Alguna ves él fue un fiel servidor de la luna... ¿Qué le sucedió? ¿Por qué las traicionó?
Eso ya no importaba, ahora ellas solo querían matarlo, por mucho que les doliera hacerlo, pues una traición hacia las cazadoras de Artemisa es algo imperdonabl...
Un grupo de 5 mujeres jóvenes, que tenia arcos en sus espaldas, corrían por el bosque con todas sus fuerzas, todas tenían múltiples cortes de los cuales escurría sangre, para suerte de las chicas ninguno de los cortes eran letales pero ardían demasiado.
Luego de correr sin para por un buen rato las 5 cazadoras encontraron un claro libre de árboles donde se detuvieron para retomar el aire, la luz de la luna bañaba sus cuerpos dejando ver de forma más clara sus figuras llenas de heridas.
No pudieron descansar por mucho tiempo pues escucharon algo moverse entre los arbustos y no dudaron en ponerse en guardia, todas tenían dagas en mano pues sus carcajes estaban completamente vacíos por lo que sus arcos no les servirían de nada.
De los arbustos salió un pequeño conejo blanco que las miro con curiosidad. Las cazadoras suspiraron aliviadas al ver al pequeño animal.
—Saben, es de mala educación salir corriendo cuando solo quería hablar un rato con ustedes —una voz burlona perteneciente a alguien del género masculino hablo desde la rama de un árbol. Las cazadoras se tensaron al escuchar la voz del hombre, en eso el desconocido salto de la rama cayendo frente a ellas quienes retrocedieron asustadas —. ¿Qué tal si terminamos con nuestra pequeña charla de antes? —la burla en su voz era completamente evidente.
La capucha del hombre era el elemento más distintivo de su traje. Parecía hecha de cuero suave pero resistente, presentaba una forma puntiaguda que cae sobre sus hombros, ocultando parcialmente su rostro en la sombra. Tenia pequeños detalles en plateado que la adornaban, añadiendo un toque de elegancia a su diseño misterioso.
La túnica del extraño eran larga y fluida, cubriendo su torso y piernas con una capa de cuero negro que se adaptaba a sus movimientos con facilidad. Decorada con ribetes en color dorado, la túnica no parecía estar hecha solo para proporciona protección, sino que también para añadir un toque de estilo.
Las botas parecían ser ligeras y eran aterradoramente silenciosas, parecían ser diseñadas para permitirle moverse con agilidad y sigilo. Hechas de cuero flexible, las botas se ajustaban cómodamente al pie y la pierna del hombre, proporcionando un soporte firme sin comprometer su movilidad. Tenia detalles metálicos en la parte superior de las botas que añaden un toque elegante a su apariencia.
Finalmente, los guantes del extraño completaban su traje, cubriendo sus manos con cuero suave y flexible. Diseñados para permitir un movimiento ágil de los dedos, los guantes le ofrecían un agarre seguro a sus armas, garantizándole que esté siempre listo para cualquier situación.
Algo muy distintivo del hombre eran sus ojos, que desprendían un brillo escarlata amenazador desde la oscuridad que proporcionaba su capucha, eso le daba un toque más amenazante al desconocido.
Un carcaj lleno de flechas colgaba de su espalda baja, posicionado de forma horizontal pero inclinado ligeramente para que las flechas dentro de el no cayeran cuando él se moviera.
{Es el traje del ruiseñor de Skyrim}
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