XII

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Antes no le gustaba ser alfa pensaba que era alguna clase de aborreción, algo que no debía existir y que tenía que morir. Odiaba como sus compañeros de la universidad utilizaban la voz de mando para doblegar a los omegas y aprovecharse de las situaciones que se presentaban, incluso el director había prohibido el uso de la voz e indicó estrictamente el uso del collar en los omegas.

Agradecía eso, no quería que Silver tuviera que estar en una situación así. Si bien eran pareja pero no quitaba el hecho que el albino estuviera en constante peligro y no se perdonaría si algo le pasará.

Después de todo había rechazado la propuesta de su novio al querer marcarlo.

Él quería ser beta. No tendría preocupaciones de la llegada de un celo, no tendría porque ser tan posesivo con Silver, su olor no sería ni dulce ni fuerte y no tendría ni a alfas ni a omegas tras de él.

Pero el destino quiso que fuera alfa. Shadow le decía que ser alfa es uno de los mejores acontecimientos que te puede pasar porque no solo eres líder sino que eres capaz de proteger a tu propio omega. Lo pensó, de verdad que lo pensó pero simplemente no le gustaba. Tuvo que vivir con ello lo que duró su carrera aunque no la había terminado bien que digamos...
Después de lo de Silver comprendió que ser alfa era más jodidamente increíble de lo que pensó y Shadow tenía la puta razón.

No sabía lo que era sentirse deseado hasta que trabajo en su cuerpo atrayendo omegas a su cama, dejó de ser inexperto en las relaciones sexuales a convertirse en un tipo "Christian Grey" dejando de lado lo masoquista.

Ahora que tenía a Silver frente suyo con los ojos cristalinos y con los labios temblorosos supo que se convirtió en una mierda andante. Desde hace mucho tiempo que quería ver a Silver en un estado así, rogando su perdón. Ahora que se habían enlazado y que un bebé venía en camino supo que no debería ser tan mierda por algo que había sucedido en el pasado.

Entonces volvió a sentir que ser alfa era una total mierda.

— Lo siento. En serio, de verdad lo siento — Sollozó el menor.

Algo en su interior se removió inquieto, era su alfa interior que exigía abrazar al omega y mimarlo. Él también quería eso pero no. Decidió soltar un poco su aroma tranquilizando al omega y así pudieran hablar como hace rato.

Tan pronto soltó sus feromonas Silver empezó a calmarse.

Silver ven — Ordenó.

Nunca había usado su voz de mando más que en ocasiones algo extrañas. Sin embargo lo quería hacer porque sabía que el plateado no se acercaría a él aún si se lo dijera. Obedeciendo, el albino se acercó a él sigiloso y cegado por el mandato de su alfa.

Estando frente a frente Mephiles sabía que ya no podía contenerse por más que quisiera.

Beso sus labios siendo correspondido un poco tarde por el omega sujetando sus rostro con una mano y con la otra agarrando su cintura. Hace tanto que no sentía sus labios encajar en los suyos tan perfectamente bien. Era la primera vez en mucho tiempo que lo besaba sin estar en celo y enojado.

Y se sentía cálido...como la primera vez que lo beso.

Decidió cortar el beso porque ya era lo suficiente. Le dolió ver los ojos del menor perder su brillo y regresar a la expresión de tristeza, pero se contuvo tenía que ser fuerte por lo que iba a decir.

— Sentémonos. Respiremos hondo y exhalemos despacio, hay muchas emociones en nosotros y lo mejor es calmarnos. ¿De acuerdo?—

𝐊𝐮𝐦𝐛𝐚𝐥𝐚Where stories live. Discover now