Capítulo 5: Clavos.

14 0 0
                                    

Un desagrado para ella, pero a su alrededor los demás comen sus sándwiches de mostaza.

Mira enfadada su sándwich oliendo el aroma de la mostaza.

"Solo una mordida" piensa Annabelle a lo que solo muerde.

Abriendo los ojos de sorpresa al sacar un papel de su boca.

Annabelle lo lee, deja de comer.

—A ¿quién más tiene un papel en la boca? —pregunta ella.

Todos la voltean a ver rara.

—Mi sándwich tenía este papel.

Annabelle a decir esto tenía sosteniendo aquella hoja mostrarlo a ellos.

—Bueno, yo ya me lo acabé y no tenía nada.

—José, solo lo devoraste, seguro que ni en cuenta del papel en tu boca. —dijo Susana.

Todos en ese momento checaron sus sándwiches, pero nada de papel en los suyos.

—Esperen, yo también tengo uno.

Había dicho David enseñando su papel.

—A ver dámelo y dame el tuyo Annabelle veamos que dicen, pero Aarón te salió en el tuyo. —dijo Verónica.

—Nada.

Verónica, Susana, José ni Carmen no tenían ningún papel.

—Bueno revisemos.

Al decir esto, Verónica comencé a decir dígitos.

—Acaso el tipo quiere que juguemos a encontrar el tesoro.

—Eso parece.

—Pues no se olviden de la adivinanza, debemos buscar el este reloj.

En ese momento se abrió la puerta.

Verónica fue quien comenzó a decir el plan de que se separarían guiados unos con parte de la información de David y el resto con el papel de Annabelle.

Así lo hicieron al dividirse, aunque antes una de ellas dijo:

—Y si uno de nosotros lo encontramos, debe pertenecer a quién lo hallo.

—Claro, solo debe compartirlo la persona que lo halle, pero esperemos que no sea solo un reloj.

Todos aceptaron y cada quien comenzó a buscar teniendo cuidado.

Annabelle solo tomo un camino cuidando de no encontrarse con los malvados y locos payasos.

Mientras ella camina con sus propios pensamientos, recordando las palabras.

—Nos veremos pronto.

Decide no pensar más es en el momento que escucho extraños pasos debía ser rápida de esconderse o tener un arma para sí no lo mata, lo debilita o herirlo porque quiere respuestas.

Sigue escuchando esos pasos tiene la curiosidad de saber quién es.

Ella da la vuelta para darle la cara al individuo que la sigue, lleva a la mano una pistola de clavos que, aunque le pesa un poco, va caminando evitando disparar a cualquier persona.

Está continuando pasando por un pasillo a los lados hay cuadros rotos que cayeron la alfombra desgastada roja, toda esa parte descuidada.

—¡Corre, corre, corre!

Ve venir corriendo a David detrás de él es Camila, de ella a José, cuando David venía a ella no sabe por qué no corrió, solo se hizo a un lado, seguía mirando.

No podía imaginarlo ver un hombre corpulento con el maquillaje de payaso llevando un pico y, aunque es algo gordo, corre.

—Dame eso. —dijo José.

Annabelle le entrego la pistola y rápidamente José dispara al hombre que sigue detrás de ellos, ahora todos corren.

En ese laberinto que David solo guiaba a todos buscando donde esconderse, al igual que Camila, José buscaban.

—Ya lo perdimos ahora, ¿dónde estamos ahora? —pregunto Annabelle.

—Ya había visto este sitio.

—Es seguro, Camila. —dijo José.

—Si porque me he ocultado aquí antes.

—Y como se encontraron ustedes. —dice Annabelle.

—Bueno, me encontró José y de ahí nos encontramos con David y de ahí contigo.

—En este sitio.

—No en el piso de arriba debía cambiar de lugar por miedo de ser descubierta.

—Y con ese loco payaso que, aunque le tiraste clavos, pareciera que no le hacías daño. —dijo Annabelle.

—Si ahora parecen que son indestructibles. —dijo David.

—Han visto a los demás.

—No Annabelle.

—Y la sorpresa que se llevara Carmen de que tú sigues con vida Camila.

—¿Por qué? José.

Él contestó:

—Porque te creíamos muerta porque quien si murió fue Gilberto.

—Vieron su cuerpo. —les dice Annabelle.

—Nosotros no tal vez los demás vean el cuerpo.

—Y bueno, en que consiste ahora el reto. —dijo Camila.

Le explican sobre los números igual los otros que los demás buscan.

—Buscan un reloj. —dice Camila.

—Sí. —dicen a coro.

—Imaginan porque un reloj.

Niegan con la cabeza.

—Ni idea. —dice David.

—Bueno, no es bueno seguir aquí, sigamos buscando. —dijo José.

Se levanta de donde está sentado David a revisar que no se encuentre los payasos cerca.

—Bueno, el camino es libre, vayamos antes de seguir aquí. —dijo David.

Así lo hicieron, salieron de esa especie de habitación, caminaban sigilosamente guiados por José, en eso Camila y Annabelle se topan con Verónica.

—Chicas. —dice Verónica en voz baja.

—¿Por qué hablas quedito? —pregunta Camila.

—Camila estás viva.

—Sí, sí.

Hablan con un tono quedito los chicos se dan cuenta y se acercan.

—¿Han encontrado el reloj? —les dice Verónica.

Ellos niegan.

—Yo tampoco me sigue un payaso con cuchillos.

Todos quedaron en silencio.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Jun 02, 2023 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

En el juego de EnzoWhere stories live. Discover now