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Las clases no son algo que te interese demasiado. Además, has entendido que la universidad no está hecha para hacer amigos, cada quien se preocupa por sí mismo. La única diferencia es la amiga cercana que logras hacer y te acompaña en tu travesía por el resto del año. Eso si no se pelean.
En tu caso hay solo una chica que se juntó contigo desde que iniciaron las clases. Su nombre es Andrea. Ella es una belleza natural y con una inteligencia mayor al promedio, aunque suele ser torpe con su cuerpo. Por alguna razón sientes que le gustas, ya que no le da miedo acercarse a ti.
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Los días en la universidad siempre son iguales: llegan, apuntan, algunos se duermen, esperan a la hora de receso y salen a comer para volver y seguir con su rutina.
- Mar, ¿podría quedarme en tu casa esta noche?- Pregunta Andrea comiendo de sus papas fritas.- Necesito terminar con un trabajo y en mi casa hacen mucho ruido.
Piensas que Andrea podría ser una buena compañía para Lucy, además de que estás segura de que se llevarán bien. Por otro lado, podrías estar exponiendo a Andrea ante un asesino de mujeres.
Claro, puedes ir.
No, mejor que no vayas.
1.- -¿De verdad?- Dice Andrea sonrojada.- Entonces llevaré comida.- El resto del día Andrea se la paso sonriendo a todo mundo.
2.- -Entiendo, creo que fui muy apresurada al preguntar, perdona.- El resto del día el rostro de Andrea fue el de una sonrisa falsa y denotando tristeza en sus ojos.
La tarde terminó sin mayor relevancia, lo más importante ahora era regresar a casa para ver que Lucy esté bien. Ya has revisado su ubicación varias veces a lo largo del día y también le has mandado mensajes, aunque ella siempre respondió de manera cortante. Parece seguir preocupada por la noticia.
