Prologo

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Habían estado peleando contra esto por años, habían abandonado la idea de alguna vez recuperar sus días como adolescentes despreocupados e imprudentes para convertirse en líderes. Motivando rebeliones y dando esperanza a gente que lo había perdido todo, era todo lo que podían hacer. No quedaba nada de lo que alguna vez fue su Nueva York.

Habían hecho todo lo que estuvo en sus manos, pero la resistencia había sido destrozada. Los Kraang habían ganado.

Pero incluso ahora, siendo reducidos a prácticamente nada a una velocidad catastrófica, seguían peleando, como prometieron hacerlo.

Cassandra había sido pulverizada, no tenían idea de donde estaba Draxum, o si es que seguía vivo. Aunque, a estas alturas, Miguel Ángel podía apostar a que eran los últimos.

- ¡Leo! - La larga cadena destellaba un brillo dorado como producto de su propio ninpo actuando sobre los nunchakus, para alcanzar una longitud que no sería posible en un arma normal, y envolver a varias criaturas para arrojarlas lo más lejos posible. Mikey no podía darse el lujo de perder a otro hermano.

Habían conseguido seguir viviendo sin Raph y Splinter, consolándose por la certeza de que ambos continuaban acompañándolos, como el resto de todo el clan Hamato...

Cuando perdieron a April y Donnie, ambos estuvieron cerca de caer en la locura. Habían perdido más que simplemente al mejor inventor y a la comandante más valiente y llena de fe en la resistencia, habían perdido a dos hermanos. Al mismo maldito tiempo...

Leo y él solo sobrevivieron por que se tuvieron el uno al otro.

- ¡Vete de aquí Mikey! - No, no iba a hacerlo. Podían escapar juntos, Leo era el maestro en portales. Incluso si había perdido sus poderes místicos al pelear contra el Kraang Supremo años atrás, era quien conocía más sobre los viajes entre portales y podía guiar a Mikey a la seguridad lejos de los Kraang, tenían que salvarse juntos.

- ¡No voy a dejarte! - Exclamó con decisión. Incluso con su ninpo mejorado y las habilidades místicas que había perfeccionado con arduos años de peleas, la tortuga de caja no sería capaz de retener a las creaciones de Kraang por mucho tiempo.

Estaban siendo acorralados, Leo había sido herido, y ninguno tenía la certeza si aún quedaba algún sobreviviente con vida...

- ¡Miguel Ángel! -

- ¡No voy a dejarte, Leo! - Su hermano de máscara azul no dijo nada al respecto, prefiriendo seguir combatiendo contra las bestias de apariencia lobuna que servían como perros de caza para los Kraang con el único ninjato que le quedaba y se negaba a perder. Aquella que conservaba las máscaras de sus hermanos caídos entrelazadas...

La tortuga de caja ya podía sentir los indicios de cansancio y dolor en su propio cuerpo. Ya no podía seguir usando su ninpo, si tenía que usar las dolorosas pulsaciones en sus manos como un indicador. Había perdido un nunchaku al forzar la cadena más allá de sus capacidades místicas al crear una honda de energía para eliminar a las criaturas a un radio de un kilómetro cerca de ellos.

Tendrían un poco más de tiempo para escapar, pero la honda mística debió ser lo suficientemente llamativa como para atraer a más criaturas pronto.Ni siquiera pudo oponer resistencia cuando Leo lo había sujetado con fuerza del brazo y arrastrado a lo que alguna vez pareció ser un subterráneo, la silenciosa orden de una retirada de emergencia.

Mikey podía decir que las bestias Kraang los estaban siguiendo de cerca, buscándolos. Pero Leo se había asegurado de guiarlos por los túneles más estrechos que supondrían dificultades para sus perseguidores. Siempre al frente para proteger al menor caso de emergencia, Mikey estaba lo suficientemente cansado como para poder reclamar por la necesidad de sacrificio de Leo. Al final, llegaron a un callejón sin salida, la estructura de lo que antes fue un metro, y escombros posiblemente causados durante la invasión bloqueaba por completo cualquier vía escape, y los horripilantes alaridos indicaban que las bestias estaban buscándolos en los alrededores, volver por donde vinieron no era una buena elección.

Lo que sea necesarioWhere stories live. Discover now