Capítulo 30

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Había pasado casi un mes y Irina no daba noticias de regresar, a su pesar Hadarah seguía recibiendo a aquel dios odioso, cada noche era una tortura para ella, la insitaba al suicidio y le recordaba que Regis solo amaría a Amelia

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Había pasado casi un mes y Irina no daba noticias de regresar, a su pesar Hadarah seguía recibiendo a aquel dios odioso, cada noche era una tortura para ella, la insitaba al suicidio y le recordaba que Regis solo amaría a Amelia.

—¿Quieres saber hacia donde van ahora?

—Es algo con el emperador, déjalos  - el dios soltó a  reír.

—Vamos - le tendió su abrigo y la llevó hasta a las afueras de la mansión, el camino fue corto debido al poder del dios, al acercarse escucho lo que no quería escuchar.

—Cuándo regrese Amelia estaba embarazada, te nombro Jubelian, siempre lo supe, Amelia seria mi único amor - Hadarah tocó su pecho —Y será la única.

—¿Entonces la princesa Angenas? - fue Max el que hablo.

—Fue un favor al Duque Angenas, es un matrimonio por contrato el cual indica que debíamos de tener hijos, pero no hay amor... - Hadarah tapo su boca y salió corriendo, sus lágrimas le dificultaron la visibilidad pero solo corrió y corrió hasta que regreso a la mansión toda desarreglada y sin zapatos.

Busco desesperadamente la daga que Adonis le había regalado y sin pensarlo la paso en sus muñecas.

—¡No! - muy a su pesar el filo de la daga jamás la toco, Irina estaba enfrente de ella con el filo de la daga entre sus dedos —No lo hagas Hadarah. -la joven finalmente cayó de rodillas y rompió a llorar —No le hagas caso... solo quiere llevarte, no es cierto, debiste de escuchar hasta el final...

—Él tiene razón, él no me amará nunca , ¡no! - sus lágrimas salían sin parar una tras otras —Siempre fue ella, solo me hizo un favor ahora, en la primera vida lo obligue y en las demás hice cosas crueles contra él y su familia.

—Deja de distorsionar todo.

—Es la verdad Irina ¿Amelia siempre fue su destino? -la diosa se quedo quieta  —¡Mentirosa!

—No lo es, si te he dado estas oportunidades es porque tienes que estar con el.

—Incluso ahora debo de fingir no saber nada, después de todo fue un contrato con mi padre  - otro sollozo salió de sus labios.

—Taecyeon lárgate de aquí, solo viste a molestar a mi alma.

—La muerte la reclama.

—Mi pie entre sus bolas atenderá al llamado, ahora lárgate  -el soltó a reír.

—No puedes obligar a que te amen Hadarah - dicho eso el dios desapareció, Hadarah siguió llorando tal cual niña pequeña que acababa de perder su peluche favorito, Irina la abrazo y la arrullo hasta que finalmente la pudo dormir.

—Yo te quitare esas pesadillas y este dolor, solo toma mi mano Hadarah, saldrá todo bien - fue un susurro pero era sincero.


















Feel Special |P.N.Q.C ©Where stories live. Discover now