𝒮𝑒𝓇 𝓈𝒾𝓃𝒸𝑒𝓇𝑜

54 6 0
                                    

╭ ─┉─ • ─┉─ ╮

╰ ─┉─¡! • !¡─┉─ ╯

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

╰ ─┉─¡! • !¡─┉─ ╯

❝Días y días corrieron, y Sinar esperaba. Porque en su esclavitud era feliz.❞

—María.

Había veces en las que después del entrenamiento a Aioros le gustaba perderse en sus recuerdos del pasado. Literalmente los únicos recuerdos a los que podía atenerse eran los que tenía de su adolescencia. Los recuerdos que tenía antes del atentado de Saga en el que por el bien de su deber perdió la vida, para que esta fuese reiniciada de un momento a otro años después en una etapa completamente diferente tanto para él como para el resto del mundo. No mentiría al decir que le había costado un montón acoplarse a dicha etapa, al punto de que hubo un tiempo en el que se había sumido en una especie de depresión en la que sólo quería huir, huir de un Santuario al que ya no creía pertenecer, huir de su diosa y de su hermano que ya no eran niños pequeños, huir de Shura y de Saga que por bastante tiempo fueron incapaces de siquiera mirarlo a los ojos. Habían sido necesarias largas conversaciones con la Señorita Saori, un par de escarmientos por parte de Aioria y buenas dosis de larguísimos sermones por parte de Shion que pudo afrontar todo aquél embrollo —al menos en lo que creía posible— y por lo menos logró recuperar su amistad con Shura, ápices de su antigua amistad con Saga y volvía a sentir la misma energía al ayudar a la Señorita Saori que antaño.

A pesar de que a todos ellos los valoraba y quería incluso más que a sí mismo. La verdad es que conocer a Mei Ling le había servido como una especie de válvula de escape en esos momentos donde las inseguridades volvían a corroerlo. Escapar del Santuario y hablar con alguien casi por completo ajena a la dogma de Athena era de alguna manera refrescante para él y la mayoría de las veces regresaba sintiéndose mejor. Porque ella no lo miraba como el Santo de Sagitario y el héroe del Santuario a punto de desmoronarse. La Kunoichi sólo lo miraba como un hombre normal, uno que necesitaba de ella.

Por lo general Aioros odiaba necesitar a alguien, porque sabía muy bien que en algún momento él tendría que abandonarlo o viceversa. Pero las cosas eran muy diferentes cuando se trataba de Mei y ni siquiera él estaba seguro de por qué. Sólo sabía que, cuando no le hablaba, terminaba de un modo u otro pensando en ella, en qué estaba haciendo o que tenía un montón de cosas qué contarle. Incluso cuando realmente no había sucedido durante el tiempo que estaban separados.

Un incidente ocurrió cuando Aioros fue con Shura y Aioria a una misión que consistía en desmantelar una red de tráfico de armas. Una bala de uno de los lacayos había alcanzado a Aioros en la parte alta del muslo, en donde su armadura no alcanzaba a cubrir. Y si bien no perforó ningún punto grave ni lo incapacitó por completo sí le ocasionó dificultades para moverse más tarde y requirió un tiempo recuperándose en la Fuente del Santuario.

✧. ┊ 𝔖𝔦 𝔱ú 𝔡𝔢𝔠𝔦𝔡𝔢𝔰 彡★Donde viven las historias. Descúbrelo ahora