5

1.1K 143 82
                                    

Estaba practicando los acordes. Ya casi salía. Sólo un poco más.

"¿Cómo era la letra?" Miró hacía arriba un momento, intentando recordar. "Ah, ya sé..."

Empezó a tocar. Era muy fluido. Se escuchaba muy dulce.

Wise men say...

"Only fools rush in"...

But I can't help falling in love with you...

Seguro que a Quackity le iba a gustar.

Shall I stay?

Would It be a sin...

If I can't help falling in love with you?

O tal vez no.

Lonely rivers flow...

Surely to the sea...

Darling, so It goes...

Some things are meant to be...

No podía saberlo.

Take my hand...

Take my whole life too...

For I can't help falling in love with you...

En serio esperaba que le gustara.

Like a river flows...

Surely to the sea...

Darling, so It goes...

Some things are meant to be...

No quería arruinar la canción favorita de Quackity.

Take my hand...

Take my whole life too...

For I can't help falling in love with you...

For I can't help falling in love with you

Tal vez le había quitado alguna parte a la letra. No recordaba muy bien. En cuanto terminó de tocar pensó en alguna otra que conociera. Una que le había gustado. Ya recordaba. You are my sunshine. Esperaba que su música llegara a los oídos de la persona correcta.

...

¿Por qué llora mi niñito?

Había sangre en sus manos. El llanto de una mujer se escuchaba.

"¿Mami?"

Unas manos tomaron sus hombros.

"No veas, Alex"

Esas mismas manos lo abrazaron. Lo presionó contra su pecho, para evitar que viera. Le dolía. Le dolió en el momento. Luego comenzó a arder. Se quería separar de ella. Le ardía y le dolía toda su carita.

"¡Me duele mucho!"

"Ya sé, mi niño, pero te tienes que quedar aquí, ¿Sí?"

Lo llevó a esconderse en la pequeña bodega debajo de las escaleras.

"Tú quédate aquí con tu hermanito, ¿Sí?"

George lo miró desde la esquina en donde estaba. La puerta se cerró.

Todo fue oscuro.

Hasta que George prendió la luz.

Fue directo hacia él. No perdió ni un segundo más. Podía ver el miedo en los ojos de su hermano. George lo envolvió en sus brazos.

¿Cuándo fue la última vez que sonreíste?



Wilbur acariciaba su cabello. Pero se detuvo en cuanto lo vio abrir los ojos. Le dedicó una sonrisa, desde el corazón.

Años antes de Wilbur. Parecía ser la respuesta a su pregunta.

Era la misma sonrisa que le regalaba a su madre todas las mañanas. La misma que cuando estaba con George. La misma para su abuelita. Esa que era especial.

¿Sería igual de especial él para Wilbur?

"¿Tuviste una pesadilla?"

Asintió un poco.

"Diría más bien que fue un mal recuerdo"

Wilbur desvió la mirada.

"A veces las peores cosas les pasan a las mejores personas. Pasan cosas feas, que desearías nunca haber experimentado. Hasta donde yo sé, los viajes en el tiempo aún no son posibles. Pero puedes...buscar ayuda. Intentar salir adelante. ¿Te puedo ayudar a salir adelante?"



¿Qué harías tú, mi querido lector, si viajar en el tiempo fuera una realidad?



No lo dudó ni un sólo segundo.

"Quiero que me ayudes a salir adelante, Wilbur"

Wilbur le sonrió. Las sonrisas de Wilbur le alegraban el día. Lo mejoraban todo. Hacían el sol brillar. Estaba...muy enamorado de él. Lo amaba mucho, mucho. ¿Cómo era posible amar a un fantasma?¿Cómo era posible amar con tanta intensidad? Había creído que era casi incapaz de sentir lo más mínimo por cualquiera. Y luego llegó Wilbur. Lo cambió todo. Lo cambió todo para bien. Era feliz. Esperaba que nunca se terminara. Imposible, por lo menos en este, que era el mundo real.

Al menos lo tendría a su lado en sus sueños.

Tenerlo en sus sueños era suficiente.

Suficiente y para siempre.

Tendría sus bellos ojos mirándolo, causando mariposas en su estómago.

Tendría dos manos frías tocando su cuerpo.

Tendría su voz cantando para él.

Por más tiempo que pasara, en sus sueños Quackity siempre tendría a Wilbur.

Eso era lo lindo de soñar.





Todo lo lindo tiene que acabar.

Limbo| QuackburDonde viven las historias. Descúbrelo ahora