14. Un chico problemático

785 101 11
                                    

Ryoga sentía que su cabeza iba a explotar.

«Iré a hablar con Akane» se dijo, pero al llegar al dojo se arrepintió.

Tendría que confesarse. Tendría que explicarle... tendría que...

¡No, no, no y no! No podía. Definitivamente no podía hacerlo.

De solo pensarlo quería darse la cabeza contra la pared ¡Era mucho para su corazón! Si lugar a dudas todo era culpa de Saotome, si no le hubiera dicho que...

Y su imagen volvió a su mente.

Estaba a punto de confesarse a la chica que amaba y pensaba en su rival... genial, ya se le había pegado la idiotez.

—No... ¡No puedo hacerlo! Lo siento Akane pero... nunca más volveré aquí —dramatizó Ryoga pensando en posibles reacciones de la chica. Su negatividad y nerviosismo le hacía pensar inevitablemente en los peores escenarios posibles.

Una gota. Dos gotas. Y hablando de malos escenarios, había comenzado a llover.

Había estado tan metido en su propio mundo que no se había percatado del mal clima.

«Bueno, no puede pasar nada peor que esto» se dijo, y al instante sintió como la puerta del dojo se abría.

—¡Oh Ryoga! ¿Qué haces aquí? —. Era Kasumi.

Lo mismo se preguntaba él.

—Ven pasa, está lloviendo. Te calentaré agua así puedes volver a la normalidad.

Ryoga iba a huir pero al escuchar la oferta decidió ingresar. Akane de seguro  no saldría de su habitación por mucho tiempo así que no había riesgos de que lo viera.

—Salía para tomar un poco de aire fresco, ya sabes toda esta situación lo amerita —comentó—. Me alegra verte de nuevo.

Cuik cuik —respondía el animalito.

—Aguarda, iré a calentar agua.

Kasumi fue a la cocina y el pequeño cerdito inspeccionó el lugar: había una calma extraña y un aura densa. Sin el chico de la trenza el dojo no era el mismo. Quizás era porque la tranquilidad y Ranma no iban de la mano.

Derrepente escuchó un golpe proveniente de la habitación de Akane. Con atrevimiento y curiosidad se asomó  hasta la puerta que, para su buena suerte, estaba entreabierta.

—¡Nunca lograré entenderlo! —escuchó.

Ryoga sabía que espiar a Akane era cuestionable pero la chica realmente parecía... ¿molesta?

—Soy una tonta ¡tonta, tonta, tonta! —dijo— ¿Cómo pude pensar que Ranma me correspondía? ¡¿Cómo pude sentir cosas por él?! —. Akane quería llorar sin consuelo por horas. La persona de la que se había enamorado había admitido abiertamente delante de todos no tener ningún tipo de sentimiento romántico hacia ella. Todas las ilusiones que  alguna vez había tenido ahora habían desaparecido completamente. El mismo Ranma las había matado.

Ryoga sintió como la realidad lo golpeaba, una vez más.

Akane estaba muy enamorada de Ranma como para poder notar su presencia. Y si la chica estaba llorando, triste y sufriendo por amor... era por su culpa.

¿Y todo para qué?

Oh cierto, para nada.

Mientras más pensaba en lo que había hecho menos sentido le encontraba. Quizas nunca en su vida tendría una oportunidad con ella. Y Ranma... el tenía todo el derecho de besar a cualquier persona. También tenía el derecho de enamorarse de una chica que no sea Akane y...

Palabras Sueltas [Ryoga X Ranma]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora