Había una razón porque el profesor de Matemáticas le tenía manía a Donghyuck, y le consideraba un jodido delincuente en potencia.
Donghyuck solo lamentaba estar enamorado del único hijo del profesor Lee.
↺Markhyuck (Mark x Donghyuck (Haechan)
↺Shipp...
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Aunque estaba nevando afuera, dentro del departamento se sentía acogedor y cálido. La televisión estaba encendida y transmitían una película de acción a la que Donghyuck no estaba poniendo atención.
Le encantaban los domingos por ese motivo. Días de no hacer nada, pasar el rato en casa, viendo películas, jugando juegos de mesa, escuchando música. Días ininterrumpidos de poder estar con Lee Mark.
Su departamento era pequeño, cocina y comedor unidos, un solo baño y dos recámaras. La sala tenía un único sofá, paredes pintadas de amarillo y tenían una planta frente a la ventana porque no encontraron otro sitio para ella. Aún así, amaba ese lugar.
Les tomó un tiempo de ahorros pero finalmente lograron conseguir un piso donde mudarse juntos. A medio camino entre la Universidad de Corea y la Yonsei, para que ambos pudieran trasladarse a sus escuelas cómodamente. Usaban el autobús y a veces las bicicletas, pero no les importaba mientras al final de día pudieran regresar juntos.
No importaba que fuera un departamento pequeño en el quinto piso de un edificio sin ascensor, era el lugar donde al cerrar la puerta estaban juntos.
Un Donghyuck despeinado que bebía café mientras preparaba sus proyectos para la carrera de leyes, o un Mark cargado de libros de física nuclear y geometría analítica que leer para su carrera de Astronomía.
Ambos estaban en el segundo semestre de su tercer año de carrera, tenían los exámenes por delante y proyectos que entregar. Pero se habían hecho cargo de todo el día anterior, siempre trabajando hasta tarde si era necesario para así tener el domingo libre.
Esa semana fue difícil pasar tiempo juntos que no involucrara libros de por medio y besos a medias antes de dormir. Así que esa mañana desconectaron del mundo para estar juntos.
Desayuno de cereales que tomaron en la cama, una ducha compartida que incluyó besos y risas traviesas, juegos de mesa donde Mark dejó ganar a Donghyuck y un rato del coreano tocando la guitarra mientras cantaba para su novio una canción de Troye Sivan.
Finalmente terminaron en el sofá mirando una película que Donghyuck ya había olvidado cuál era.
Se había hecho un espacio en el sofá, sobre Mark, con la mejilla contra su pecho y los dedos del canadiense jugando entre su cabello. Era un enredo de piernas y brazos, pero estaban muy cómodos.
─ Voy a quedarme dormido si sigues haciendo eso ─ advirtió Donghyuck.
─ Como si no lo estuvieras haciendo ya ─ dijo Mark.
─ Tienes razón. Estoy soñando que hay un canadiense precioso debajo de mí.
─ Suena genial. Yo tengo a un coreano molesto encima ─ respondió Mark, riendo.
Donghyuck se incorporó un poco para poder mirarlo a la cara, con una sonrisa. La mano que había tenido en la cintura del chico, subió hasta su mejilla para sujetarlo al inclinarse y besarlo.
