1

18 2 0
                                    

Capítulo 1: La Princesa de Fuego

En los ardientes dominios de Desembarco del Rey, donde el calor sofocante abrazaba las calles empedradas y las sombras se desvanecían bajo el fulgor del sol abrasador, una noche calurosa y opresiva envolvía el reino. El aire estaba cargado de electricidad, y el pueblo susurraba en voz baja sobre las profecías que hablaban de un evento trascendental que marcaría el destino de Westeros.

Dentro de los muros de la Fortaleza Roja, una habitación bañada por la tenue luz de las velas presenciaba un acontecimiento único. La reina Aemma, con su rostro empapado en sudor y los ojos llenos de determinación, se encontraba en el umbral del parto. El rey Viserys el Pacifico, con su corona de laurel y una mezcla de esperanza y ansiedad en sus ojos, permanecía a su lado, sosteniendo su mano.

En aquella noche inolvidable, una luna sangrienta se alzaba en el horizonte, tiñendo el cielo de un carmesí intenso. Era como si los dioses mismos derramaran su sangre sobre Westeros, anunciando el fin de una era.

Todos los presentes en la Fortaleza Roja habían estado esperando ansiosamente el nacimiento de un heredero varón. Las profecías antiguas habían pronosticado que la llegada de la princesa de fuego marcaría el fin de Westeros, y muchos habían temido que esta predicción se hiciera realidad.

El vientre de la reina se estremeció con contracciones cada vez más intensas, mientras el pueblo y los señores de los Siete Reinos esperaban con el corazón en vilo, presintiendo que el futuro del reino se estaba gestando en aquella habitación.

El grito ensordecedor de la reina resonó en la cámara real cuando finalmente llegó el momento esperado. En medio del calor sofocante y bajo la influencia de la luna sangrienta, la princesa de fuego emergió al mundo, envuelta en llamas invisibles y con un aura de poder innegable.

Sus primeros llantos resonaron como un eco profético en la habitación, anunciando un destino marcado por el fuego y la destrucción. Con cabellos plateados que brillaban como las llamas del dragón y ojos violeta que parecían reflejar la misma intensidad del infierno.

Los consejeros y los nobles, arraigados en las tradiciones y en la estabilidad que un heredero varón traería consigo, suspiraron al enterarse de que la reina Aemma había dado a luz a otra hija. El rumor de la decepción se extendió como una sombra a lo largo y ancho de los Siete Reinos.

Pero entre los susurros de desaprobación y los gestos de preocupación, había aquellos que veían más allá de las apariencias. Reconocían que el nacimiento de la princesa de fuego era un acontecimiento sin precedentes, y aunque temían las consecuencias, también sentían un destello de esperanza.

El Maestre, con su sabiduría y conocimiento, recordó las profecías más allá de su sentido literal. Sabía que el destino no siempre seguía el camino trazado, y que incluso en la oscuridad más profunda, podía haber luz y redención.

Daenyra Targaryen, así fue nombrada la pequeña princesa, destinada a ser un cataclismo viviente. Las profecías hablaban de su llegada como el fin de Westeros tal como se conocía, una era de oscuridad y caos que barrería los cimientos mismos del reino.

Mientras el calor agobiante se mantenía en la ciudad y los vientos cálidos susurraban profecías inquietantes, el mundo retenía el aliento, consciente de que el nacimiento de la princesa de fuego en una noche de luna sangrienta era un presagio de tragedia y transformación. La noticia de su llegada se extendió rápidamente por todo Westeros, despertando temores y esperanzas en igual medida.

Los sabios y los estudiosos de las profecías antiguas se reunieron en los salones polvorientos de las bibliotecas, buscando respuestas en pergaminos olvidados y textos misteriosos. Los maestres debatían acaloradamente sobre el verdadero significado de este evento, mientras los señores y las damas de alto rango temblaban ante la posibilidad de que el fin de sus linajes estuviera cerca.

Los rumores y las leyendas se propagaban como el fuego en las calles de Desembarco del Rey. Algunos susurraban que la princesa de fuego sería la encarnación misma de la destrucción, que sus llamas consumirían todo a su paso. Otros hablaban de su poder sobrenatural, de su capacidad para controlar a los dragones y liberar su furia sobre aquellos que se atrevieran a desafiarla.

Mientras tanto, la reina Aemma, agotada pero llena de amor maternal, contemplaba a su hija con ternura. Sabía que había dado a luz a una criatura extraordinaria, destinada a desencadenar eventos de una magnitud inimaginable. A pesar de los temores y las dudas que acechaban en su corazón, también sentía un orgullo indescriptible por la pequeña Daenyra.

El rey Viserys, por su parte, se debatía entre la angustia de tener otra hija y el temor por el futuro de su reino. Mirando a su hija recién nacida, no podía evitar preguntarse si sería capaz de protegerla de los peligros que la esperaban y si alguna vez podría encontrar la forma de controlar el fuego ardiente que ardía en su interior.

El destino de Westeros yacía en las manos de esta pequeña princesa de fuego. Las profecías antiguas se desplegaban como un mapa desconocido, señalando un camino lleno de desafíos y decisiones difíciles. La danza de dragones estaba a punto de comenzar, y solo el tiempo revelaría si la princesa Daenyra sería una destructora de reinos o una salvadora en tiempos de caos.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Aug 15, 2023 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

Madness HOTD // Aemond Targaryen Where stories live. Discover now