°•Enamorado del castigo•° |Spartor|

Capitulo 13

-La pregunta es quien eres tu-
dijo la chica mientras me miraba de arriba para abajo.

Hice lo mismo y me di cuenta de
inmediato que la había embarrado al ser tan grosero, esta chica con el cabello castaño y mirada feroz era viva imagen de Ari  solo que ella tiene los ojos color miel.

-El es un compañero de la
escuela, sigue Andrés -exclamo aquel chico de ojos verdes detrás de ella.

No me gusto ni un poco que
se refiriera a mí solo como su
compañero de clases cuando hemos hecho muchas cosas que están lejos de considerarse como simple socialización de conocidos.

- Andrés ella es Emma- presento
este a la chica.

-Su hermana mayor-añadió la
chica de ojos miel.

La chica más bien parecía la
hermana menor de Ari ya que
pese a su estatura sobresaliente del promedio, su cara tiene facciones demasiado delicadas y sutiles que le dan un toque tierno.

-Voy a buscar mi computador,
siéntate donde quieras--murmuro
Ari rompiendo con el silencio.

Con incomodidad por la mirada
de la chica, me senté en el sofá
más cercano que encontré y saque de mi bolso mi libreta con la calculadora para tener listo todo cuando Ari llegara.

Esta vez podría quedarme lo que
yo quisiera porque el tío Marco me ayudo a que mi madre bajara el nivel de su castigo recordándole que este trabajo tenía un porcentaje muy importante en la calificación.

Lo único malo es que aún no me
entrega mi celulary me aburro sin él.

-Eres la segunda persona que
Aei deja entrar en este lugar lo
cual significa que no eres solo un
compañero de clases ¿qué quieres
con mi hermano?-la chica se
colocó sus manos en la cintura y
acerco su rostro al mío.

No solo se parecía fisicamente a
Ari sino que tambien tenía su
actitud que rodea un carácter que
desea el temor de los que ven sus
ojos.

-¿Quien fue la primera?-me
molestaba mucho el hecho de no
ser el primero que quiera derribar las barreras que esconden lo que realmente es Ari.

-Responde tu primero-exigió sin
cortar la cercanía de mi rostro con el suyo.

No le iba demostrar debilidad así
que me acerque más a ella y mire
aquellos ojos miel de la misma
forma que ella mira a los míos.

-Lo quiero todo, quiero sus
miedos, sus secretos y sus errores
porque realmente me gusta-
respondí.

Realmente es eso, lo necesito más
de lo que él podría necesitar a
alguien.

-Eres codicioso pero para Ari
nunca vas a ser el número uno,
ese lugar ya está ocupado- sus
palabras dolían más de lo que
puede imaginarse.

Dolía porque desde que lo conocí
supe que su atención nunca estaría solo en mí.

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-Terminamos-susurre mientras
comenzaba a guardar mis cosas-
Yo creo que lo mejor es irme- dije
tratando de no mirar sus ojos.

Me sentía mal y solo quería ir a
mi casa para dormir y dejar de
pensar tanto, lo que había dicho la hermana de Ari me había afectado más de lo que pensé.

-Hoy no te voy a dejar ir hasta que
terminemos lo que comenzamos-
susurro en mi oído antes de morder el lóbulo de mi oreja.

-¿Y qué es lo que comenzamos?
- dije provocativamente mientras
me subía a su regazo.