Mundos llenos de diversas criaturas.
Park Jimin, príncipe de las Hadas en el Bosque Encantado.
Jeon Jungkook, gobernante de los Goblins en el Bosque Oscuro.
¿Dos mundos completamente opuestos?
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Jimin y Jungkook no apartaban la mirada del otro, ambos respirando agitadamente, Jimin, con las pocas fuerzas que aún tenía, levantó su espada y le apunto al pecho pero sin atacarlo.
—Adelante... acaba ya..._jadeaba del cansacion_ pero tu hermano no regresara..._le dijo con una sonrisa al final_
Jimin no dijo nada, sólo bajo de nuevo su espada chocando con el piso. Aunque todo parecía tranquilo, una voz cantando hizo eco en el salón, los goblins que estaban ahí bufaron tapándose los oídos, Jungkook y Jimin miraron hacia donde venía la canción.
Jungkook miró aterrado al darse cuenta de quien era.
—La bestia ya despertó _dijo rendido, Jimin estaba sorprendido al distinguir la voz de su hermano_
—Ay no... ¿de que cosa se enamoró? _frunció el ceño_
—Yo te enseñare _dijo entre dientes Jungkook, dejo su cetro a un lado y comenzó a caminar_
Jimin guardo su espada y estaba por seguirlo, pero se quedó mirando el cetro, sin embargo no hizo nada, siguió a Jungkook hasta el calabozo.
Por supuesto, ni uno se dio cuenta de que alguien más los miraba con una sonrisa.
—Al fin lo encontré _era Jin que miraba feliz como su hijo se iba con aquel hada_
Los había visto pelear, había visto la determinación, la coordinación, la conexión que ambos tenían al luchar, volar y cantar, eso bastó para hacerle estar segura de que aquel hada, era él indicado para su hijo.
...
Jimin y Jungkook llegaron al calabozo, más voces de diferentes tonos se escuchaban, eran los prisioneros que había traído hace unas horas.
—¿Ves lo que pasa cuando el amor anda suelto? _habló con fastidio Jungkook señalando las jaulas_
Jimin miraba asqueado a su al rededor al ver a todas esas criaturas cantando, incluso sintió escalofríos que lo hizo abrazarse a su mismo, algunos goblis llegaron para callar a todos mientras golpeaban las jaulas, pero no hacia caso. Jimin se tapó los oídos, Jungkook lo miró y enojado gritó con fuerza.
—¡CALLENSE!
Y ese grito bastó para que finalmente hubiera silencio en el lugar. Jungkook y Jimin finalmente se acercaron a la celda de Hobi.
—Esto puede causarte repulsión _le advirtió Jungkook y abrió las puertas que cubrían la celda_
—¡Suga Pie, Honey Bunch!
Jimin no creía lo que veía, Jungkook se apresuró a cerrar de nuevo la puerta. El rubio lo empujó y volvió a abrir la puerta solo para encontrar a su hermano cantando mientras miraba a Jungkook, cerró la puerta nuevamente y lo volteó a ver.
