Capítulo 1: El Caballero Negro

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Las estrellas ardían en el firmamento, presagiando la llegada de un destino incierto. Guts, el Caballero Negro, emergió en un mundo desconocido a través de las brumas del espacio. No sabía cómo había llegado allí, pero el inescrutable tejido del universo lo había llevado a un campo de batalla desesperado.

Mientras su mente luchaba por comprender su situación, Guts demostró el caos que reinaba en el campo de batalla. Las fuerzas imperiales se encontraron acorraladas, superadas en número por las hordas traidoras de Mortarion. El aire estaba cargado de pesimismo y desesperación, como si el mismo Caos se hubiera infiltrado en los corazones de los defensores.

La rabia se encendió en el interior de Guts. No podía soportar ver a aquellos que luchaban de manera tan valerosa sucumbir ante la oscuridad. Sin pensarlo dos veces, se abalanzó contra las filas enemigas, su espada berseker cortando a través de la carne y el metal en un frenesí de destrucción. Su sola presencia infundió nueva vida en los combatientes humanos, quienes se levantaron con renovada determinación para enfrentar a sus enemigos.

Mientras Guts se abría paso a través del campo de batalla, sus pensamientos vagaron hacia su propia existencia. ¿Cómo había llegado hasta aquí? ¿Qué propósito lo había llevado a este mundo en guerra? La respuesta parecía escaparle, pero no podía permitirse distraerse. Había encontrado una causa digna de su feroz espíritu y se entregaría a ella sin reservas.

Entre el estruendo de la batalla, las voces de los combatientes resonaron en sus oídos. Los soldados imperiales lanzaron gritos de aliento y juramentos de lealtad al Emperador, mientras los traidores blasfemaban y reían en su depravación. Guts escuchó las palabras de desesperación y desafío, y sintió un fuego ardiente en su pecho. No permitiría que la luz de la humanidad fuera eclipsada por la oscuridad del Caos.

De repente, un líder traidor se alzó frente a Guts, desafiándolo con una mirada llena de malicia y arrogancia. Sus palabras eran veneno, intentando minar la determinación del guerrero negro. Pero Guts no flaqueó. Respondió con un gruñido gutural, su mirada fija en el enemigo.

"¿Crees que puedes enfrentarte a mí, pequeño insecto del Imperio?", espetó el líder traidor con desdén.

Guts sonrió, una sonrisa llena de salvaje determinación. "No subestimes la furia de aquellos que luchan por la humanidad. Estoy aquí para asegurarme de que nunca olvides esa lección".

El combate se desató en una danza de acero y sangre. Cada golpe de Guts era un rayo de venganza, una expresión de su inquebrantable voluntad. Su cuerpo se movía con una destreza sobrehumana, esquivando golpes mortales y respondiendo con una fuerza descomunal. El líder traidor se vio superado, su arrogancia destrozada por la ira indomable del Caballero Negro.

En medio del caos y la destrucción, las fuerzas traidoras comenzaron a retroceder. El enfrentamiento con Guts les había mostrado la futilidad de sus esfuerzos. Temerosos de encontrarse con los refuerzos imperiales, abandonaron la batalla y huyeron en desorden, dejando atrás un campo de muerte y desolación.

Los soldados imperiales miraron a Guts con asombro y gratitud. Había sido su salvador en la oscuridad, el héroe que había llevado la esperanza a un mundo al borde de la perdición. Las comunicaciones del planeta se repararon y las llamadas de auxilio resonaron a través del éter, llamando a refuerzos del Imperio.

Mientras tanto, Guts yacía en el suelo, su cuerpo marcado por las heridas de batalla. El destino le había llevado hasta aquí, a este mundo en guerra, pero sus fuerzas flaqueaban. La muerte parecía acecharlo de cerca.

Fue entonces cuando un trueno retumbó en el cielo y una nave de guerra de los Ultramarines apareció en el horizonte. Su llegada era un rayo de esperanza en medio de la oscuridad. Al mando de la nave encontré a Marneus Calgar, el legendario Capitán de los Ultramarines.

Calgar desapareció la escena, asombrado por las hazañas de Guts y la valentía de los defensores humanos. Se dio cuenta de que había encontrado un guerrero excepcional, uno que debía ser salvado y trajo a la luz del Emperador una vez más.

Los Ultramarines descendieron al campo de batalla, rodeando a Guts con reverencia. Con habilidad y cuidado, lo levantaron y lo llevaron a su nave, donde se sometería a una transformación radical. Guts se convertiría en un Marine Primaris, una nueva y poderosa encarnación de sí mismo, destinada a luchar por el Imperio y extender su leyenda más allá de las estrellas.

La historia del Caballero Negro se expandió rápidamente por el Imperio. Su nombre resonó en cada rincón del planeta y en los corazones de los soldados. Guts se convirtió incluso en un símbolo de valentía y determinación, un ejemplo vivo de cómo la voluntad humana puede resistir en los momentos más oscuros.

Y así, mientras la galaxia se estremecía bajo la amenaza del Caos, el Caballero Negro renació como un implacable defensor de la humanidad. Su historia se entrelazó con la de Marneus Calgar, quien se convirtió en uno de sus mentores  y guías en este nuevo capítulo de su vida.

Fin del Capítulo 1.

Guts sigue una nueva senda en WH40KWhere stories live. Discover now