𝟎𝟏𝟎.

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 𝗗𝗜𝗘𝗭❝¿Podría haberlo disfrutado?❞

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 𝗗𝗜𝗘𝗭
❝¿Podría haberlo disfrutado?❞




CICI FUE DESPERTADA POR las luces blancas y brillantes, así como por el ligero parloteo del exterior de la habitación. Ella se estremeció levemente por el dolor de los cortes en su rostro, así como por la herida en la palma de la mano, el muslo y el tobillo roto mientras intentaba adaptarse a su entorno. Cici se incorporó y miró a Sam, que estaba dormido.

—¿Sam?—susurró.

La hermana Carpenter saltó de su siesta en la silla incómoda—¿Estás bien C?

—Podría estar mejor—resopló mientras miraba su tobillo enyesado.

Tara entró en la habitación con una suave sonrisa en el rostro y el brazo en cabestrillo.

—Te ves feliz—Cici le sonrió a su amiga—¿Cómo está Chad?

—Esta bien—Tara se sentó en el borde del colchón—Es fuerte. Mindy también está con él.

—Quieres decir jodidamente inmortal—Cici se rió para sí misma—¿Qué pasó con el detective Bailey? ¿O debería decir Kirsch?.

—Bueno—Sam miró a Tara—Lo apuñale un par de veces.

Tara abrió mucho los ojos y miró hacia abajo—Eufemismo del año.

—También le di en el ojo. ¿Quinn?

Cici empujó sus labios en una línea delgada—La apuñale en todas partes que pude.

—Bien—Tara le dio unas palmaditas en el muslo a su amiga.

Una enfermera entró en la habitación, lo que hizo que todos enderezarán su postura. Sostuvo un portapapeles y un bolígrafo.

—¿Señorita Carpenter?—se volvió hacia Sam, quien asintió—Buenas noticias, el señor Meeks debería poder irse mañana, mientras que la señorita Lózano debería poder ser dada de alta en al menos dos semanas. Tenemos que hacer algunos controles más.

—¿Qué?—Sam se puso de pie—Tenemos que salir de la ciudad dentro de unos días como máximo. No es seguro para nosotros.

—Me temo que eso no es posible. Con su tobillo, la profunda herida de arma blanca en su hombro, muslo y mano, es imposible que pueda irse en unos días.

Sam apretó la mandíbula—¡Me importa una mierda! No estamos a salvo a-

Cici resopló—Sam, está bien, solo deja que la enfermera haga lo suyo. Me curo rápidamente.

Ella suspiró y tomó asiento mientras ponía los ojos en blanco.

—¿Y el señor Kirsch?—la enfermera dio un paso hacia Cici—está vivo.

¹ 𝒅𝒆𝒗𝒊𝒍𝒊𝒔𝒉 ,  𝒆𝒕𝒉𝒂𝒏 𝒍𝒂𝒏𝒅𝒓𝒚 ✓Where stories live. Discover now