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No habían sido los brillantes rayos del sol que acariciaban con dulzura el rostro del futuro soberano de China los cuales interrumpieron su sueño, sino los fuertes golpeteos contra la puerta de madera que era la única entrada a su alcoba

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No habían sido los brillantes rayos del sol que acariciaban con dulzura el rostro del futuro soberano de China los cuales interrumpieron su sueño, sino los fuertes golpeteos contra la puerta de madera que era la única entrada a su alcoba. Con un sonido gutural contestó el llamado, concediéndole el permiso a la persona culpable de que Morfeo lo separase de sus cómodos brazos para adentrarse al lugar, tratándose de la coordinadora de los trabajadores del palacio ─quien se había comportado con él como si fuese su propio descendiente─, que recibió la orden del mandatario de la nación creciente de despertar al heredero de la corona.

Lele, buen día ─le saludo al chico con una sonrisa dulce, sabiendo lo duro que sería para él ese día. Pese a que Chenle solo se removió entre sus edredones sin tener intenciones de contestar el saludo, ella continuó─, el rey espera su presencia para tomar amenamente el desayuno con usted.

Un gruñido salió desde lo más profundo de su garganta, ¿desde cuándo su padre se tomaba el tiempo de desayunar con él?

Ah, sí, desde que lo vendió ─practicamente─ al sucesor del rey de Corea del Sur con el fin de crear una alianza entre los países que han tomado auge en la última década del siglo.

Con una rabia creciente en su pecho y cierta somnoliencia que no abandonaba en su totalidad su cuerpo, levantó bruscamente su cabeza de la almohada y miró con ironía a la mujer que se encontraba parada a escasos metros de su cama─. ¿Qué? ¿Para recalcarme nuevamente que debo de ser sumiso y atender cualquier capricho de mi prometido del cual todavía desconozco su nombre? Taeyeon noona, por favor, no pierda su tiempo y déjeme seguir durmiendo.

─Principe, por más que desee cumplir su capricho porque tampoco estoy de acuerdo totalmente con la decisión tomada, le recomiendo que baje si no quiere crear un conflicto innecesario con su padre. ─los sublimes orbes de la fémina, ya decorados con ciertas arrugas que los años de arduo trabajo le dejaron, miraban con súplica al joven.

Éste, incapaz de negarle algo a la castaña, suelta un suspiro resignado a la idea de volver a disfrutar de la suavidad de sus sabanas─. Agh, está bien, Yeonnie, bajaré en diez minutos.

La mujer se aproxima hasta el pelinegro y planta un pequeño beso sobre sus cabellera desarreglada para luego dejar la habitación para seguir con sus deberes, ese mismo día sería la ceremonia del compromiso oficial de los príncipes, por lo que el personal del palacio estaban repletos de tareas que iban desde la preparación de cientos de platillos variantes en su origen hasta la decoración del gigante salón de baile que era el atractivo principal del lugar.

Chenle arruga sus ojitos, todavía acostumbrándose a la luz, para luego levantarse con pereza de su cama y acomodar sus edredones, ya que no quería darle más trabajo a la pobre servidumbre.

Se desplazó con torpeza hasta el baño que se hallaba dentro de su alcoba, dándose una ducha con rapidez, sintiendo como el agua fría trataba de animarlo del duro día que le venía, luego cepillo sus dientes y solo se dedicó a secar con su toalla preferida cada gota que se encontraba sobre su piel tan pálida como la nieve que caracterizaba la temporada de invierno en Shanghai. Al acabar, camino hasta su inmenso armario, el vestirse solo era algo que siempre le causaba conflicto, no porque no supiera hacerlo, sino que se consideraba alguien indeciso al momento de elegir sus prendas a vestir; el traje de seda fina de un rosado bastante tenue y repleto de joyas que costaban una fortuna se burlaba de su destino, por lo que el pelinegro soltó un bufido que terminó por provocar un puchero.

Una camisa holgada blanca y unos pantalones de algodón fueron su elección, sabiendo que había tardado un poco más del tiempo que él mismo había estipulado, se esfumó de su recamara con una velocidad increíble. Corriendo por los inmensos y, todavía, fríos pasillos del castillo, con sus largos y delgados dedos se dedicaba a peinar sus hebras rebeldes que habían sido herencia de su madre, disculpándose con cada uno de los sirvientes en caso de chocar con ellos.

En menos de lo que pensó terminó en el inmenso comedor, en dónde sus progenitores esperaban por su presencia, quienes lo saludaron mostrando sus encías brillantes, acto que tenía cierta falsedad que no pasó desapercibida por el menor. Tomó asiento a una distancia prudente de sus padres y les dedicó una sonrisa incómoda, más de una década había transcurrido desde la última vez que se sentaron juntos allí y el irritante sentimiento de desasosiego no dejaba de molestarle.

Levantó sus cubiertos de su sitio y comenzó a degustar los exquisitos fideos que habían preparado, todo bajo la constante vigilia de los reyes. Su papá, Zhong Kun, el cual ya había terminado de comer, carraspeó tratando de llamar la atención de su hijo legítimo, para proceder a sacar un tema de conversación que logro hacer retorcer del estómago del chico─. ¿Estás emocionado por el día de hoy, Chenle?

Debía de estar bromeando, ¿no?

─¿Emocionado por entregarme a un hombre de quién desconozco sus intenciones? No me jodas, padre. ─soltó, satírico, sintiendo como el veneno que había salido de sus labios había salpicado el orgullo de su progenitor.

─¡El lenguaje, Lele! ─regañó su madre, Zhong Hyoyeon─, ¿qué pensaran los soberanos de Corea del Sur del lenguaje de su futuro yerno?

─Como sí fuese de mi interés agradarles. ─rodó sus ojos por el estúpido intento de su madre de crear algún tipo de efecto en él y su comportamiento─, no me vuelvas a decir Lele, no tienes derecho a decirme así ─la señaló, con un fuego naciente en sus orbes castaños─. Me largo, sus comentarios me arrebataron el apetito, buen día. ─se levantó de su lugar sin siquiera mirarlos nuevamente y se apresuró a encerrarse en su alcoba, siendo las paredes y las almohadas que estaban sobre su cama las únicas testigos de sus lágrimas y sollozos llenos de lamentos por vivir una vida que detestaba.

Y así comenzamos Wonderland

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Y así comenzamos Wonderland. Empezamos algo fuerte, ¿No creen?

Las actualizaciones de esta historia no serán constante como lo venía haciendo con anteriores proyectos, debido a que mis horarios chocan mucho con el tiempo que le dedico a la escritura.

Espero que esta historia sea de su agrado, nos leemos luego~

❛ ➢ 𝐖𝐎𝐍𝐃𝐄𝐑𝐋𝐀𝐍𝐃 :: ๑Where stories live. Discover now