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Cuando salieron de la cocina, Seungmin abrió la puerta del departamento para dejar entrar a Jeongin cargado de cajas de pizza. Se instalaron en el living como pudieron, Minho sentándose en el piso con la espalda sobre el sillón.

Jisung estaba en la misma posición que él, del lado opuesto. Si Minho miraba al frente, tenía que ver sus cachetes redondos y su sonrisa estúpida.

—Te estoy hablando, Lino. —Jisung sacudió una latita frente a Minho—. ¿Querés o no?

Minho lo miró mal. Se estiró para agarrar una latita de arriba de la mesa ratona, esquivando a Seungmin que estaba dejando las pizzas ahí mismo. Jisung miró a Minho con el ceño fruncido antes de dirigirle la misma mirada a la lata que tenía en la mano, abrirla con un movimiento brusco y probar un trago. Se concentró en su conversación con Jeongin.

Alguien golpeó la puerta.

— ¿Quién puede abrir? Yo ya estoy sentado —dijo Seungmin, acomodándose en el último lugar libre en el sillón, junto a Chan—. Debe ser Felix.

—F-Felix... —Hyunjin se levantó de golpe, asustando a los demás.

— ¡Hola! ¿Llegué muy tarde? ¡Traje brownies!

El pobre estaba siendo arrastrado al living por un Hyunjin excesivamente entusiasta, que lo hizo sentar sobre su regazo, le ofreció una porción de pizza delicadamente apoyada sobre una servilleta y se olvidó de que había dejado a Changbin con una frase a medio terminar.

Minho le dedicó una sonrisa de satisfacción. Changbin hizo pucheros.


Cuando todos estuvieron acomodados, Minho se aclaró la garganta.

— ¿Podemos hablar de lo importante? —les dijo.

— ¡Ah, sí! —Chan golpeó las palmas una vez—. La inauguración.

— ¿Qué?

—Como todos saben, el gimnasio ya está abierto y funcionando, pero queremos hacer una inauguración oficial. —Chan apoyó sobre la mesa una carpeta con papeles—. Estas son algunas ideas...

— ¿De qué están hablando? —preguntó Minho.

—De la inauguración —respondió Seungmin.

—Sí, como decía, estas son algunas ideas...

—No, no, esperen, esperen. —Minho logró que todos giren a mirarlo, excepto Hyunjin—. Tenemos que hablar del problema de la música.

— ¿Qué música? —dijo Jeongin.

—Minho enseña danzas al lado del gimnasio. — Seungmin suspiró—. Si ustedes ponen la música muy fuerte, no puede dar clases.

—Exacto. Necesito...

— ¡Oh! ¿Qué estilo de danza? —preguntó Jeongin.

—Yo enseño yoga —dijo Felix, aceptando los cariñitos de Hyunjin en su pelo.

— ¡Yo también!

Minho pestañeó. Todos estaban absortos de vuelta en sus conversaciones. Chan sostenía una cartulina y Seungmin escuchaba como si fuera lo más interesante del mundo. Changbin sacudía los brazos para explicar algo, a Felix le llamaron la atención y dejó a Jeongin hablando solo. Hyunjin puso cara triste.

Minho pestañeó de nuevo. Encontró a Jisung mirándolo. La ardilla se encogió de hombros y Minho se hartó.

—Me voy —anunció antes de ponerse de pie. Jisung fue el único que lo escuchó.

Silencio [Minsung] 📻Donde viven las historias. Descúbrelo ahora