MUJER DIVINA (+18)

Capítulo 21

Harriet.

La cabaña lujosa es enorme a comparación de la fotos. Esta en el recinto del hotel, pero apartada y la salida privada hacia el mar me deja enamorada del lugar.

Es de noche pero el camino esta iluminado por antorchas que están enterradas en la arena.

De esto, solo yo estoy disfrutando, mientras adentro discuten los hermanos Collins quién se quedará con la habitación principal. Es una discusión realmente estúpida de la que no quise ser parte.

Paul es quién me sigue de cerca cuando me aventuro a explorar el lugar, las otras cabañas están bastante apartadas y cada una tiene un sitio más privado con palmeras que hacen de obstáculos.

—¡Ganamos! — dice en mi oreja, me toma desde atrás alzándome entre sus brazos y sus besos recorren mi cuello antes de dejarme en la arena que siento con mis pies descalzos — Ana manda en esa relación...

—Ya me di cuenta — inquiero divertida, pero me altero cuando siento su mano introducirse en mi pantalón corto — ¡Contrólate!  Hay personas aquí...

—Solo quiero sentirte — susurra en mi oreja, su erección la siento en mi trasero, ya mi cuerpo esta entregado — Estas húmeda. Quiero lamer tu coño ahora.

—¡Joder! — me sorprende lo caliente que esta y más me sorprende mi actitud tan atrevida, me volteo a verlo y su mano se introduce con más facilidad en mis pliegues — ¡Hazlo... por favor!

—Eres tan hermosa cuando ruegas — me toma del cabello con su mano libre, junta nuestras bocas y entre jadeos espeta — Tan hermosa que duele.

—¿Duele? — inquiero confundida, el sigue besándome sin dejarme hablar. Hasta que el lo hace entre besos.

—Me duele la polla cuando te veo. — esbozo una media sonrisa pero esta cae con lo que suelta su boca. — Pero más me duele el corazón cuando no estás...

Mi corazón da un vuelvo y las palabras en mi boca se agolpan y se tropiezan queriendo salir y consolar su pensamientos, pero no logro emitir palabra. Veo en sus ojos la verdad y se a vergüenza de sentirte así, no quiero que se sienta así.

Me aferro a él y tomo su boca, su lengua dentro de la mía que me hace enloquecer de deseo.

Mi boca no quiere emitir palabra pero mi cuerpo le corresponde a cada sentimiento, quiero oírlo decir más cosas, pero ya está frenético.

Los dedos de Paul me penetran y jadeo en su boca al sentirlo. Se encamina conmigo debajo de una palmera ocultándonos de ojos curiosos. Pero la realidad es, que estoy tan abrumada de pasión que no me importa nada.

El siente lo mismo que yo y eso me genera conmoción. Lo quiero todo, a él y a su hermano, los quiero a ambos.

<<Tengo que decirlo>> mi mente no deja de evocar escenarios donde estamos los tres juntos en un futuro.

Definitivamente quiero conocerlos en todas sus facetas, no solamente en la cama, quiero una relación con ellos y tengo miedo de que esto no resulte, pero a la vez tengo las esperanzas puestas en ellos.

Los besos de Paul distorsionan mi mente, y la lujuria se apodera de ella. Solo hasta que recuerdo que estamos en la playa a un costado de la cabaña

—Paul — gimo entre besos.

—Mierda, eres irresistible bonita — sus dedos bombean dentro de mi, mis piernas flaquean. 

—¡Dios! — jadeo aferrándome a sus hombros para no caer a la arena. Su mano libre me sostiene de la espalda baja mientras su labios trabajan en mi cuello y escote. — Joder no pares...