Capitulo 1

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Grace Williams

Siento una mano acariciar mis piernas, me tenso saltando sobresaltada, retrocediendo pegando mi espalda a la pared y mis piernas al pecho, verlo parado al final de mi cama con una sonrisa siniestra en los labios, me causa terror, sin poder evitar que mis ojos se humedezcan del asco que me provoca.

—Por favor, vete—la voz me sale entre pequeños sollozos, lo que causa, que su sonrisa se ensanche, subiendo una rodilla a la cama, para después gatear en mi dirección.

—Por favor, no me hagas daño, no me toques, no mas—se que ruego en vano, que nada en el mundo, va hacer que pare y al contrario, se sigue acercando, hasta llegar a mi, pone su asquerosa mano en mi rodilla, y va bajando lentamente, hasta llegar a mi parte íntima, la cual aprieta fuertemente, a la ves, que se inclina hacia mi rostro, se acerca a mi oreja, y susurra:

—Tu eres mía, siempre serás mía—acerca su mano libre, a mi cara roja por las lagrimas, pasa su pulgar por mis labios y baja lentamente, hasta llegar a unos de mis pechos, por encima de mi sudadera—nadie te separara de mi lado.....nadie—de un tirón, me saca el pantalón, sin importarle mis súplicas.

—No, por favor no me hagas esto—mi voz sale rasposa.

—Vamos pequeña, se que te gusta, además, nunca me dejas tocarte como es debido, pero hoy, no te salvas.

—No—sollozo.

Mete su mano en mi ropa íntima y por impulso, lo sujeto de la mano con fuerza, pero el es mas fuerte que yo, y la termina apartando de un manotazo.

—Te va a gustar, pequeña.
Intento gritar con todas mis fuerzas, pero me tapa la boca con una mano, mientras que con la otra se saca el pantalón, y el bóxer al mismo tiempo, dejando al aire su intimidad, la cual agarra con una mano, y empieza a masajearla frente mío.

—¿Quieres tocarla?— niego—si quieres, se que quieres—sigo negando, mis manos intentan detenerlo, pero no sirve de nada.

Intenta bajarme la ropa interior, pero me muevo, sin dejar de llorar, llega a mis bragas y las agarra entre sus dedos, para ir bajándolo lentamente, y me rindo, no hay nada que lo detenga, y solo deseo que no duela, y que sea rápido.

Entonces, mi celular suena, haciendo que el se separe de mi, para agarrarlo y verme.

—Contesta, pequeña—me lo arroga a las piernas y se dirige a la puerta, pero no se va, sin antes verme una vez más—es mejor que contestes, para que ninguno de tus estúpidos amigos sospechen, pero recuerda, no puedes decir nada de esto, o el bastardo, pagará las consecuencias.

Sale azotando la puerta, con su ropa en mano.

Contesto la llamada de Ximena, aunque hace unas horas hablamos como todas las noches que ella verifica, que estemos bien.

Cuando cuelgo, lloro hasta que veo el cielo aclararse, y me levanto para darme un baño, sin antes poner el seguro en la puerta del baño, sin dejar de repetir una cosa en mi mente.

"Ya todo acabará, Ximena nos esta esperando para escapar, y salir de este infierno"

Cuando termino, ni me molesto en envolverme en una toalla, solo voy directo al espejo, para detenerme en su enfrente, y es ahí, cuando más lágrimas se derraman de mis ojos, al ver la cicatriz en mi abdomen y otras partes de mi cuerpo, moretones en los brazos, pecho y espalda, de golpes que recibo a diario, para después bajar la vista a mis piernas, que han sido tocadas por el, y de solo recordar todas las partes que me a tocado, hace que me genere asco a mi misma.

—Cuanta mierda más tengo que soportar para ser feliz.

Feliz, es una palabra que con cada día que pasa, se vuelve mas lejana, pero hoy, justo hoy, lo veo lo más cerca que nunca, en estos últimos 5 años
Un sonido hace que regrese a la realidad, para buscar mi celular, veo un mensaje de Ximena, diciendo que me espera donde acordamos, por lo que me apresuró salir, y vestirme con unos pantalones de mezclilla, una camisa manga larga, con una sudadera encima, para después agarrarme el cabello en una coleta alta.

Me acerco a la ventana y salgo por ella, con una mochila vacía en mano, entro a otra habitación, veo una pequeña cama en la esquina, sin embargo no me acercó, y empiezo a caminar por toda la habitación en completo silencio, metiendo las cosas que voy a ocupar en la mochila.

Cuando termino de empacar todo, me acerco por fin a la cama, para agarrar en brazos al pequeño niño que esta tranquilamente dormido.

Como puedo, salgo por la venda, con el en brazos, cuando llego al suelo, comienzo a caminar rápido al lugar donde nos espera Ximena.

Pero no todo en la vida sale bien, al menos no en la mía. Escucho la puerta abrirse en ese momento, para después verlo ah el salir por ella y verme con el niño en brazos.

—¡¡OYE!!—grita, y es mi señal para salir calle abajo, en busca del auto de Ximena.

—¡¡REGRESA, PEQUEÑA PERRA!!—Aun podía escuchar sus gritos tras mío, cuando veo el auto de Ximena con ella dentro, mirando en mi dirección, para darse cuenta de que me siguen, y abrir la puerta trasera, para yo meterme rápidamente, con cuidado de no golpear al niño, ya adentro ella pisa el acelerador, en rumbo al aeropuerto.

De mi boca, sale un profundo suspiro.
El niño se remueve en mis brazos, luego de un tiempo, tiene el sueño pesado, igual que su padre.

—¿Mami?—su suave y adormilada voz, me llega a los oído mientras se frota sus ojitos, con sus pequeñas manitas.

—Aquí estoy, cariño—deposito un beso en su frente.

—¿Donde estamos?—inquiere viendo a todos lados. Su mirada queda plantada en Ximena, la cual sonríe abiertamente.

—¿Te acuerdas, que te hable de la tía Ximena?.

Asiente lentamente

—Pues es ella—la señaló.
El la queda viendo fijamente, con la cara seria, hasta que después de un rato, le sonríe mostrándole sus pequeños dientes.

—Hola, tía Ximena—la saluda con la mano, y para Ximena parece ser suficiente, por que le devuelve el saludo con entusiasmo.

—Hola, pequeño Eloy, es un gusto conocerte, tu mami habla mucho de ti.

—¿Enserió?— la mirada se le ilumina y dirige su atención de mi a Ximena.

—ujum—Ximena le confirma, aun con la sonrisa pasmada en el rostro.
Eloy voltea a verme, y se acurruca más en mi pecho, cerrando sus ojitos azules.

—No quiero sepárarme más de ti, mami— susurra entre sueños, haciendo que se me parta el corazón.

—Nunca más nos, separaremos mi amor.

Le beso el cabello rubio, sintiendo como mis ojos se humedecen, y no es nuevo, es algo que no paro de hacer, desde hace 5 años, desde que salí de la casa de el, y mi vida se arruinó completamente.

Ximena me mira de reojo, sin embargo no dice nada, y me da privacidad por un momento.

—¿Quieres hablar?— dice en voz baja, cuando nos detenemos en un semáforo luego de un rato.

—No, no quiero hacerlo—susurro, en voz muy baja, que por un momento creo que no me escucho, pero cuando asiente, se que lo hizo.

—Ok, cuando quieras hablar, me avisas— dice mientras se gira, para ver al frente y arrancar el auto, no volvemos a tocar el tema, en lo que queda de viaje, solo pongo música baja para no despertar a Eloy, aunque se que no lo hará, duerme como una roca.
Al llegar al aeropuerto, me siento nerviosa.

—Tranquila, no pasara nada, estaré a tu lado siempre. Por lo visto, no trajiste maleta para ti, pero tienes suerte— sale del carro, y va a la parte trasera, de ella saca dos maletas grandes—compre, unos trajes, para que puedas trabajar—dice extendiéndome una de las maletas.

—Yo, no se, que decir—soy sincera—no podía traer más maletas, por lo que solo priorice lo de Eloy—me encojo de hombros

—Entiendo—asiente—de todos modos, compre todo de tu talla, y como se que no te gusta mostrar nada, compre pantalón, no falda, y la camisa manga larga—dice con una sonrisa orgullosa en sus labios, y es que por dios, me conoce tanto, que sabe que detesto la ropa demostrativa.

—Gracias, enserió prometo pagarte todo y....— soy interrumpida

—No tienes que pagarme nada Grace, tu eres mi mejor amiga, no te voy a dejar nunca, ¿si?—dice, por lo que asiento, al tiempo que nos bajamos, y caminamos al interior del aeropuerto, yo todavía con Eloy en brazos, cubriendo su cara.

—¿Donde los tendremos que esperar?.

—Oh, cierto, en una cafetería, que ya conozco, no te preocupes no, nos perderemos— sonríe abiertamente, haciendo un gesto, despreocupado con las manos.

Asiento.

Entramos a la cafetería que menciono, y nos sentamos en una mesa vacía, esperando que los demás lleguen.

—Por cierto, ten cuidado de en donde dejas tu salida, por que tu nuevo jefe, es súper guapo, esta para morirse— dice lo último en un suspiro dramático.

—No caeré, no te preocupes, no estoy interesada por el momento, aparte, parece que se te olvidó un pequeño detalle, y es el que tienes novio—digo esperando que diga algo más, pero no lo hace, así que continuo—y que es el mejor amigo de Marco, del que hablamos Ximena—le pongo mi mejor cara seria, para que se tome las cosas en serio.

—Hay, lose, lose, solo que...—no termina, por que es interrumpida por una voz masculina.

—¿Es solo que?—Ximena se pone pálida al escuchar la voz de su novio.

—Llego del que estábamos hablando—susurro—Hola Marco, tanto tiempo sin verte—lo saludo.

—Hola Grace—se acerca a mi dejando un beso en mi mejilla, y otro en la cabeza del niño entre mis brazos—¿y que hablaban da mi?.

Inquiere confirmando, que si escucho lo que dije.

—Es solo, que le estaba contando, de nuestra ultima cita— dice Ximena, mientras le envuelve los brazos en el cuello, y el en la cintura de mi amiga, dándole un pequeño beso en los labios
Y así de fácil, olvidan el tema y empiezan a devorar, los labios del otro.

—Te tienen enganchado amigo mío— dice otra vos masculina a mi espalda, por lo que me giro a ver quien es y, grave error, por que al verlo mi cara pierde color.

—Tu cállate Dylan, en los años que llevo conociéndote, no te he visto una mísera novia, que hasta estoy pensando, seriamente que eres Gay. Por cierto, ella es tu nueva secretaria, y mi mejor amiga Gr...

—Grace—dice en un susurro, poniéndome más helada si es posible.

—Dylan—mi mirada café no abandona  su mirada azul, la cual cuál veo todos los días en otros ojos.

Un cambio (BORRADOR)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora