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Ran disparo su arma en la cabeza de unos de los tipos que rodeaban a Rindou.
Rindou aprovecho la distracción de uno de los tipos, lo tomo de la cabeza y rompió su cuello.

El dulce sonido del crujir de los huesos, que tanto amaba Rindou, lo repetía una y otra vez con cada oponente.

Estaban juntos los imparables Hermanos Haitani, entre ellos se cuidaban sus espaldas.

Mientras tanto, el pelirosa cortaba a sus oponentes con pedazos.
Uno a uno, iban a cayendo los enemigos.
Hasta que finalmente solo quedó el tipo que parecía ser el líder de ese escuadrón.

—Si te acercas, no dudaré en volarle la cabeza— Decía amenazante.
Emma tenía miedo, no sabía que es lo que pasaría, no quería morir, aun quería seguir viviendo; ver crecer a su hijo y envejecer con su esposo.

— Su Gran Mikey tiene miedo de venir o que? Acaso salió huyendo como un cobarde?

— No hables en el nombre de mi señor Mikey— Decía Sanzu furioso.

Unos pasos se hicieron presentes, pasos cortos y pesados, quejidos de un estómago gruñendo y un albino somnoliento — Ken-Chin, tengo hambre— decía somnoliento Mikey, pisaba los cadáveres de sus enemigos, mientras lentamente se acercaba hacia el tipo.

— Como puedes decir que tienes hambre en una situación así!?
Draken estaba alterado, temia por la vida de su esposa y su hijo.

— Solo eres un tipo estupid-

Aquel hombre había sido interrumpido de una patada voladora de Mikey. Emma aprovechó el descuido del hombre, corrió hacía a Draken, este la cubrió poniéndose enfrente de ella.

— Quien te dió permiso de venir e interrumpir la fiesta de mi hermana?—
Tomo al tipo de los pelos y con una patada lo mando a volar, tirando una mesa en su camino —Todo tuyo Sanzu.

El pelirosa no lo pensó dos veces y se abalanzó contra aquel tipo.

—Emma estás bien?— pregunto un Mikey preocupado abrazando a su hermana —No quiero que te quedes aquí, ve con Ken-Chin y salgan de aquí, este ambiente no es bueno para mí sobrino.

Emma asintió, estaba feliz de haber sido rescatada.

Mientras tanto, Rindou preguntaba preocupado si su hermano estaba bien, pues este tenía heridas de roses de bala.

—Lo estoy, nada de que preocuparse Rin— Acaricio la cabeza de su hermano, despeinando el cabello bicolor del menor.

—Que hay de T/N?— pregunto Rindou.

—Ven acompañame, debe seguir tirada- Rindou ladeó la cabeza, no se imaginaba que decía su hermano con eso.

La chica se sacudía, quitaba de uno por uno, cada pedazo de vidrio de aquella ventana, tenía rasguños al igual que Ran.

— Lo siento- Tomo la mano de la chica
— No debí haberte empujado, pero quería que estuvieras a salvó.
Ran lo decía como todo un galán, cómo si ser aventada de una ventana fuera lo más romántico del mundo.

Había cadaveres de todo tipo, invitados e intrusos, hasta los sirvientes y camareros. El lugar olía a sangre.

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Te criare (Ran x Lectora) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora