Capítulo 3.

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El día de la qualy llegó, claro que Charles estaba nervioso, no sabía cómo escapar de sus sobreprotectores amigos

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El día de la qualy llegó, claro que Charles estaba nervioso, no sabía cómo escapar de sus sobreprotectores amigos.

—Charile, ve al paddock, nosotros debemos de ir a correr ya —Sergio le dijo y revolvió su cabello.

—Directo al paddock —dijeron Max y Alonso.

Porque sí, Max ya había ido de chismoso con todos a contar que Carlos le había coqueteado al pequeño monegasco.

Charles se fue caminando hacia donde le habían indicado cuando una mano lo tomó de la cintura y lo jaló hacía él.

Charles se asustó hasta que vió esos bonitos ojos marrones.

—Calos —dijo el monegasco en voz baja.

A Carlos se le derritió el corazón por como lo había llamado.

—Hola alteza —Carlos sonrió soltando su cintura y haciendo una reverencia— al fin puedo ver a tan preciosa criatura.

—Yo… gracias —Charles se sonrojó totalmente— ¿No deberías estar ya en tu motorhome?

—Me escapé un momento para ver al príncipe de Mónaco que me dejó flechado con esos ojos —Carlos tomó el mentón de Charles y lo hizo levantar la mirada.

A Carlos se le fue el aire un momento, joder, Charles sonrojado se veía precioso.

—No deberías —Charles decía aún mirándolo.

—¿No? —y el español se acercó peligrosamente al menos quedando muy cerca de su boca— entonces ¿Tampoco puedo besar a tan sagrado altar?

Charles estaba totalmente cautivado por el español, entrecerró ojos ojos y espero a que Carlos lo besara.

—Puedes…

Sin perder tiempo Carlos beso al monegasco, sabía mucho mejor de lo que había imaginado que en sus fantasías en la regadera.

Ambos estaban en esa batalla donde ninguno quería ceder, Carlos besaba increíble, parecía que le estaba robando cada vez más el aliento al menos.

Cuando se separaron Carlos tomó a Charles de la cintura y no lo soltó, amaba tanto tenerlo siempre así, deseaba hacerlo suyo en ese momento, deseaba tanto tenerlo siempre. Quería a Charles para él solo, no podía haber alguien más y tan solo con la idea se ponía furioso.

Nadie podía besarlo, ni abrazarlo, verlo o tan siquiera pensar en que estuviera en cama de otra persona.

Quería marcarlo como suyo.

Entonces sin perder tiempo Carlos volvió a besarlo y bajo su boca hasta el inicio de su cuello y clavícula para hacerle un moretón.

Las piernas de Charles cada vez se hacían más debiles, estaba respirando agitadamente tratando de controlar sus sentidos pero era imposible.

Tan solo cuando Carlos terminó de marcarlo y pasar su lengua por la marca y más arriba del cuello del monegasco éste soltó un pequeño suspiro.

—Alteza, debe perdonarme, pero debo ir a ganar una carrera —Carlos volvió a besar a Charles.

—Sí, tú, debes irte —dijo Charles mirándolo a los ojos y dándole una pequeña sonrisa.

—Tenga alteza —Carlos le dio un pequeño post-it al de ojos verdes— el número de este pobre amante que está loco por usted.

Charles sonrió ampliamente y le robó un beso al mayor.

—Gana la carrera.

Carlos salió de ahí rápidamente mientas aún nadie lo veía, estaba tan feliz, había logrado al fin besarlo, tocar a ese ángel, y lo haría suyo para jamás soltarlo.

Charles pasó antes al baño para revisar la marca que le había dejado Carlos, estaba entre roja y morada, sus dedos la recorrieron y un escalofrío le recorrió la espalda, trató de ocultarla lo mejor que podía con la camisa.

Luego salió y se fue a dónde se le había asignado el lugar, suspiró tranquilo cuando vió que Sebastian aún no llegaba ni sus amigos, la carrera ya estaba empezando.

Después de ver toda la práctica a los 30 minutos llegó el ex piloto alemán a saludarlo y en otros 20 minutos llegaron sus amigos a ver la carrera de clasificación.

Carlos estaba en primer lugar, luego Sergio y al último Max, Charles se sentía emocionado, feliz, era una sensación arrasadora cuando vió que la cámara enfocó a Carlos y le guiñó el ojo.

—Hey, tú español guapo —dijo George.

—Investigué sobre él, no encontré mucho pero siempre está en escándalos porque tiene muchos amoríos —dijo Pierre mirando al piloto— pero no culpo a nadie, es endemoniadamente atractivo.

—Es perfecto —Charles no dejaba de mirar la pantalla.

—Oh no, Charlie, salí de ahí, ese hombre no te conviene —Sebastian llegó y se sentó al lado del menor.

—¿Es verdad todo lo que se dice? —Alex le preguntó a su amigo.

—Sí, lo último que se supo fue que tuvo algo con otro piloto, pero no se supo quién exactamente —el alemán miró al menor— anda con cuidado Charlie, si quieres algo para un rato esta bien, pero no te enamores de él, puede romperte el corazón.

Charles miró la pantalla y siguió el monoplaza de Carlos ¿Es que de verdad era tan malo como decía?

Charles podía cuidarse, sabía lidiar con eso, él también había tenido aventuras, amoríos, sabía cómo escapar de ahí.

El menor sonrió y arrogante habló.

—Voy a hacer que caiga enamorado de mí, sí cree que va a jugar conmigo, no lo voy a dejar fácil.

Todos se miraron entre sí, oh no, cuando al de ojos verdes se le metía una idea no la soltaba hasta que lograba su cometido.

—Yo quiero ver eso —Pierre alentó al menor.

—Apuesto a qué tú te enamoras primero —George lo miró— no puedes evitarlo Charlie, ese hombre ya te tiene.

—No —Charles sonrió— hacerle creer que me tiene es diferente.

Todos lo miraron sorprendido ¿Qué le había pasado al dulce, tierno y enamoradizo monegasco?

—Si cree que va a tener el camino fácil conmigo está muy equivocado.

Porque a Charles le había dolido saber que Carlos simplemente lo había visto como una conquista, como un trofeo que quería presumir al mundo.

Pues no, no iba a hacerlo, él no era ninguna mercancía o cosa para que pudieran presumirlo, odiaba tanto a las personas así.

Pero Carlos era tan encantador, lamentablemente era su fachada para conseguir lo que siempre había querido.

A Charles en su cama.

—Vaya, vaya, al fin van a poner en su lugar al encantador Smooth Operator —Lando había ido a la zona del paddock junto con su novio Daniel, pero escucharon todo.

—Así es mi amor —Lando sonrió arrogante— al parecer ese niño tiene agallas, no se va a dejar engatusar por Carlos.

⟶Charlos ♡ Smooth Operator.Where stories live. Discover now