Donde todo empezó

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—¿Desde cuándo? —Su tono era acusador, el objeto de revelación se encontraba en sus manos moviéndose de manera agresiva. Las mejillas del interrogado no podían estar más rojas y su corazón no dejaba de latir. —¿Desde cuándo Kyle?

—Miren, todo es un malentendido—Intentó zafarse, pero su mejor amigo llevaba toda su vida de conocerlo, la risa nerviosa que lanzó delataba su mentira.

—No lo creo hermano, sé muy bien la talla del gordo, ni siquiera a nosotros nos dejas quedarnos en tu casa, ¿porque tendrías un par de calzoncillos talla XL debajo de tu cama? —Ahora era Kenny quien lo acusaba, pero más en un tono de broma que con la molestia de Stan. Kyle tragó saliva y se sentó al borde del colchón, cerrando los ojos un momento.

—¿Desde cuándo? —Repitió el pelinegro.

—No lo sé, tal vez unos... 15 años—La prenda cayó al suelo, los dos invitados se quedaron totalmente boquiabiertos.

—Espera, espera, espera, ¡¿15 putos años?! No te creo, eso es imposible —Se notaba realmente perturbado.

—Pero es cierto, 15 años amigo, ¿qué más quiere que te cuente? ¿cómo comenzó acaso? —Estaba molesto, tantos años manteniendo ese pesado secreto y ahora es revelado porque el estúpido de Cartman se le olvidó ponerse la ropa interior.

—Pues sí, me gustaría saber cómo carajo es que esto ha estado sucediendo frente a nuestras narices. —Stan lo apunta con el dedo—me lo debes Kyle, he sido transparente contigo todos estos años—El pelirrojo suspiró, no quería hablar—y si no me dices, hasta aquí llega nuestra amistad.

—Okay, okay—Lo calma, se pasa una mano por su cabello rizado y les dice a los dos que tomen asiento, aquello iba a ser una charla interesante—Bien, todo comenzó cuando teníamos 12 años...

--o--

Del odio al amor hay un solo paso... eso es pura mierda.

Pero algo Kyle si tiene bastante claro y es que amar u odiar son sentimientos tan intensos que en algún punto se difuminan. En ambos casos te fijas constantemente en esa persona cuando está cerca, quieres saber qué hace o donde está, lo ves y sientes brotar desde lo profundo de tu cuerpo algo que no logras entender pero que te obliga a seguirlo ciegamente. Incluso, cuando sientes que ya no volverás a verlo y que todo terminó, un profundo vacío se instala en tu mundo, un miedo intenso a perder aquello que concibes, es lo único que deja.

—Es culpa de Kyle—Lo escuchó decir con su voz ya no tan aniñada. —Seguro el toro con esteroides se vio atraído por su pelo color rojo menstruación.

—Cállate gordo, tu fuiste el que se metió a la granja para darle esteroides por dos malditas semanas. —Se defendió, sintiendo nuevamente ese no sé qué brotar de su estómago.

—No lo hubiera hecho si tu no me hubieras dado la idea de montar un negocio de carne para gymsrats—Siguió, con esa sonrisa pretenciosa y los brazos cruzados.

—¡Lo dije de broma imbécil!

—¡No me importa quien haya sido el de la idea! La tauromaquia está mal y solo lo hacen en España porque es cultura nacional. Ustedes dos están castigados—Sentenció el director PC, lo que era un castigo leve considerando que varios muros de la escuela se vieron dañados por aquella travesura.

Ambos fueron llevados al salón de castigo donde eran obligados a escribir un ensayo sobre los derechos animales y los deportes donde salen lastimados. Ninguno habló por un buen rato, eran los únicos ahí, el maestro de turno estaba tan drogado en hierva que no les ponía atención.

—Eres un maldito hijo de puta—Comentó Kyle terminando su ensayo. —Me citaste a la entrada de la escuela sabiendo que el toro vendría, además, ni siquiera venía por mí, estuvo a punto de embestirte por traer tu estúpido abrigo rojo.

US | Cartyle/KymanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora