Aries

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El resto del dia habia pasado sin mayor circunstancia digna de ser comentada, Kayn luego de reaccionar de su trance mental reviso sus munecas y se encontro igualn en perfecto estado, al su cuello. ¿Por qué no quedan marcas? Él lo había sentido bastante real podría decirse.

Terminó tirando el té en el jardín, estaba frío y ahora era de su desagrado. Queria volver a su habitacion. Rhaast se mantuvo silencioso durante todo un rato desde que salió del trance, ¿Era eso habitual en él? ¿El silencio?

Mientras Kayn subía las escaleras que parecían infinitas, pensaba en que actividades podía realizar.

- ¿No tienes alguna misión por cumplir? Arrancar cabezas, deshuesar extremidades. - Preguntó Rhaast al ver que Kayn volvía a su habitación.

- Zed fué claro al decir que no tendrá misiones por un tiempo indefinido. Debo primero aprender a controlar mi ira, de esa forma no podras aprovecharte de mi mientras te encuentras con algun enemigo.

- Jamás lo oí. – Dijo el Darkin de manera neutra.

- Pero estabas allí... justo antes de que saliera de su habitación, es parte de mi castigo.

Rhaast hizo memoria, recordó que se encontró en esos momentos ideando un plan sobre “ como lidear con Zed entrometiendose en sus planes” , por lo que ignoró el exterior.

- Si tu lo dices. – Dijo en forma sarcástica.

- Siempre es y será como yo lo digo.

Pasado un par de minutos Kayn yacía ahora en su cama, con la vista vuelta al techo de su habitación. Poseía en su mano derecha una pelota que tiraba de abajo hacia arriba, enumerando sus posibilidades ante su prisión domiciliaria.

Tenía varias opciones,

      1.- Entrenar arduamente sus habilidades fisicas asi como sus avances en el arte de las sombras. Le interesaba, pues debía completar el 100% de su capacidad con las artes oscuras.

       2.- Molestar al resto de acolitos y divertirse con ellos.

       3.- Salir del templo y tratar de coexistir con la magia que rodea a Jonia.

       4.- Meditar hasta el cansancio y morir de aburrimiento en el intento.

No eran realmente tareas apasionantes. Desde que comenzó a cumplir misiones, el resto de cosas le parecían indispensables hasta cierto punto, parte de ello era coexistir con el resto de sujetos más allá del templo.

- Salgamos.

La voz de Rhaast desconcertó por unos segundos al más joven de ambos, aún no se acostumbraba a ser interrumpido en medio de sus pensamientos por una voz... poco común.

- ¿A dónde ? – Preguntó con desgano Kayn. Sabía de ante mano que no podía alejarse mucho más de ciertos límites de impuestos por Zed. No podría señalarlos con un dedo pero en el momento lo sabría.

Unos cuantos segundos pasaron antes de que Rhaast respondiera.

- Al pueblo central.

CONSTELACIONES  [Kayn x Rhaast] Where stories live. Discover now