𝘔𝘦𝘭𝘰𝘥𝘪𝘢 - 𝘖𝘯𝘦 𝘚𝘩𝘰𝘵𝘴 (𝘟𝘪𝘢𝘰𝘷𝘦𝘯)

~Antojo~

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-Sin temática-
-Acto para todo Público-

La suave sábanas que cubrían a ambos amantes era cálida, acogedora, pero algo andaba mal, y era que en aquella cama, no se encontraba uno de ellos.
Cosa que noto el de ojos dorados al moverse entre las sábanas, y sentir que el frío recorría su espalda y la ausencia del dulce aroma a uva del de trenzas oscuras y reflejos celestes en su sedoso aunque desordenado cabello, no estaba.

Estaba tan acostumbrado que Venti lo abrazara por las noches, con sus blandos y cálidos brazos, que al no percibirlo, el frío lo atacó de una manera directamente helada y desagradable.

Odiaba mucho el frió...

Poco a poco abrió los ojos, buscando con la mirada a su cónyuge, algo borrosa era su vista ya que literalmente se había despertó de golpe en sus palabras.

-¿Venti?...-

Llamo Xiao a su pareja en un tono de voz un tanto bajo y aún sonámbulo.

-...-

Al no recibir respuesta, este suspiro pesadamente, obligándose a levantarse de la cama, seguía aturdido, pero eso realmente no importaba, necesitaba que Venti volviera a la cama para así tener un sueño más viable y placentero.

-Venti...¿Donde estas Amor?-

Xiao camino hasta la puerta de la habitación y la abrió, pasando por el pasillo, hasta que un sonido hizo que detuviera su caminata.
Era el sonido de algunos vasos chocando entre si de manera muy leve, pero al tener el adepto una audición sensible, se oía aún más para el. A paso lento el chico se integró a la sala de su casa, mirando a los lados, y para su sorpresa su pareja, o no tan sorpresa, Venti se encontraba arriba de la mesa de la cocina, ambas están conectadas entre sí, así podrías ver desde la sala todo lo que pasaba en la cocina.
El trenzas estaba sentado sobre la mesa de la cocina, con la nevera abierta, razón por la que entre tanta oscuridad de le veía a el por la luz de la misma nevera, al parecer no se dio cuenta de la presencia del adepto mirándole.

Xiao por su parte guardo extremo silencio, observando detenidamente lo que hacía su amado.

"¿Que hace comiendo a estas horas?".

Se preguntó en su cabeza Xiao, mientras se acercaba lentamente a donde su novio.

Cuando por fin Xiao le tocó el hombro para hacerle saber que estaba ahí, el Arconte del susto casi se cae de la mesa, pero antes de que pasara eso, el de ojos dorados lo sostuvo por detrás de la camisa.

-¡Xiao! ¿Que haces despierto?.-

Le preguntó el a su novio, con una expresión un tanto sorprendida, pero a los segundos calmada.

-Deberia preguntarte eso a ti.-

Venti miro avergonzado el piso, terminando de dejar el helado que se estaba comiendo, si se estaba comiendo eso a las jodidas 3-4 de la mañana.

-Ehh...Tuve un ¿Antojo?.-

-¿Antojo? Mnh...-

Antes de que el de trenzas dijera algo, el agarre del contrario en sus caderas lo hizo callar de manera inmediata.

-¿Xiao?...-

Llamo a su amado un poco confuso por su acción.

-No puedo dormir si no estás.-

Eso solo había causado una sonrisa un tanto divertida por parte del bardo.

-¿De verdad? Ji~ Parece que te eh mal acostumbrado.-

Xiao no le contesto, pero si le apretó un poco más el agarre.

-¡Bueno, bueno! Déjame al menos terminar mi helado, que no se deje despreciar las cosas.-

-Hazlo en el cuarto.-

-¿Uuh?-

-No esperaré a que te lo termines aquí, tengo sueño.-

-Xiao-...-

No le dejo hablar, y de una se lo llevó en brazos hasta la cama para poder descansar, y Venti con el helado aún en mano.

Lo dejo sobre la cama, solo para después acurrucarse entre las sabanas de la misma para así con una mano estar tocando la mano de Venti mientras se quedaba dormido, era como un pequeño niño, uno que no se podía dormir si lo le agarraban la manita.

-Te amo Xiao~-

-Yo también Te amo, pero ya terminate el helado...Hace frío y quiero abrazarte.-

-Esta bien, está bien...Ya voy...-

Puede que Xiao sea directo, pero eso era parte de su encanto.

Al final de la noche Venti abrazo al adepto con un cariño inmenso en ello, curiosamente Venti fue el que se quedo dormido de los dos, ya que Xiao quiso besarle la frente al joven mientras dormia antes de el caer en un sueño profundo.

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735 Palabras