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La universidad no era fácil, para nada, menos cuando eres una persona relativamente despreocupada, y que un montón de trabajos, reportes y ensayos y demás eran casi igual que te lancen un ladrillo mientras duermes. No te lo esperas y menos lo deseas. Pues aquello era la situación del de trenzas y mechones celestes, el agotamiento mental tanto físico lo tenían a mal, al punto que se le era difícil mantener el buen humor característico del mismo tanto el día como la mañana. Era agotador fastidioso, y peor, es que lo debía hacerlo si o si, sino la culpa de ser el fracaso de su familia le caerá encima de la peor forma...El no se eso, por ello se había aislado más de lo normal para quedar estudiando y terminar lo adeudado y los pocos momentos donde estaba libre, solo los usaba para dormir en su cama...Cama que compartía con su pareja, Xiao, un chico que a comparación de el este no le importa mostrar una buena actitud o una sonrisa, o dar una, era dedicado, tal vez con un temperamento algo hostil pero que se le podía decir, no era una persona muy sociable, y solo iba a los eventos sociales si tenía compañía de lo demás no iba, y no se molestaba en rechazar algunas salida por el simple echo que le interesaba más quedarse en casa que estar hablando con personas que seguramente no se llevaría bien o estar presente en lugares que simplemente no era de su agrado.
Ese Xiao era la que la mayoría conocía, mientras que en su círculo personal era casi igual, menos que está bien si era más "abierto" a su manera pero lo era...Xiao y Venti eran una pareja opuesta en muchos sentidos, pero aún así se notaba el cariño mutuo entre estos.
Si Venti reía por algo estúpido, el de pelos oscuros simplemente daría una sonrisa leve, mirando atentamente las expresiones de aquel chico que con el pasar del tiempo le había robado el corazón.
Lo amaba.
Tanto.
Adoraba cada cosa de el.
Sus defectos no le importaban, estaba dispuesto a convivir y aceptarlo estos para estar a su lado.
Sin importar sus complejas personalidades, ideales, gustos u creencias.
Estos dos simplemente se aceptarán uno al otro con total honestidad.
Venti ama el contacto. Xiao lo odiaba, peculiarmente sin tener cuenta eso, Xiao se veía bastante tranquilo cuando su pareja le abrazaba, hasta parecía más mimoso, en el sentido que sus expresiones se relajaban y no estaba tan tenso.
Por otro lado el de ojos celestes odiaba estar quieto en un lugar sin hacer nada... Pero como puedes adivinar si el de ojos dorados estaba a su lado, este era capaz de quedarse ahí sereno en su totalidad con una cálida sonrisa.
La atención no era algo que le daba buena espina al más bajo si no venía de alguien querido. Eso se demostraba el como sus ojos amarillos se iban fijos a la persona al frente de una manera no tan amigable.
