Una vez en su casa, Hyunjin se quitó la ropa y, semidesnudo y llevado por la tristeza, se metió en la cama hecho una bola de llanto.
"Debería sentirme alegre porque al menos me superó, porque está siendo feliz, porque lo sigo teniendo a mi lado aunque sea como amigo, pero porqué me duele tanto..." se repetía una y otra vez en su cabeza mientras empapaba su cama con sus lágrimas.
En aquel momento estaba lleno de dudas, pero de lo que estaba seguro era de que quería desaparecer.
Una vez llegada la noche, mi teléfono sonó, y... efectivamente, era Lee Minho, o ''Minhito <3'', como lo tenía aún agendado.
- ¡Hyunjinnie! Teníamos un acuerdo pendiente, ¿Se le olvidó?
Silencio.
Lo único que se escuchaba por parte de Hyunjin era silencio.
- ¿Jinnie?
- Ah...perdón por no contestar, estaba... ocupado...
- Ya veo... ¿Esa 'ocupación' es más importante que nuestra promesa? Al menos preséntame, traételo a mi casa esta noche.
- ¿Minho? ¿Qué dices?
- Venga Hyunjinnie... no me chupo el dedo, ya sé a qué te refieres con ocupación, tratelo... ¿Es guapo? ¿O guapa?
- ¡MINHO! No se trataba de 'esa' ocupación, era algo... eran papeles de... mi empresa. Ya voy para tu casa, dame veinte minutos.
Y colgaron.
A Hyunjin le pareció un poco doloroso y de chiste que pensara que él pudo rehacer su vida tan rápido porque la sospecha de que Minho esté con Jisung comenzaba a ser algo seguro para él.
Él realmente nunca olvidó a Minho, y comenzaba a pensarlo más seriamente.
Pasaron los veinte minutos de camino a su casa y, como le prometió, el menor estaba tocando la puerta de la casa del mayor.
