Dos guardias me han separado a la fuerza de mi amiga, nos sujetan a ambas por separado, muchos eruditos nos ven con asombro o podría decir miedo. Veo extrañeza en los ojos de las personas, deben saber quienes somos. No se siente bien ser famosa, menos por lo que se me conoce.
Este lugar apesta a hospital, tanto químico por ahí es repulsivo. Antes sentía que Erudición era una facción algo cool, a pesar de ese egocentrismo que los caracteriza. Pero ahora solo siento rencor hacia estas personas, todos y cada uno apoya completamente esta tiranía y deben pagar por ello.
Pienso en cómo me gustarían acabar con la vida de cada erudito aquí, el odio que crece en mí se hace más y más colosal. No creo que sea bueno, pero justo ahora no quiero ser moralista. Necesito que cada una de estas personas pague por cada muerte inocente que han provocado, no me importa si debo morir en el proceso. Mientras esta gente pague, valdrá toda la maldita pena.
Mis pensamientos van sumidos en ira, odio y rencor. Quizás no me haya percatado por el gran camino que cruzamos, en algún punto he terminado encerrada junto a Tris, en una fría celda gris. Esto apesta, si tuviera el poder de un líder ya habría quemado todo este lugar.
— ¿Qué crees que nos harán? — Tris me habla luego de varios minutos que tuvimos de silencio.
— No lo sé, pero si algo es seguro, es que acabarán con nosotras — mi desdén es bastante evidente en cada palabra que anuncio.
— Si con eso dejarán de morir personas inocentes, está bien — Tris tiene razón en eso.
Luego de ese breve intercambio de palabras, Tris y yo no volvimos a hablar. Cada una permanece sumida en sus propios asuntos. Como si cada una estuviese reproduciendo una película mental de nuestras vidas, antes de ser asesinadas por la rubia trastornada.
Quizás fueron horas o minutos muy lentos, pero no pasó nada durante un tiempo. Me estaba volviendo loca, necesitaba saber de Eric o Jeanine. Necesito saber si mi novio está bien, espero que lo esté. Si Jeanine le toca un solo pelo, juro que cortaré su garganta lentamente en frente de todo Chicago.
— Vaya, no pensaba que fuesen tan tontas como para entregarse — maldita sea, esa maldita voz, justo en este maldito momento.
— Peter, desgraciado, Hayes. No pensé que fueses tan imbécil como para terminar aquí — mi voz suena falsamente sorprendida y miro a Peter con una sonrisa indescriptible.
— Imbécil e inteligente son dos cosas que no van de la mano, pequeña — Peter me devuelve la sonrisa — y aclaro que soy la segunda.
— ¿Qué mierda haces aquí? — la que habla soy yo, Tris parece muy indiferente en esto.
— Sólo hago mi trabajo, yo siempre estoy con el equipo ganador — detesto con cada parte de mi ser a este malnacido.
— ¿Dónde está Eric y dónde está mi hermano? — mi pregunta lo sorprende, creo que le he dado cuerda suficiente para tirar de ella.
— ¿Todavía te gusta Eric? Básicamente es tu enemigo, podría matarte y aún me preguntas por él. Que bajo has caído, pequeña Sammy. Con respecto a tu hermano, no lo sé, eso sólo lo sabe Jeanine — Peter toma asiento en uno de los muros de la celda.
— ¿Dónde están ellos? —acentúo cada palabra con odio.
— Tranquila, desde que Eric llegó, Jeanine le devolvió su puesto como jefe de seguridad. Aunque nos dió la orden de ocultarle el que estés aquí. Sabemos que aún es probable que lo pongas nervioso y no queremos eso. Y como dije antes, no tengo idea de dónde pueda estar Gabrielito — Peter me da una asquerosa sonrisa al terminar de hablar, quiero asesinarlo.
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You're the one that I need - Eric Coulter
FanfictionSegundo libro de 'You're the one that I want'. ~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~ La vida de Sam Harrison ya era complicada por el simple hecho de tener que transferirse de facción, o al menos eso creía ella. Enamorarse de un abusivo líder, desc...