No puedo

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—¿Kyle? —La mano de Stan se posa cerca de él—te has quedado viendo a la nada un buen tiempo.

—Yo le hice una promesa cuando murió su madre—Dice, los otros dos lo miran realmente sorprendidos, sabiendo que esa época fue dura para castaño. Pero Kyle no da más contexto. Aquel recuerdo de esa noche se quedaría en su mente como un tesoro preciado. No solo porque no quería airear uno de los momentos más vulnerables de Eric, no, si no que quería ser el único en poseer esa parte sensible de él.

—¿Que promesa? —Pregunta Kenny.

—Que me quedaría a su lado sin importar que. 

—Bueno, pero esa promesa la has cumplido, ¿no es otra razón para que estén juntos—El pelirrojo niega con una sonrisa triste.

—Yo pude mantenerla, pero él no pudo jurarme algo de vuelta. —Suspira, apagado—tal vez si no hubiéramos ido a tu boda las cosas hubieran sido distintas—El pelinegro se apuntó a sí mismo, totalmente incrédulo.

—¿Mi boda? ¿Qué tiene que ver mi boda con esto? —La habitación se queda en silencio.

—Todo.

--o--

—Los declaro marido y mujer—Grita el sacerdote y los jóvenes de ya 25 años unieron sus labios para sellar la unión. Los invitados se levantan de sus asientos y aplauden efusivamente.

Después de la hermosa ceremonia se les lanza arroz a la salida y todos se dirigen a la recepción de la fiesta. En la hermosa sala preparada para el evento se puede ver tanto familiares de la feliz pareja como algunos amigos que han mantenido desde la infancia. Muchos de ellos llevaban años sin verse tras abandonar el pueblo, pero ahora que están de vuelta para la ocasión, es utilizada para adelantar vidas.

—¿Es niña? —Pregunta con una gran sonrisa el pelirrojo ante la gran barriga de Nichole Black—Me alegro mucho por ustedes.

—Va a ser un bebé milagro, empezamos a intentarlo desde que nos casamos, pero fue difícil, después de tres años casi nos rendimos—Explica Tolkien sin soltar a su esposa.

—Estamos ansiosos por la llegada de Lisa, pero a decir verdad va a ser un poco difícil no estar solo nosotros dos—Ambos se dan un beso—oh Kyle, ¿recuerdas cuando éramos niños y nos gustábamos? que diferente sería la vida si Cartman no hubiera intervenido—Iba a decir algo cuando una mano se posa en su hombro.

—Te dije que se pertenecían, pero este pendejo quería intervenir en su felicidad. —Habla el castaño con una gran sonrisa—yo debería ser el padrino ya que, si no fuera por mí, no existiría. —Tolkien da una risa entre dientes disimulando el disgusto por la conversación.

—Siempre me quedó la duda de si ustedes realmente eran pareja o no, ya sabes, por lo del estadio y así...—Comenta la morena y ambos contestan al tiempo.

—¡No! —Se miran, sorprendidos por la rapidez del otro.

—Claro que no, todo fue una mierda inventada por este gordo, pero bueno, eso ya quedó en el pasado—Se zafa el pelirrojo soltándose del agarre del otro para luego despedirse de la pareja con una mirada algo sombría.

—Otro final feliz gracias a mí, y ya no estoy gordo, pero tu sigues igual de arenoso—Se alaba Eric, Kyle rueda los ojos.

—Cállate, han pasado años y aun sigues disimulando tu racismo... y noo tengo arena en la vagina imbécil—Suspira, cosa que no le gusta al castaño.

—¿Que? ¿acaso te gustaría que no hubiera hecho nada y ahora tendrías un bebé mitad negro y mitad judío? no des más abominaciones a este planeta Khal.—Se notaba celoso, el nombrado lo miró con una media sonrisa y disimuladamente le alisó la corbata.

US | Cartyle/KymanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora