CAPITULO III

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A la coreana se le había hecho difícil concentrarse en la escuela después de lo de anoche. Si, Momo no la beso, pero estuvo a punto de hacerlo y eso le erizaba la piel, la hacía sentir nerviosa cada vez que pensaba en eso.

— ¿Dubu? Llevas sin hablar diez minutos. ¿Pasa algo? — la tailandesa se acercó y puso uno de los mechones de cabello que caían sobre su rostro detrás de su oreja.

— Yo se que pasa. ¡A Dahyun le gusta alguien! — grito Park.

Dahyun, quién acababa de reaccionar, se levantó rápido y comenzó a corretear a Rosé. — ¿¡Pero que estás diciendo!?

— ¡Ya! ¡Te dejo! ¡Pero no me persigas más, te lo ruego! — grito Rosé tomando aire.

Se detuvo junto a Lisa que observaba la pequeña persecución que habían hecho sus amigas.

—  ¿Aún sigue en pie nuestro plan de hacer la tarea en tu casa, Dahyunie?

Joder. Dahyun había quedado con Momo el día en el que el Chaelisa irían a su casa.

— Aah, respecto a eso... —  ¿que podía decir? ¿"Lo siento, me juntaré con los chicos con las hormonas alborotadas y que solo piensan en sexo"? Definitivamente no, tendría que cancelar su salida con la japonesa. — Por su puesto, ahí las vere. — Momo y los demás tendrían que esperar.

La tailandesa le sonrió y le dio un cálido abrazo. — Gracias, Tofú. — era tan adorable.

De reojo pudo notar a como Momo la miraba, ¡ni si quiera se esforzaba en disimular! Dios. Pareciese que con lo poco que hablaron ayer ya creía que la conocía muy bien.

Ese mapache estaba muy equivocado.

— Dahyun. ¿Irás hoy conmigo y los demás? Les agradaste. — la mencionada se sobresalto por el repentino golpe que la japonesa dio en la mesa, ¡¿En qué momento apareció y de dónde salió?! Los amigos de Hirai la saludaban desde lejos.

Observo como sus amigas se alejaban, yendo a sabrá Dios donde. "¡No me abandonen!" pensó, no quería estar sola con la mayor.

— Tal vez.

— ¿Ah?

—  Escucha, ¿Momoring?— dijo llamándola por el apodo que había odio a sus amigos llamarla. — Cómo sea. Tendré algunas cosas que hacer y no puedo ir a divertirme con ustedes, lo siento. — Dahyun se levantó se su asiento. — Pásenla bien. — comenzó a alejarse.

Momo bufó ladeando con la cabeza y tomando a Dahyun del brazo atrayendola hacia ella una vez más. — Me llamaste Momoring. — su sonrisa de lado de nuevo.

La poca distancia entre los rostros de ambas hacia que la más baja se sintiera nerviosa, sentía sus mejillas arder mientras Momo acariciaba sus nudillos.

— ¿Hay algún problema con que te diga así? Escuché que ellos también lo hacían. — trataba de disimular sus nervios, el poco espacio entre ambas la estaba matando.

La japonesa soltó una risita, aún sin soltar el agarre. — No hay problema, pero no te dejare faltar. — se acercó más a su cuerpo. De inmediato Dahyun sintió algo duro chocando con su estómago. ¿Era lo que estaba pensando? — Escucha Kim, se que lo sientes. ¿Ahora entiendes el problema que acabas de causar? — la menor tragó saliva. No sabía que hacer y el hecho de que Momo estuviese haciendo todo eso frente a toda la escuela la avergonzaba. — M-Momo, yo... — las palabras no le salían, sentía su corazón acelerado, su cara ardiendo y los penetrantes ojos de la pelinegra sobre sus labios. Joder, quería arrojarse a ella y comerle los labios, poco o nada le importaba estar con toda esa gente. Pero no lo hizo, lamentablemente. — No tienes otra opción. Yo misma te llevaré. — y ahí su sonrisa de lado otra vez. — A la misma hora que ayer.

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⏰ Last updated: Feb 21 ⏰

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THE RED ROOM - DAHMO G!PWhere stories live. Discover now