3. El deseo de un Duque.

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Soy consciente de que suelo tomar decisiones de forma apresurada, sin una meditación lógica de las consecuencias que puedo llegar a ocasionar, algunas personas (mi padre en específico) lo llaman rebeldía, falta de respeto e inmadurez, en mi opinió...

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Soy consciente de que suelo tomar decisiones de forma apresurada, sin una meditación lógica de las consecuencias que puedo llegar a ocasionar, algunas personas (mi padre en específico) lo llaman rebeldía, falta de respeto e inmadurez, en mi opinión no se trata de nada más y menos que actuar rápido, no siempre de la forma más inteligente claro está, pero si rápida, he aprendido que en esta vida si no haces algo para obtener lo que quieres alguien más llegará y te arrebatará lo que deseas.

Incluso he tenido incontables discusiones con Gerard por ello.

Por ejemplo, cuando tenía doce años asistí a mi primer baile formal, esos eventos jamás fueron de mi interés y siguen sin serlo, por suerte me vistieron con un traje a la medida, siendo mucho más cómodo que un vestido largo, esos en los que solían dejarte sin aliento por lo ajustado del corsé, en cuanto llegué mi padre se aseguraba de presentarme a tantos alfas hijos de sus amigos o socios como fueran posibles, las feromonas me ahogaban y en un momento de libertad en el que Gerard estaba distraído decidí salir del lugar para tomar aire.

Mala idea, muy mala idea.

El hijo de uno de los socios de mi progenitor me había encontrado fuera del evento, fue muy insistente con que compartiéramos una pieza de baile, y para mi yo de doce años quien estaba frustrado y harto del evento se le hizo muy fácil alzare la voz y amenazarlo con que era uno de los mejores estudiantes que el señor Darcy mi profesor había entrenado en la esgrima. El Alfa se enojó, no era tan joven como yo, según recuerdo tendría 17 años pero en ese entonces no tenía idea de que se trataba de alguien importante, corrieron los rumores de mi insolencia y para un omega de la alta sociedad los rumores podían acabar con todo tu mundo y las personas que se relacionaran a él en todos los sentidos. Gerard sabía que incluso mi apariencia "angelical y esplendida" como solían decir de mi los Alfas no me salvaría de quedarme sin pretendientes, por lo que fui obligado a tener algunas salidas en público con el hijo del socio de mi padre para acallar los rumores y simular que me estaba cortejando.

Esa fue una de mis primeras lecciones en donde aprendí que lo mejor era no involucrarme con alfas, y si se llegaban a acercarse debía hacer todo lo posible por ignorarlos, el castigo y la reprimenda de Gerard solo fue un recordatorio de no ser un hijo adecuado a su gusto y complacencia.

Me encuentro hastiado de la palabra adecuado, de absolutamente todas las letras que la conforman, probablemente sea la palabra que más me ha repetido Gerard, "No eres un omega adecuado, no eres un hijo adecuado y poco tienes para ser un esposo adecuado"

Seguía sin comprender por qué mi progenitor siempre me había estado buscando pretendientes cuando yo ya tenía un compromiso redactado desde antes de mi nacimiento.

Pero no había que dudar de la avaricia y egoísmo de un Alfa.

Harían todo para obtener lo que quisieran.

—¿Qué haces aquí?

La voz gruesa proveniente del Duque Rowlands desvaneció el hilo de pensamientos y malos recuerdos que se avecinaban en mi mente.

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⏰ Última actualización: Oct 13, 2023 ⏰

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