Capítulo Dieciséis

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·ラグナロクの記録

-Gods and Monsters-

·神々と怪物

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—¿Qué pasa con todos estos regalos, Loki?— murmuraste rápidamente.

Tus ojos escanearon la amplia selección de regalos brillantes y coloridos con perplejidad. El dios solo tenía una sonrisa dibujada en su rostro burlón, colocando sus manos sobre tus hombros.

—¿Por qué razón no debería darle a mi esposa el trato que se merece?— preguntó Loki astutamente, mientras tu rostro se calentaba.

—Loki, por quinta vez...— dijiste con desdén—. ¡No soy tu esposa!

—Todavía— agregó rápidamente Loki. Dejaste salir un resoplido, pero lentamente sentiste una sonrisa en tus labios.

—Eres incorregible.

—Lo sé— suprimiste una risa, volviendo tu mirada a la gran cantidad de regalos que había. Caminando hacia una de ellos, agachándote para tomarlo del suelo—. Deberías hacer esa pose más seguido~— ronroneó Loki, inclinando la cabeza.

Tu cara se sentía como si estuviera en llamas. Quitándote el zapato rápidamente, lanzándolo hacia el dios coqueto. Este golpeó de lleno su cara mientras dejaba escapar un gemido de dolor.

—¡Tienes que tratar a las mujeres con más respeto, pervertido!— lo regañaste. Tomando nuevamente el zapato, colocándolo en tu pie.

—Lo siento~— canturreó Loki a modo de disculpa mientras frotaba frenéticamente su frente, la zona que había golpeado.

Recogiste el regalo envuelto descuidadamente con un papel de regalo de color (C/F). Abriéndolo rápidamente. Tus ojos se posaron en la pequeña caja de color esmeralda en cuanto arrancaste el último trozo de papel. Quitaste la tapa, centrando tu atención en un collar.

El collar tenía una cadena de plata que se abrochaba en la parte de atrás de tu cuello con un broche. En el centro tenía un dije ovalado con unas pequeñas tallas, pero lo que más llamó tu atención era la gema que tenía.

Sostuviste el colgante cerca de tus ojos, los cuales brillaban llamativamente.

—Loki... esto es tan hermoso— susurraste. Loki sonrió con autosuficiencia.

—Por su puesto que lo es. La gema es una de las más raras de su tipo en el mundo, es un ópalo negro— sonreíste antes de girarte hacia el dios.

—¿Puedes ayudarme a ponerme esto?— preguntaste tímidamente. El dios tomó el collar antes de colocarse detrás de ti.

Sentiste que Loki colocaba el collar alrededor de tu cuello antes de colocar en su lugar. Tomaste la gema entre tus manos, mirándola con admiración. Un silencio se apoderó del dios y de ti.

Loki presionó su cuerpo contra el tuyo, sintiendo su cálido aliento, haciéndote cosquillas en la nuca.

Hasta que las puertas se abrieron de repente, lo que te hizo saltar rápidamente lejos del dios, tus ojos se volvieron rápidamente hacia la puerta.

—¿Estoy interrumpiendo algo?— preguntó Buddha, sus ojos azules nublándose con un toque de malicia. Loki deslizó su brazo a tu alrededor.

—Sí, definitivamente lo estás haciendo...— los dos dioses se miraron fijamente, sus ojos despiadados se clavaron en los del otro. Incómodamente te pusiste en pie.

—Chicos, ¿es enserio?— preguntaste con incredulidad. Los dos dioses continuaron mirándose molestos el uno al otro.

Suspiraste derrotada por su actitud, saliendo de la habitación tensa. Caminando por el pasillo mientras frotabas tu cabeza ligeramente sin prestarle atención a tu alrededor. Antes de caer al suelo tras chocar con algo.

Suspiraste derrotada, saliendo de la habitación tensa. Caminando por el pasillo mientras frotabas tu cabeza ligeramente. Antes de caer al suelo al chocar con algo.

O alguien.

—Lo siento mucho— te disculpaste rápidamente, admirando a la otra persona.

Sus ojos despreocupados de color (C/O) se encontraron con los fríos del extraño. Unos ojos sin vida que no se encontraron exactamente con los tuyos, porque estaba evitando el contacto visual.

O al menos eso era lo que parecía.

Te levantaste y continuaste mirando con curiosidad al "hombre". Su apariencia alta y musculosa se elevaba sobre la tuya, haciéndote sentir como una presa. Y el gran tridente que tenía entre sus manos no ayudaba demasiado.

—Lo siento señor por tropezar con usted. No estaba mirando por donde iba— aun no recibiste una respuesta de su parte. Suspiraste—. Muy bien, entonces... me iré— fue entonces cuando los ojos del hombre se pegaron en ti. Una breve mirada de sorpresa inicial brilló en sus ojos antes de desaparecer.

Te diste la vuelta para alejarte de allí, pero un fuerte agarre en tu muñeca te detuvo. Rápidamente levantaste la mirada para ver al extraño "hombre" sujetando tu muñeca. 

Retrocediste por el dolor y la incomodidad. Tus ojos temerosos se clavaron en los suyos, solo que esta vez, sus ojos miraban directamente hacia tu alma.

Gods And Monsters - Record of RagnarokWhere stories live. Discover now