4. Pijamada en casa de los hermanos Mario

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La pequeña princesa y el joven reptil seguían conversando acerca de los sentimientos que el príncipe de los Koopas había desarrollado por el pequeño de gorra verde, pero de lo que no tenían ni idea era que al parecer Kamek, la mano derecha del padre de Bowser, los estaba escuchando desde hace un par de minutos. Vaya que no estaba nada contento al escuchar tales palabras salir de la boca de su joven amo Bowser.

-¡Amo Bowser! ¿De qué se trata todo esto?-Preguntó el magikoopa abriendo de golpe la puerta de la habitación de la princesa-¿Por qué dice que está enamorado de ese niño de verde? Usted sabe perfectamente que debe casarse con alguien de la realeza para continuar con su linaje familiar.

Al escuchar aquellas palabras, el joven reptil se levantó con rapidez para ponerse delante de la pequeña princesa como si intentara protegerla de algo.

-Otra vez vas con lo mismo de siempre, Kamek. Que sea el hijo del rey de los Koopas no quiere decir que debo imitar todo lo que él hace.-Mencionó mientras observaba al mayor algo molesto.-Mi padre y tú saben muy bien que Peach y yo solo somos amigos, y además ya estoy enamorado de alguien más, y ese alguien es Luigi.

Tras escuchar aquellas palabras, el magikoopa se acercó con una expresión bastante seria hacia su pequeño amo, tomando de manera rápida la carta que el pequeño de gorra verde le había escrito hace poco.

-Espero que entienda que esto lo hago por su bien, joven amo.-Comentó para acto seguido quemar la carta que hace tan solo unos segundos tenía el pequeño Bowser entre sus manos.

El joven reptil pudo sentir como se le formaba un nudo en la garganta mientras observaba como aquellos trozos de papel quemado caían rápidamente al suelo. Levantó su vista dejando ver como las lágrimas caían por sus mejillas.

-Eres malo, Kamek...casi tanto como mi padre...-Dijo para salir corriendo rápidamente de la habitación de la princesa sin dejar de llorar.

-¡Bowser! ¡Espera!-Gritó la contraria intentando alcanzarlo para consolarlo, pero sin obtener algún resultado.

Tras unos minutos corriendo el joven reptil había llegado hasta la puerta de la casita en la que vivían su querido Luigi y su hermano Mario. No tenía ganas de volver a su castillo esa noche, por lo cual decidió tocar la puerta para ver si podía pasar la noche allí.

Después de tocar la puerta pudo escuchar unos pasos que se dirigían hacia esta, siendo abierta por la madre de ambos pequeños.

-Hola, pequeño Bowser. Oh, vaya, ¿por qué lloras?-Preguntó la mujer de cabello castaño mientras se agachaba a la altura del joven reptil para secar sus lágrimas.-Puedes tener la confianza de contármelo si gustas.

-Kamek quemó la carta que Luigi me escribió hace unos días.-Respondió el pequeño con la voz entrecortada.-No quiero volver con mi padre esta noche...¿puedo quedarme a dormir en su casa esta noche?

La mujer sonrió de forma suave para luego asentir ante la pregunta del pequeño. Sabía que sus hijos se pondrían muy felices al enterarse de aquella noticia, en especial su hijo Luigi.

-Por supuesto que sí, cielo. Eres bienvenido en nuestra casa cuando gustes.-Respondió de forma dulce.-Le diré a Mario y Luigi que viniste a verlos.

El joven reptil ingresó en aquella casita. Era un lugar realmente lindo y cálido, lo cual le daba una sensación de tranquilidad.

Se acercó a una pared en la cual se podía ver una fotografía familiar. En esta salían los padres de ambos gemelos junto a estos, los cuales se veían como de un año de edad más o menos.

El joven reptil se sonrojaba de tan solo pensar en que aquella noche dormiría junto a su querido Luigi. Sin duda su corazón se aceleraba cuando lo veía.

-¡Bowser!-Gritó emocionado el de gorra verde para abalanzarse sobre el contrario, abrazándolo-Mamá nos dijo que te quedarás a dormir esta noche, y debo decir que estoy muy emocionado por eso.

-Hola, Luigi.-Respondió el contrario con una sonrisa para corresponder al abrazo del contrario.-Claro que sí, esta noche tendremos una pijamada.

La madre de los pequeños sonrió al observar a sus pequeños felices por aquella visita. Como toda madre podía sentir como su pequeño Luigi sentía algo más que un sentimiento de amistad por su amigo.

Después de cenar los pequeños fueron hacia su habitación para prepararse para dormir. Se habían puesto de acuerdo en que Bowser dormiría en la misma cama que Luigi.

-Casi lo olvido, tengo un regalo para tí.-Comentó el pequeño de pijama de rayas verdes con una suave sonrisa para sacar un collar con forma de corazón de una cajita.-Te lo compré el otro día, así siempre estaré contigo aunque estemos separados.

El joven reptil sonrió enternecido por el gesto del contrario, besando con suavidad su mejilla. Se colocó aquel collar de forma delicada en su cuello.

-Muchas gracias, Luigi. Yo también tengo algo para tí.-Mencionó mientras le ponía un brazalete con cuentas de color verde lima y amarillo en su muñeca.-Peach me ayudó a hacerlo, y quiero que sepas que también estaré contigo cada vez que lo uses.

Un rato después los pequeños se encontraban dormidos. Todo parecía ir de maravilla por el momento, pero nadie se imaginaba lo que estaba a punto de pasar entre ambos reinos.

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Hola!! Finalmente les traigo el cuarto capítulo de esta hermosa historia, la cual veo que les ha encantado muchísimo. En verdad agradezco su apoyo y sus votos en este hermoso proyecto.

Espero les guste mucho el cap, ya que estuve inspirada esta tarde. Ya saben que si tienen sugerencias para futuros capítulos pueden decírmelo en los comentarios o por mensaje.

Sin más que decir nos leemos la próxima. Bye!!

LuckyNight123 

Historia de amor en el Reino ChampiñónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora