataría de disfrutar su día libre.

— Mamá. — Le llamó Minho, sacando su atención del libro para así darsela en su totalidad a su cachorro.

— ¿Pasa algo, Min? — Preguntó preocupada, ya que si veía bien la cara de joven alfa, esta se veía un poco cansada y consternada.

— Quería saber si yo... Uh, podría ir al pueblo lo que queda de tarde. — Cuestionó un poco dudoso, no quería que su madre también quisiera que se quedara encerrado en ese Palacio con la princesa. — solo. — corrigió cuando vió a su progenitora casi contestar.

— Promete no volver tan tarde. Yo te cubro. — Le guiñó el ojo de manera cómplice, haciendo que su hijo sonriera y se dirigiera a darle un abrazo el cual no dudó en corresponder. Amaba a su cachorrito.

— ¡Gracias mamá! — Sonrió aún más para dirgirse a las puertas del Castillo y salir. A diferencia del Reino Lee, el pueblo no quedaba tan lejos del Castillo, unos 10 minutos caminado, en su caso, 5 corriendo.

Estaba feliz de volver a sentirse libre sin esa fastidiosa Omega encimosa, le disgustaba por completo.

Recorriendo el pueblo se le pasó una hora, buscando un lugar donde descansar un rato recordó el lugar donde Changbin dejó los caballos la vez pasada, dirigiéndose a paso lento al lugar.

Unos 7 minutos más tarde había llegado al pastoso lugar. Cuando llegó al lugar en sí, se sobresaltó al ver un cuerpo tirado en el pasto, acercándose cautelosamente se fijó en que el cuerpo tirado, no estaba muerto sino dormido.

A medida que se iba acercando su lobo aullaba y aullaba con mucha fuerza, saltando y ladrando cuando vió como el cuerpo comenzaba a moverse.

Cuando estuvo a unos 10 pasos de distancia pudo sentir ese olor.

Vainilla.

Era vainilla, Vallina de Omega. Omega.... Jisung.

¡Era Jisung!

Emocionado, se acercó mucho más y sonrió cuando se fijó como abría los ojos, pasándolos así sobre él. Haciendo que su cara doliera por su gran sonrisa.

— Jisung. — llamó.

— ¿Minho? — Estaba lejos del mundo, se veía, después de todo acaba de despertar de su siesta así que lo comprendió.

— Ese mismo. — confirmó. — ¿Puedo? — Preguntó señalando un lugar a su lado, esperando el Omega entendiera su pregunta.

— claramente. No debías ni preguntar. — Respondió sonriendo levemente.

Bonito.

Fué lo único que Minho pudo pensar.