xii.

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La semana pasó demasiado rápido para mi gusto.

Se sintió como la primera vez que fui a Hogwarts. Solo que esta vez, mi cerebro proceso todo de manera más rápida.

Lo único que detecté que era distinto, era que me sentía más cansado, como si hubiera hecho el doble de esfuerzo por actividades tan sencillas.

El viernes llegó, y con ello todos los alumnos se sentían aliviados de haber sobrevivido a su primera semana de clases.

Aquel día, Draco estaba más emocionado de lo normal, y es que por primera vez nos tocaría clases de pociones, una materia que estaba esperando con ansias desde que entramos.

Pero cuando se enteró de que compartiríamos clases con los Gryffindor, su humor cambió drásticamente. Tanto, que ninguno quiso dirigirle la palabra y lo ignoramos durante todo el tiempo que duró el desayuno.

Sin embargo, cuando entramos al salón, volvió a su actitud normal, mientras se sentaba justo a mi lado, como había hecho en el resto de las clases.

Pero ese día no quería estar con él, ni con nadie en Slytherin, a decir verdad.

No por ellos, de hecho durante toda la semana supieron tratarme de maravilla y me sentía especialmente cómodo.

Pero yo sabía cómo eran las clases de Snape, y Ron (con quien no pude hablar en toda la semana) no estaría muy contento de ver como humillan a Gryffindor y benefician a mi casa, mientras yo esté sentando con ellos.

Eso solo arruinaría mis planes para hablarle más tarde.

Y tampoco podía irme en contra de Snape. Si quería prevenir y salvarlo del accidente por el que pasé, tenía que llevarme mejor con él y que no me odiara.

Así que estaba en un dilema, porque tampoco quería perder a Ron.

Sin embargo, desde el otro punto de la sala, él me miraba con furia, así que sabía que lo que pasara dentro de esa sala (ya fuera bueno o malo) no ayudaria para que Ron hablara conmigo.

Todos los murmullos se apagaron cuando la puerta del salón se cerró y Snape caminó hacia su escritorio con su capa ondeando por detrás.

Todos lo mirábamos, algunos expectantes, otros asustados, pero sin duda todos estábamos atentos.

Él nos analizaba a todos con una mirada neutral, dejando que sus ojos recorrieran cada rincón del salón.

—Creo saber quienes serán perfectos para esta clase, aunque espero me sorprendan—empezó a decir con voz profunda—. Aunque dudo que eso pase.

El último susurro, el cual solo fue audible para los que estábamos más cerca a él, hizo reír a todo el grupo de Slytherin, mientras los Gryffindor lucían una mueca de incomodidad.

—No van a hacer movimientos tontos ni comentarios estúpidos en esta clase, me encargaré de que así sea.

Nuestros ojos estaban puestos en el y en cada movimiento que hacía.

—¡Weasley!—gritó sobresaltando a todos— ¿Qué obtendré si añado polvo de raíces de asfódelo a una infusión de ajenjo?

Ron se quedó mudo, mientras su cara se ponía del mismo color de su cabello.

En cambio Hermione agitaba la mano a lado de él, esperando que el profesor le diera la palabra.

¿Ron y Hermione se hablan?—. No me pude evitar pensar al verlos sentados juntos.

—No lo sé, señor —contestó él.

Los labios de Snape se curvaron en un gesto burlón.

—Bah, bah... era evidente.

Remedio - DrarryWhere stories live. Discover now