¿Qué Cambio?

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Luego de la anterior discusión, que termino con Artemisa dormida en brazos de Apolo, el dios del sol acostó a su hermana para dejarla descansar y luego se retiro a hacer cosas que tenia pendientes.

Cuando la diosa de la luna se estaba despertando otra vez, luego de dormir por un largo tiempo, Apolo entro para ver como se encontraba su hermana encontrándola sentada en su cama.

¿Mejor? —preguntó Apolo preocupado. Artemisa solo asintió sin confiar mucho en su voz para contestarle.

Antes de que Apolo pudiera hacer más preguntas fue interrumpido por un rayo que surco los cielos. Ambos gemelos pudieron identificar el rayo como un aviso de Zeus sobre una reunión de los Olímpicos que se llevaría acabo dentro de poco.

Tenemos que ir —dijo Artemisa con seriedad, intentando dejar atrás la actitud vulnerable que le había mostrado a su hermano.

¿Segura que te puedes poner de pie? Hace poco que despertaste —dijo Apolo con preocupación sobre la salud de su hermana.

Si, estoy segura, ahora vámonos —respondió Artemisa mientras se ponía de pie y posteriormente desapareció en un destello plateado.

Apolo suspiro con resignación, su hermana a veces era demasiado terca para su propio bien, luego procedió a desaparecer en un destello dorado dejando la habitación libre de habitantes que la ocuparan.

Ambos gemelos aparecieron en medio de la sala de los tronos de los 12 Olímpicos, donde se llevaban a cabo todas las reuniones de los dioses. Miraron que la mayoría de integrantes del consejo ya se encontraban ahí, así que decidieron ir a sus respectivos tronos para esperar a los que faltaban.

Artemisa, desde su trono, miro con aburrimiento su entorno. Ares se encontraba sacándole filo a la punta de su lanza, Afrodita aplicándose un poco maquillaje, Hestia estaba cuidando las llamas del hogar, Zeus y Poseidón estaban peleando por ver quien era el preferido de Rea, Hefesto estaba jugueteando con una especie de búho mecánico, Atenea se encontraba leyendo un libro y debes en cuando mandaba una que otra mirada discretas hacía Hefesto (No tan discretas para Artemisa que las notaba perfectamente), Hera estaba sentada en su trono mirando con enfado a su infiel esposo, y Apolo solo se mantenía sentado en su trono con aburrimiento, obviamente no queriendo estar ahí... Si, lo normal.

{A partir de aquí serán largas descripciones de cada uno de los dioses antes mencionados, si quieren pueden saltarse estas partes y solo ver las imágenes que pondré como referencia. Hago esto para tener relleno y que el capitulo no sea tan jodidamente corto}

Ares era el dios de las guerras, la virilidad masculina, la brutalidad, la violencia y los horrores de las batalla. Él poseía una estatura impresionante, sobrepasando la media de los hombres humanos promedios, lo que le confería una presencia imponente. Su constitución es robusta y musculosa, con cada fibra de su cuerpo denotando fuerza y poderío físico. Su postura era erguida y segura, irradiando confianza y autoridad a simple vista.

Ares vestía una armadura meticulosamente elaborada, compuesta con un metal resistente y adornada con intrincados diseños que reflejaban su estatus divino y su conexión con la guerra. La coraza que cubre su torso está decorada con relieves que representan escenas de batallas y símbolos de guerra. Las hombreras estaban detalladamente trabajadas y cuentan con púas afiladas que añaden un aspecto intimidante. Sus brazaletes y grebas están grabadas con motivos que evocan la fuerza y la violencia.

Los rasgos fáciles de Ares son prominentes y viriles, con cejas arqueadas que resaltaban su expresión desafiante y decidida. Sus ojos, de un color rojo sangre intenso y penetrante, reflejaba su astucia y determinación en el campo de batalla. Su mandíbula estaba marcada, denotando su fuerza y determinación.

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