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Cuando la sesión de entrenamiento con Kolivan y el resto de los Blades había concluido, Keith se había retirado a su dormitorio asignado en la nave de los rebeldes para descansar un poco antes de la próxima misión. Al llegar, tomo la tableta alienígena que era su contacto con el resto de su equipo, notando que esta se iluminaba con la recepción de un nuevo mensaje.

¿Un mensaje de voz de Lance? Eso sí que era extraño...

"Hey, Keith... ¿estas ocupado, hombre?" Dejo la tableta a un lado mientras continuaba su rutina de ciclo nocturno para irse a dormir por un par de vargas. "Sé que estas ocupado con todas esas cosas de Blade y demás... Pero algo está pasando." El joven Kogane detuvo un momento sus movimientos, para girar a ver la tableta. Era extraño, pero todo esto se sentía como aquella vez, cuando Lance había ido a hablar con él a su habitación en el Castillo de los Leones. Cuando le había dicho que quería abandonar el equipo...

"Ya hablé con Hunk, traté de hablar con Allura y Pidge, ¡pero nadie me escucha!" Keith dejo su uniforme oscuro a un lado para usar ropa más cómoda y terrestre. "Shiro no es el mismo, ¡no sé cómo explicarlo, pero sé que es así!" Cuando se sentó en la mullida cama y tomo la tableta entre sus manos, la miro sin saber que pensar. Hubiera preferido que el McClain hubiera mandado un video, o le hubiera llamado, para el caso. Ya que no sabía cómo interpretar el timbre de voz del moreno, ni podía leer su lenguaje corporal con eso.

"Trate de hablar con él, pero no me escucha..." Hubo una extraña interferencia, como si el dispositivo que grabo el mensaje hubiera sido movido o algo. "Te necesitamos Keith... Shiro te necesita"

En ese momento, se escuchó la voz de Hunk llamando a Lance. A juzgar por como el moreno respondió nerviosamente al saludo y posteriormente corto con la comunicación sin despedirse, le hizo saber al hibrido galra-humano que Lance había tratado de mantener la comunicación en secreto, pero ¿por qué?

Con un bostezo, dejo la tableta a un lado, sus extremidades estaban exhaustas y el cansancio le estaba suplicando que descansara. El mensaje de Lance podía esperar hasta el día siguiente.

Que a primera hora de la mañana siguiente lo olvidara por entrenar con los Blades, y al día siguiente estuviera muy ocupado auxiliando a un grupo rebelde como para responder al moreno, era completamente entendible.

Que una semana después siguiera sin responder a Lance y sin recibir ningún mensaje nuevo, le hizo asumir que Lance solo estaba siendo demasiado dramático o pensando mucho las cosas, ya había ocurrido antes. Cualquiera que fuera la razón, era suficiente para aliviar la culpa inicial que sintió por olvidar al cubano...

*-*-*

Lance siempre fue el tipo de persona fraternal, el tío Lancey que se desvelaba con los dos diablillos de su hermano jugando hasta altas horas de la madrugada a escondidas de la esposa de Luis. El hermano Lance que siempre estaba ahí para escuchar las interminables platicas de sus hermanas mientras se hacían tratamientos de belleza e incluso manicura. El hijo que trataba de apoyar a su padre en la granja o ayudar a su madre en la cocina, el Lance McClain que estaba dispuesto a dejar a todas estas maravillosas personas para enfrentar una guerra intergaláctica para salvarlos.

Porque Lance era así, siempre dispuesto a enfrentar el peligro con tal de salvar a quienes amaba, incluso si eso significa anteponer su propia vida...

Despertar en el abismo oscuro cada que cerraba los ojos se había convertido en una costumbre, una forzada por la incapacidad de poder evitar llegar a ese lugar. Pero Lance no sabía que pensar al estar parado en este sitio otra vez, después de haber sufrido una fuerte descarga eléctrica por salvar a Allura. Después de haber muerto.

El Verdadero Paladín Negro - VOLTRON-Where stories live. Discover now