Capítulo 22 Reunión

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Un día había pasado y los alumnos de la UA de todos los cursos y niveles habían sido llamados por Nezu al salón de actos por una reunión urgente. En el escenario estaban los campistas con sus ropas, Artemisa con su atuendo de Aria, Uraraka con su traje de héroe, Aizawa y el propio director entre la bufanda del pelinegro.

Los alumnos de Aizawa llegaban sentándose sin saber por qué aquellos chicos estaban sobre el escenario con aquellas ropas. Momo se estaba haciendo una idea del motivo, después de todo ella era la única de los alumnos que iban entrando que sabía una media verdad.

— ¿Qué creen que sea tan urgente como para haber cancelado las clases? — Iida se había recuperado, pero no había sido reportado como traidor porque Nezu y Aizawa tenían un plan. — ¿Y qué hacen esos ahí con Uraraka?

— ¿No lo sabes? — Mina habló. — Uraraka desde que estuviste en la enfermería se pasó los días con esos chicos, en especial el pelinegro de ojos verdes.

— Le advertí que estos no eran de fiar.

— ¿Y tú si?

Una voz en su oído lo hizo voltear. Un hombre de piel pálida, ojos y pelo negro y con ropa negra. Lo asustó. Tenía una mirada tétrica y el ambiente se puso gélido a su alrededor. Los de la clase A se estremecieron. Nadie más que ellos sintieron escalofríos.

— Tío, no los asustes así.

— Lo siento Aria, sabes que es algo que no puedo evitar, no cuando hacen daño a mis bebés.

— ¡PAPÁ! — exclamaron Nico y Yūdai mientras sus compañeros reían.

El hombre subió al escenario ante la mirada de los alumnos asustados. Ese hombre daba miedo. Era como si con su presencia pudiera controlar todo lo que quisiera.

Nezu y Aizawa hicieron una reverencia. No todos los días te encontrabas con el señor del Inframundo.

— Aria, ¿por qué no haces los honores, querida sobrina?

Ella asintió y con un chasquido, ambos estaban con su apariencia de Dios pero sin el brillo. También aparecieron Hestia, Hera e Iris. La gente en sus asientos no podía creer lo que estaban viendo. Frente a ellos estaban algunos de los Dioses griegos más poderosos. Momo sonreía al ver a sus compañeros asustarse aún más. El que había asustado a Iida era nadie más y nadie menos que el mismísimo Hades, dios de la muerte.

— Bien, ahora que estamos todos los que teníamos que venir — habló la Diosa del Matrimonio — debemos advertirles a todos vosotros, alumnos de la UA, que en unos meses estallará una nueva guerra provocada por el mismo villano de la anterior, junto al villano de los alumnos de nuestros Campamentos — se puso detrás de todos los semidioses presentes. — Leo Valdez, Annabeth Chase, Percy Jackson, Thalia Grace, Nico di Angelo, Haru Sakurai, Yūdai Hori y Raiden Igarashi. Ellos más el resto de nuestros campistas que vendrán más adelante los ayudarán a combatir contra Cronos, el titán del Tiempo que, con ayuda de Tomura Shigaraki, ha logrado recomponerse y planean dejar todo Japón reducido a cenizas.

— Queremos que todos vosotros colaboréis con nosotros para de una vez derrotar a Cronos y a sus secuaces, de manera que podamos tener una vida pacífica.

— ¡¿Cómo van a ayudarnos unos paquetes como ellos?!

Todo el lugar quedó en completo silencio cuando de repente Hades, con solo alzando su mano, logró hacer que Iida empezará a ahogarse y a ponerse morado por la falta de aire.

— Como vuelvas a dirigirte así a mis hijos, sobrinos y a sus amigos, te mando a los Campos de Castigo de un chasquido, ¿comprendido?

Yūdai y Nico sonrieron. Su padre era genial.

— Hades, suéltalo — Hestia ordenó a su hermano. — Luego recibirá su castigo, por ahora sigamos. 

Cuando todo se explicó, Nezu comentó que durante estas semanas que tenían debían trabajar todos los departamentos juntos para poder lograr ganar la batalla contra Shigaraki y Cronos

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Cuando todo se explicó, Nezu comentó que durante estas semanas que tenían debían trabajar todos los departamentos juntos para poder lograr ganar la batalla contra Shigaraki y Cronos. Un nuevo régimen de entrenamiento liderado por los dioses, su teniente y sus hijos presentes dio inicio esa tarde.

Thalia y Artemisa daban tiro con arco, Percy y Annabeth daban entrenamiento con espadas y puñales, Nico y Yudai entrenaban a los chicos que tuvieran poderes relacionados con la oscuridad como Tokoyami o Kuroiro; Leo y Haru se dedicaban a "ayudar" a los de fuego; Uraraka entrenaba con Iris que la ayudaba a controlar sus nuevos poderes; Hera y Hestia supervisaban el entrenamiento general de todo aquel que no tenía una habilidad concreta que sus guerreros tuviera.

Raiden entrenaba con Dabi algo apartado cuando los héroes profesionales, entre ellos Endeavor, llegaron a la UA por la llamada de Nezu para ayudar en el entrenamiento de los estudiantes. El peliblanco y el pelinegro de cicatrices gruñeron al ver al héroe de llamas entrar en su campo de visión.

— Veo que teneis un buen despliegue de zona de entrenamiento — dijo Mirko viendo a los alumnos entrenando.

— Sí, tenemos una ayuda extra — dijo Nezu en la bufanda de Aizawa. — ¡Lady Hestia!

La castaña que ayudaba a Haru dándole ambrosía por una llamarada de Leo, quien le enseñó una técnica a otro alumno con poderes de fuego, se giró hacia el director. Acarició la cabeza de su sobrino nieto y se acercó a ellos.

— Lady Hestia, le presento a Enji Todoroki, Rumi Usagiyama y a Yu Takeyama.

— Encantada de conocerlas, menos a usted — miró a Endeavor con ganas de partirle la cara.

— Hestia, Percy quiere galletas azules — Hades llegaba con Hera, quien miraba de mala gana a 

Endeavor.

— Vale, vigilad a este que ya bastante daño ha hecho.

— Dalo por hecho hermana, nadie se mete con mis sobrinos.

Los tres héroes aún seguían sorprendidos de encontrarse a los Dioses del Olimpo en la academia UA entrenando a los alumnos.

Hijos de DiosesWhere stories live. Discover now